De esta manera sin razones —plenamente basada en la simplicidad del misterio— convivimos un tiempo de estima y correspondencia. Toda indagación superada, toda sorpresa abolida, ¡qué acaecer total de perfección nos contenía! Nuestra vida, así, era una alabanza sin destino, canto puro y jamás presupuesto. Por mi ventana entraba Dg y con ella era el ingreso de lo absolutamente mío, rescatado al fin de la limitación de los parientes y las obligaciones, recíproco en mi voluntad de complacer a aquella que de tal forma me liberaba. Y vivimos así, por un tiempo que no podría contar, hasta que la sanción de lo real vino a incidir en mi flaqueza, ardida de celos por tanta plenitud fuera de sus cárceles pintadas. Una noche soñé: Dg se había enamorado de mis manos —la izquierda, sin duda, pues ella era diestra— y aprovechaba mi sueño para raptar a la amada cortándola de mi muñeca con el puñal. Me desperté aterrado, comprendiendo por primera vez la locura de dejar un arma en poder de aquella mano. Busqué a Dg, aún batido por las turbias aguas de la visión; estaba acurrucada en la alfombra y en verdad parecía atenta a los movimientos de mi siniestra. Me levanté y fui a guardar el puñal donde no pudiera alcanzarlo, pero después me arrepentí y se lo traje, haciéndome amargos reproches. Ella estaba como desencantada y tenía los dedos entreabiertos en una misteriosa sonrisa de tristeza.
Yo sé que no volverá más. Tan torpe conducta puso en su inocencia la altivez y el rencor. ¡Yo sé que no volverá más! ¿Por qué reprochármelo, palomas, clamando allá arriba por la mano que no retorna a acariciarlas? ¿Por qué afanarse así, rosa de Flandes, si ella no te incluirá ya nunca en sus dimensiones prolijas? Haced como yo, que he vuelto a sacar cuentas, a ponerme mi ropa, y que paseo por la ciudad el perfil de un habitante correcto.
1943
Julio Cortázar
(Bruselas, 1914-París, 1984), narrador, poeta y ensayista, es uno de los escritores argentinos más importantes de todos los tiempos. Tras realizar estudios de Letras y trabajar como docente en Argentina, se mudó en 1951 a París, donde creó una obra literaria única dentro de la lengua castellana. A través de una imaginación y una originalidad deslumbrantes, llevó a la perfección el género del relato corto; destacan entre sus obras las recopilaciones de cuentos
Bestiario
(1951),
Final del juego
(1956),
Historias de cronopios y de famas
(1962) o
Todos los fuegos el fuego
(1966). Fue, asimismo, un maravilloso novelista, como demostró en
Los premios
(1960),
62/Modelo para armar
(1968) y, sobre todo,
Rayuela
(1963), una de las obras maestras de la narrativa del siglo XX.
1
Comprendo que este relato reclama un preludio adecuado, con el tono que los novelistas ingleses dan a sus novelas de misterio. Un acorde sombrío que se aloje en la médula; una luz cárdena. También hubiera sido necesario explicar con detalle lo de mi mal al corazón y cómo, cualquier noche de éstas, me voy a quedar de pronto con la última expresión aferrada a la cara, máscara. Pero yo he perdido la fe en las palabras y los exordios, y apenas me asomo al lenguaje para decir estas cosas.
2
En noviembre de 1942, el doctor Fernando H. Dawson (del Observatorio Astronómico de la Universidad de La Plata) anunció clamorosamente haber descubierto una «nova» ubicada a 8h.9 ½ de ascensión recta y 35° 12' de declinación austral, «siendo la estrella más brillante en la región entre Sirio, Canopus y el horizonte» (
La Prensa
, 10 de noviembre, pág. 10). ¡Angélicas criaturas! La verdad es que se trataba del primer ensayo —naturalmente secreto— de la Sociedad.
3
Gracias sean dadas al Señor
4
Hommage à Hésiode
5
«Los delfines ejecutan saltos que se prestan a suponerlos altamente juguetones…» (Jonathan Thorpe,
Foam and Ashes
). «Los delfines, tristes como una boca posada en un espejo…» (Francis de Mesnil,
Monotonies
)
6
Hommage à Lautréamont
7
Lo que el alelado de Magallanes llamó océano Pacífico