La lista de mis deseos (11 page)

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Authors: Grégoire Delacourt

Tags: #Relato

BOOK: La lista de mis deseos
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Pasé dos semanas maravillosas en Londres con mi hija. Recuperé los momentos de antes, cuando la crueldad de Jo me hacía refugiarme en su habitación, donde ella me acariciaba el pelo hasta que recobraba la calma de un lago. Ella me encontró guapa, yo la encontré feliz. Fergus, su novio, es el único irlandés de Inglaterra que no bebe cerveza y ese detalle me convierte en una madre satisfecha. Una mañana nos llevó a Bristol, me enseñó el estudio Aardman donde trabajaba; prestó mi rostro a una florista ante la que Gromit pasaba corriendo, perseguido por un perro minúsculo. Fue un día hermoso como la infancia.

Cuando nos separamos en Saint-Pancras, no lloramos. Nadine me dijo que su padre había ido a verla hacía bastante tiempo, que parecía perdido, pero yo no escuché, luego me susurró al oído palabras de madre: te mereces una vida mejor, mamá, eres una buena persona, intenta ser feliz con él.

Él. Mi Vittorio Gassman; hace más de un año y medio que vivo a su lado. Es igual de guapo que el día de nuestro beso en el Negresco, sus labios han conservado el perfume del Orange Pekoe, pero, cuando besa los míos, ahora mi corazón no se acelera, mi piel no se estremece.

Él fue la única isla en mi pena.

Lo había llamado justo después de que el jefe de Jo me hubiera confirmado que había pedido una semana de vacaciones. El día que supe que había sido traicionada. Lo llamé sin creer ni por un instante que se acordaría de mí, quizá no era más que un depredador que adormecía la fidelidad de las mujeres con una taza de té en el bar del Negresco, bajo la deliciosa tentación de decenas de habitaciones libres. Me había reconocido enseguida. La esperaba, dijo. Su voz era grave, serena. Me había escuchado. Había oído mi cólera. Comprendido la mutilación. Y pronunció sus cuatro palabras de saludo: «Permítame que la ayude».

El sésamo que me abría. Me sajaba por fin. Hacía de mí la
Bella
etérea; Ariane Deume al borde del vacío un viernes ginebrino de septiembre de 1937.

Le permití que me ayudara. Me entregué.

Vamos todos los días a la playa y todos los días nos sentamos sobre las incómodas piedras. No he querido sillas bajas de lona ni cojines. Lo quiero todo como en nuestro primer día, el día de mi sueño de posible amante; el día que decidí que ni la maldad de Jo ni mi soledad eran razones suficientes. No me arrepiento de nada. Me había ofrecido a Jo. Lo había amado sin resistencia ni segundas intenciones. Había acabado por encariñarme con el recuerdo de su mano húmeda en la mía durante nuestra primera cita en el bar-estanco Arcades; aún lloraba a veces de alegría cuando cerraba los ojos y oía sus primeras palabras: «Usted sí que es una maravilla». Me había acostumbrado a su olor acre, animal. Le había perdonado mucho porque el amor exige muchos perdones. Me había preparado para envejecer a su lado sin que me hubiera dicho nunca palabras bonitas, una frase florida, ya saben, esas tonterías que hacen acelerarse el corazón de las chicas y que estas sean fieles para siempre.

Había intentado adelgazar, no para que me encontrara más atractiva, sino para que estuviera orgulloso de mí.

Eres muy atractiva, me dice el que disfruta ahora de eso, cuando yo quería estar atractiva para otro, pero a veces me gustaría verte sonreír, Jo. Es un hombre bueno que no ha sufrido la traición. Su amor es paciente.

Sonrío, a veces, por la noche, cuando regresamos a casa, a esta inmensa y preciosa villa de Villefranche-surMer cuya escritura de compra firmé
con desenvoltura
, y el cheque para pagarla, con
desenfado
; cuando veo a papá sentado en la terraza, con la enfermera al lado, a papá mirando el mar y buscando formas en las nubes, con sus ojos de niño: osos, mapas de tierras prometidas, dibujos de mamá.

Sonrío durante seis minutos cuando invento para él una vida nueva en el fresco de la noche.

Eres un gran médico, papá, un investigador emérito; condecorado caballero de la Legión de honor a propuesta del ministro Hubert Curien. Elaboraste un medicamento contra la rotura de aneurisma basado en la enzima 5-lipooxigenasa y estabas en la lista de candidatos para el Nobel. Incluso habías preparado un discurso en sueco y todas las noches venías a mi cuarto a repetirlo, y tu acento gutural y grave me hacía reír. Pero ese año lo ganaron Sharp y Roberts por su descubrimiento de los genes duplicados.

Eso fue anoche y a papá le gustó su vida.

Esta noche eres un contratenor fantástico. Eres atractivo y las mujeres gritan y sus corazones se embalan. Estudiaste en la Schola Cantorum de Basilea y te hiciste famoso con la ópera
Giulio Cesare in Egitto
, de Händel; sí, y así fue como conociste a mamá. Ella te felicitó después del recital, fue a tu camerino, llevaba unas rosas sin espinas en la mano, lloraba; te enamoraste de ella y ella te acogió entre sus brazos.

Unas lágrimas se agolpan en sus ojos, brillantes, felices.

Mañana te contaré que fuiste el papá más maravilloso del mundo, el más fantástico. Te contaré que mamá te obligaba a ducharte en cuanto llegabas a casa porque temía que el cloruro de dimetil nos transformara en monstruos de
Mi amigo el extraterrestre
. Te contaré nuestras partidas de Monopoly, te diré que hacías trampas para dejarme ganar y te confesaré que una vez me dijiste que era guapa, que te creí y que aquello me hizo llorar.

Sí, sonrío por la noche; a veces.

L
a casa está en silencio.

Papá duerme en la fresca habitación de la planta baja. La enfermera ha salido con su novio; es un hombretón con una bonita sonrisa, sueña con África, escuelas y pozos (¿un candidato para mi millón?).

Hace un rato, mi Vittorio Gassman y yo nos hemos tomado una infusión en la terraza en penumbra; su mano temblaba en la mía, sé que no soy una persona segura; viento sin duda, una ramita quizá; debo de estar muy intranquila ahora para un hombre, no lo puedo evitar.

Se ha levantado en silencio y me ha besado en la frente: no tardes mucho, Jo, te espero; y antes de ir a esperar en nuestro dormitorio una curación que no se producirá esta noche, ha puesto el CD de esa aria de Mozart que me gusta tanto, al volumen justo para que inunde la terraza pero no despierte al fantástico contratenor, al jugador tramposo de Monopoly y al casi Premio Nobel.

Y esta noche, como todas las noches, en un
playback
perfecto, mis labios abrazan los de Kiri Te Kanawa, articulan las conmovedoras palabras de la condesa Almaviva:
Dove sono i bei momenti / Di dolcezza e di piacer? / Dove andano i giuramenti / Di quel labbro menzogner? / Perchè mai se in pianti e in pene / Per me tutto si cangiò / La memoria di quel bene / Dal mio sen non trapassò
?
[3]

Canto para mí, en silencio, el rostro vuelto hacia el mar oscuro.

Me aman. Pero yo ya no amo.

D
e
[email protected]

A
[email protected]

Hola, Jo: Soy una seguidora de su blog desde el principio. Me fue de gran consuelo en una época en la que no me sentía muy a gusto con mi vida y me permitió agarrarme a sus hilos de hilvanar y otros trozos de lana Azurite para no caer… Gracias a usted y a sus bonitas palabras, no me derrumbé. Gracias de todo corazón. Ahora me toca a mí estar aquí para usted, si lo desea, si lo necesita. Quería que lo supiera. Mariane.

De
[email protected]

A
[email protected]

Me encanta su blog. Pero ¿por qué ha dejado de escribir? Sylvie Poisson, de Jenlain.

P.D.: No digo que los artículos de Mado y Thérèse no estén bien, pero no es lo mismo:-)

De
[email protected]

A
[email protected]

Hola, Jo: ¿Se acuerda de mí? Me respondió muy amablemente cuando le envié mis deseos de que su marido se recuperara de la gripe HN. Parecía tan enamorada de él que era maravilloso. Mi marido murió hace poco en el trabajo, una hormigonera le golpeó la cabeza y en el cementerio leí sus palabras cuando dice que solo tenemos un amor y el mío era él, mi Jeannot. Lo echo de menos y a usted también. Bueno, la dejo porque estoy empezando a llorar.

De
françoise-y-jocelyne@peluestetica_arras.fr

A
[email protected]

¡Jo, estás chiflaaaaaada! ¡¡¡Estás loca!!! ¡Loca, superloca y requeteloca! Son fantásticos. ¡Y con las cebollitas pintadas en el techo y los retrovisores cromados no pueden ser más bonitos! Son los Mini más chulos que hemos visto nunca. La gente del barrio cree que es a nosotras a quienes nos tocó la Loto. ¿Te das cuenta? Ahora tenemos pretendientes a patadas, nos mandan flores, poesías y bombones. ¡¡¡Vamos a acabar hechas unas focas!!! Hasta un chaval de quince años se ha enamorado de nosotras y quiere que nos fuguemos los tres juntos. ¡Nos espera todas las noches detrás del campanario con la maleta, imagínate! Una noche nos escondimos para verle la cara y es monísimo. ¡Quince años! ¿Te das cuenta? ¡Y nos quiere a las dos! En su última carta dijo que se suicidaría si no íbamos, es un encanto. La peluquería está siempre llena, hemos tenido que contratar a dos chicas; una es Juliette Bocquet, puede que te acuerdes de ella, estuvo saliendo con Fabien Derôme y las cosas se torcieron porque sus padres creían que la había dejado embarazada; en fin, todo eso pertenece al pasado. El caso es que con los Mini que nos has regalado ahora somos las estrellas de Arras y muy pronto iremos a verte aunque no quieras, te daremos una sorpresa. Bueno, suponemos que sabes lo que le pasó a Jo, que los vecinos avisaron a la Policía por el olor; aquí todo el mundo se quedó de piedra, sobre todo porque se le veía contento, pero nadie habla ya de eso.

Ya son casi las dos; te dejamos, Jo, nos vamos a hacer la Loto y después volvemos a abrir la pelu. Miles de besos y abrazos. Las gemelas.

De
[email protected]

A
[email protected]

Hi beautiful
mamá. Just estas few words para decir ke Nadine está en espera del baby y ke no se atreve decir mu estamos very very happy. Ven pronto ella tendrá need you. Warm kisses. Fergus.

De
faouz_belle@faouz_belle.be

A
[email protected]

Hola, señora Guerbette:

Soy Faouzia y vivo en Knokke-le-Zoute, donde conocí a su marido. No paraba de hablar de usted, de su mercería y de su web; a veces lloraba y me pagaba para que lo consolara. Yo me limité a hacer mi trabajo y sé que usted no me odiará. Antes de irse, me dio un reloj Patek, y como hace poco me enteré de su verdadero valor, he pensado que debería tenerlo usted. Gracias por decirme dónde puedo enviárselo. Siento mucho lo que le ha pasado. Faouzia.

De
[email protected]

A
[email protected]

Busco hilo de bordar Mouliné gris tórtola, ¿tiene usted? ¿Y sabe si hay talleres de tapicería de ganchillo en la región de Bénodet? Me gustaría aprender. Gracias por su ayuda.

Agradecimientos

A
Karina Hocine, por ser maravillosa.

A Emmanuelle Allibert, la jefa de prensa más cautivadora que conozco.

A Claire Silve, por su revitalizante exigencia.

A Grâce, Sibylle y Raphaële, que fueron las tres primeras amigas de Jocelyne.

A todas las blogueras, las lectoras y los lectores que me animan desde
L’Écrivain de la famille
, cuyo entusiasmo y amistad me han insuflado la alegría de este libro.

A todos los libreros que defendieron mi primera novela.

A Valérie Brotons-Bedouk, que me hizo saborear
Las bodas de Fígaro
.

A Dana, por último, que es la tinta de todo.

GRÉGOIRE DELACOURTE, nacido en 1960 en Valenciennes (Francia), Grégoire Delacourt es publicista y ha hecho numerosas campañas publicitarias para famosas multinacionales. Su primera novela,
L’Écrivain de la famille
(El escritor de la familia, 2011), tuvo una excelente acogida en su país y fue galardonada con 10 importantes premios literarios franceses, entre ellos el
Marcel Pagnol
2011, el
Rive Gauche
2011 y el
Coeur de France
2011.

Gracias al éxito de
La lista de mis deseos
en la
rentrée
de invierno de 2012, Delacourt se está convirtiendo en uno de los autores del momento en Francia y está en el punto de mira de todos los medios.

http://epubgratis.me/taxonomy/term/5816

Notas

[1]
Tomado de André Maurois (1885 - 1967): «El amor soporta mejor la ausencia o la muerte que la duda o la traición».
<<

[2]
Tomado de Françoise Sagan (1935 - 2004): «Amar no es solo “querer”, es sobre todo comprender». (En
Qui je suis
?)
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[3]
«¿Adónde han ido los bellos momentos / De ternura y de placer?/ ¿Adónde han ido las promesas / De esos labios mentirosos? / ¿Por qué, si lágrimas y penas se ha tornado todo para mí / Su recuerdo no ha abandonado mi corazón?» (
Las bodas de Fígaro
, acto III).
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