Dent se figuró que él también podría hacer lo mismo. Era el comienzo de una prolífica carrera, aunque sus primeros intentos en la máquina de escribir, tras dárselos a leer a su mujer, provocaron la hilaridad de ésta, para desánimo del pobre Lester.
Top Notch Magazine fue la primera revista en publicar una historia de Dent: Pirate Cay apareció en su número de septiembre de 1929. Poco después, Dent recibió un telegrama de Dell Publishing ofreciendo pagarle el viaje a Nueva York e incluirle en plantilla por 500 dólares al mes si accedía a escribir sólo para ellos.
Al poco, él y su señora llegaban a la Gran Manzana. Durante un tiempo trabajó para Dell, haciéndose más conocido y popular entre los demás editores.
No era un mero aventurero de biblioteca.
Al principio, Dent recibía 500 dólares por historia, aunque luego llegó a recibir 750. Solía escribir dos historia al mes y complementaba estos ingresos escribiendo además otras historias —no de Doc.
Durante la Depresión, ganaba por lo menos 18.000 dólares al año (haced la cuenta: unos tres millones de pesetas al año ¡en los años treinta!).
Su método general de trabajo era comenzar a escribir a las 9 de la mañana y no parar hasta las 3 de la tarde, lo cual era una jornada laboral bastante suave, sobre todo si tenemos en cuenta que la desarrollaba en su casa. Él y su mujer tenían un estilo de vida que hacía posible disfrutar vacaciones alucinantes.
En el 33 realizaron un crucero a la Indias orientales y a Sudamérica. En el 38, viajaron por Inglaterra y Europa, echando pestes de su encuentro con algunos Nazis in Checoslovaquia. Lester adquirió un velero de 40 pies, de dos mástiles que bautizó como «Albatross» y en el que tanto él como su esposa vivieron durante muchos años. Navegaron de arriba a abajo por toda la Costa Este y por el Caribe.
Dent se convirtió en un experto nadador, pescador y buceador. Cuando se cansó del barco lo vendió y se trasladó a Death Valley a buscar oro. Sus exploraciones en el Suroeste le procuraron ser miembro de honor del famoso «Explorers Club». A pesar de todo esto, su producción literaria continuaba creciendo sin novedad. Finalmente, se «retiró» a La Plata, a pesar de lo cual continuó escribiendo. Durante su estancia en La Plata, cultivó su propio huerto, y se hizo socio de una empresa de fotografía aérea, lector, ¡y jefe de Boy Scouts!
Doc Savage Magazine expiró de causas naturales en 1949, pero Dent continuó escribiendo —sobre todo relatos de misterio y westerns— hasta 1958. En febrero del 59 sufrió un ataque al corazón y murió el 11 de marzo de ese mismo año.