Authors: Leandro Palencia
En la tercera entrega hay un idilio entre un rey y un plebeyo que acaba en muerte. Pasolini sugirió que se trataban de cintas políticas al erotizar el cuerpo masculino y femenino en la pantalla, la política de celebrar el ser sexual. Con la trilogía quiso capturar una sexualidad pura e inocente, lejos de los condicionamientos católicos y el sentido de culpabilidad que propugnaba. Sin embargo, al final Pasolini acabó repudiando la trilogía, reconociendo que esa sexualidad que buscaba no existía ni en el pasado ni en el tercer mundo.
En su abjuración escribió: «La vida sexual privada (como la mía) ha sufrido el trauma de la falta de tolerancia y de la degradación corpórea; es decir, de aquella fantasía sexual, que era dolor y alegría y que ahora se ha convertido en suicida desilusión». Su postuma
Saló o 120 días de Sodoma
(1975) es un compendio de los horrores sexuales que describió el Marqués de Sade en su novela —en la obra de este escritor la actividad homosexual es importante para su programa revolucionario de libertinaje sexual-. Pasolini la ambientó en la república fascista de Saló, el estado sin estado de la Italia crepuscular de Benito Mussolini. «Nada es tan anárquico como el poder», se dirá en la cinta. En ella el sexo es un instrumento de poder y opresión y quienes lo ejercen son malvados y depravados viejos, verdugos inhumanos que tratan a sus víctimas como objetos para su propio placer. Hay escenas de violación, de sodomía, de coprofagia, humillaciones sexuales y torturas. Se estrenó dos semanas después de su asesinato.
Pasolini nace el año en el que el fascismo llega al poder en Italia. Con 19 años alcanza notoriedad con sus poemarios —Alberto Moravia le considera el mejor poeta de su generación y Pasolini mismo se estimaba antes poeta que cineasta— que se acrecienta con la publicación de sus ensayos y novelas. En octubre de 1949 un niño confiesa a su párroco que ha mantenido relaciones sexuales con Pasolini y éste pierde su trabajo de maestro y le expulsan del Partido Comunista. Durante toda su vida le traumatizó que se hiciera pública su homosexualidad a través de un informe policial, viéndose obligado a huir a Roma junto a su madre. «Durante dos largos años fui un desocupado como tantos otros, cuya única esperanza es tener el valor de suicidarse...». Escribe su primer guión para otros en 1954 y entre ellos destacan
Las noches de Cabiria
(Federico Fellini, 1956) o
La Notte Brava
(Mauro Bolognini, 1959). Sus novelas "Chicos del arroyo" (1955) y "Una vida violenta" (1959), con sus brutales descripciones del submundo de las sociedades opulentas, muestra a muchachos de sexualidad flexible. En su época fueron tachados de personajes amorales y pornográficos. Un inframundo del que siempre se sospechó que Pasolini fuera un experto por su reiterado trato con prostitutas, chaperos, chulos y ladrones de las zonas suburbanas: a menudo era arrestado en su compañía.
Pasolini rechazaba a la clase media gay asimilada y cuentan que era típico de él aparecer en las reuniones con un chico de la calle con el que más tarde tendría sexo por dinero. A la mayoría de sus relaciones luego las hacía intervenir en sus películas.
Accattone
(1961) fue la primera de un neorrealismo estilizado. Con
El evangelio según San Mateo
(1964) —sin el "San" en el original italiano— encuentra su propia voz cinematográfica con un reparto no profesional y un estilo realista. Curiosamente, la cinta fue alabada y distribuida por fundamentalistas cristianos. En esta película comenzó su colaboración con el diseñador de producción gay Danilo Donati, quien también trabajó con Luchino Visconti, Franco Zeffirelli o Roberto Begnini.
Pajaritos y pajarracos
(1966) es una fábula cómica con su amante de entonces, Ninetto Davoli, el cual reaparecerá en muchas de sus producciones posteriores como uno más del equipo de actores "proletarios" que Pasolini conformaba a su entorno. A Davoli, Pasolini le dedicará el poemario homoerótico "L'hobby del sonetto" donde se puede leer «Lo más importante en mi vida ha sido mi madre/se le ha sumado, sólo ahora, Ninetto».
Medea
(1970) está protagonizada por Maria Callas.
Tras la muerte de Pasolini se publicaron dos novelas homoeróticas, "Actos impuros" (1943) y "Amado mío" (1948), sobre el idílico amor entre muchachos. Para Pasolini el cine era «el lenguaje escrito de la realidad» que le permitía ir tras los vestigios de los grandes mitos universales para «vivir dentro de las cosas, dentro de la vida, dentro de la realidad». Según él, el cine le consentía mantener un contacto con la realidad «físico, carnal, diría incluso de orden sexual». Era un cineasta cuyo anhelo era la vida y quizá por eso rodaba tan descuidadamente —Dominique Noguez se referirá a su «estilo de Eisenstein marroquí»-. Pasolini había escrito, «Amo la vida tan ferozmente, tan desesperadamente, que no me puede hacer bien...».
4 de abril de 1932 en Nueva York (EE.UU.) — 12 de septiembre de 1992 en Los Ángeles (EE.UU.)
En "Split Image: The Life of Anthony Perkins" (1996) Charles Winecoff le califica como «una víctima de la mala fama del Hollywood armarizado que le obligaba a actuar como un Don Juan mientras luchaba en privado contra su propia homosexualidad». Desde principios de los años cincuenta a finales de los sesenta visitó un psiquiatra para que le transformara en heterosexual. Nueve de esos años fue a cuatro sesiones por semana. Interiorizada la homofobia, Perkins era un gay torturado por su doble vida, tanto que sufría ataques de pánico cuando la presencia de una bella actriz no le suscitaba los sentimientos sexuales "adecuados". Mientras participaba con un breve papel en
El juez de la horca
(John Huston, 1972) mantuvo un
affaire
con la protagonista, Victoria Principal y según Perkins fue su primera experiencia sexual con una mujer. Dos años después contraía matrimonio con Berry Berenson, la hermana de la actriz Marisa, dieciséis años menor que él y con la que tuvo dos hijos. Parece que se casó porque temía que la revista "Confidential" le desarmarizara. Aun así, su caza por los bares gays persistió. Entre sus renombrados amantes se encuentran el actor Tab Hunter, el bailarín Rudolf Nureyev, el coreográ-fo Grover Dale (relación de seis años antes de que Perkins se casara) o el compositor/letrista Stephen Sondheim. En 1983 le dijo a la revista "People" que había tenido "encuentros homosexuales" si bien estos siempre le habían resultado irreales e insatisfactorios. En la misma entrevista hace un paralelismo entre su vida y la del personaje que le dio fama en
Psicosis
(Alfred Hitchcock, 1960). Al igual que Norman Bates él tuvo un padre que murió cuando tenía cinco años y quedó a cargo de una madre neurótica —a veces atenta, otras dominante— con el resultado de que las mujeres le asustaron para el resto de su vida. Su primer estudio, Paramount, le quiso vender como el nuevo James Dean, pero esa imagen entraba en conflicto con la apariencia de Perkins, que, según Robin Wood, se caracterizaba por unas cualidades tradicionalmente asociadas con lo femenino, como la sensibilidad, la vulnerabilidad o el retraimiento. Una delicadeza y fragilidad física y emocional que no proyectaba una identidad clara de género.
Hitchcock la apresó en
Psicosis
y la asoció con el desorden psicológico de Norman Bates y sus connotaciones homosexuales. «El mejor amigo de un chico es su madre», diría Bates. Este "Hamlet del terror" es un personaje ambiguo, adicto a vestirse como su progenitora y a matar violentamente a mujeres jóvenes. Introduce dentro de la cultura pop al perturbado asesino travestí, una yuxtaposición del travestismo con lo monstruoso. Por ejemplo, en la comedia negra
Así no se trata a una dama
(Jack Smight, 1968) Rod Steiger tiene igualmente una relación problemática con su madre, lo cual le convierte en un demente asesino de mujeres. Según Slavoj la culpa de Bates es sexual y edípica, el terror asociado a la dislocación, el desdoblamiento. Perkins apenas volvió a dar una interpretación más interesante. En
Play it as it Lays
(Frank Perry, 1972) interpretó a un bisexual autodes-tructivo. Y en
Mahogany
(Tony Richardson, 1975) hace de fotógrafo gay.
Perkins fue hijo del hoy olvidado actor Osgood Perkins —se le puede ver, por ejemplo, en
Scarface, el terror del hampa
(Howard Hawks, 1932)-. Su primera película fue
La Actriz
(George Cukor, 1953). En el teatro sustituye a John Kerr como sospechoso de ser gay en
Té y simpatía.
En
Cazador de forajidos
(Anthony Mann, 1957) es un chico que aprende a ser un hombre bajo el modelo de un adulto. Su papel en
Psicosis
le hace famoso y con el tiempo le devora y encasilla, a excepción de
El proceso
(Orson Welles, 1962). Se hunde en la adicción a las drogas y en mediocres producciones europeas o en papeles secundarios estadounidenses. En 1973 coescribe el guión de
El fin de Sheila
(Herbert Ross, 1973), junto al compositor Sondheim. En 1986 dirige
Psicosis III.
Mientras la rueda contrae el virus del sida. Mantiene en secreto la enfermedad durante cuatro años para poder continuar trabajando y no preocupar a sus amigos e hijos. Sólo se lo comunica a su esposa. La revista "National Enquirer" verifica y revela su enfermedad en 1989 al analizar ilegalmente una muestra de su sangre. Él ni lo confirma ni lo niega. Sobre su dolencia dijo que «he aprendido más del amor, la generosidad y la comprensión humana de las personas (que) en el mundo competitivo en el cual pasé mi vida». Tras su muerte deja un esperanzador mensaje para aquellos que sufren de sida en el epílogo del telefilm
En el filo de la duda
(Roger Spottiswoode, 1993). Su esposa viajaba en uno de los aviones que los terroristas estrellaron contra el World Trade Center el 11 de septiembre de 2001. Uno de sus dos hijos, Oz, también es actor —por ejemplo, en la
camp Una rubia muy legal
(Robert Luketic, 2001)-.
Cole Albert Porter
9 de junio de 1891 en Perú (EE.UU.) —15 de octubre de 1964 en Santa Mónica (EE.UU.)
Su abuelo era de orígenes muy humildes pero con perseverancia permutó en el hombre más rico de Indiana. Porter con seis años toca el violín y con ocho el piano pero como detesta el sonido del primero se centra en el segundo. Con diez compone su primera canción con ayuda —y dedicada— a su madre. Ésta altera el certificado de nacimiento de su hijo para que aparezca como un niño prodigio. A partir de 1909 Porter estudia en Yale, donde sus biógrafos afirman que descubrió y exploró su homosexualidad, desarrollando una fijación por hombres grandes y musculosos tipo jugador de rugby. En Yale crea seis musicales y alrededor de trescientas canciones que suelen loar la superioridad sexual de los alumnos masculinos. Sus composiciones le hacen tan popular como si fuera un atleta. Su abuelo, que desaprobaba las carreras artísticas, le conmina a que estudie leyes en Harvard pero, Porter al siguiente año se matricula en artes y ciencias a su espalda. Su primera obra en Broadway es "See America First" (1916), un fracaso. En julio de 1917 recala en París donde se codea con el ambiente más selecto. Allí conoce a la rica divorciada estadounidense Linda Lee Thomas —que algunos definieron como la mujer más hermosa del mundo— ocho años mayor que él y enfermiza. El 19 de diciembre de 1919 se casan, relación que durará hasta la muerte de ella, en 1954. Fue un matrimonio sin sexo, platónico.
A los caballeros de la alta sociedad como Porter se les toleraba los
affaires
gays siempre que éstos fueran discretos y mantuvieran la fachada heterosexual. La vida de Porter era paradójicamente, como la de tantos otros, la de un gay abierto públicamente armarizado. Supuestamente, Linda conocía y aceptaba esas escapadas en aras del amor "devoto e incondicional" que Porter la brindaba.
La nómina de los amantes de éste fue larga. En 1925 con la estrella de los Ballets Rusos, Boris Kochno tuvo una breve y malograda relación tras la cual, durante un tiempo, Porter limitó su vida sexual a emocionantes encuentros con marineros y chaperos, descubriendo que el sexo por dinero era menos complicado para él. Kochno fue el amante de Christian Bérard (1902-1947) desde los años treinta; Bérard era conocido en el círculo de Jean Cocteau como Bébé, para quien diseñó la escenografía de
La bella y la bestia
(Coc-teau, 1946). Un viejo amigo de Porter, el actor Monty Woolley, a menudo le acompañaba en su búsqueda por los muelles y burdeles de Nueva York. Una noche dieron con un joven marinero que les preguntó bruscamente «¿Sois dos chupapollas?», a lo que Woolley se rió y respondió «Ahora que hemos terminado con los preliminares, ¿porqué no te vienes con nosotros y discutimos los detalles?».