Authors: Leandro Palencia
Ivory se licenció en cine y televisión en 1957 y al poco comienza a destacar en el mundo del documental. En 1959, mientras rueda en Nueva York uno sobre el arte indio,
The Sword and the Flute,
conoce a Merchant. Éste había ido a EE.UU. para estudiar producción cinematográfica aunque al principio quería ser actor. Mientras trabaja para una agencia de anuncios, Merchant produce
Creation of Woman
(1961), sobre un mito indio, que recibió una nominación al Oscar al mejor cortometraje. En mayo de 1961 forman Merchant Ivory Productions «para hacer películas en inglés en la India con el objetivo del mercado internacional».
The Householder
(1963) es su primer largometraje juntos y con guión de Jhabvala. La primera parte de su filmografía se centra en los conflictos en la India entre Oriente y Occidente, en la mutua fascinación e incomprensión entre gentes de diferentes culturas como
Shakespeare Wallah
(1965),
The Guru
(1969),
Bombay Talkie
(1970),
Oriente y Occidente
(1982) y
Cotton Mary
(Merchant, 1999), películas influenciadas por el cine intimista y naturalista de Satya-jit Ray y Jean Renoir. Tras varios reveses comerciales y críticos como
Savages
(1972) y
Fiesta salvaje,
a finales de los años setenta encuentran la marca de fábrica que les hará internacionalmente famosos, el cine de época con cuidadoso tratamiento de la psicología de los personajes. La iniciaron en
Los europeos
(1979). Tras la muerte de Merchant muchos obituarios ignoraron su relación sentimental con Ivory señalando que «no estaba casado y no tenía hijos». Merchant también era conocido por cocinar y dar de comer al equipo técnico y artístico, una reminiscencia de sus inicios como paupérrimo productor cinematográfico.
Michael Derek Elworthy Jarman
31 de enero de 1942 en Northwood (R.U.) — 19 de febrero de 1994 en Londres (R.U.)
Se describía orgullosamente como «un cineasta
queer».
Creía que «Todos los hombres son homosexuales y que algunos se vuelven heterosexuales». Y opinaba que «Cuando conozco a hombres heterosexuales, sé que sólo han experimentado la mitad del amor». Fue hijo de un comandante de la RAF por lo que se trasladó de base en base a Italia, India y Pakistán, quizá por eso su cine abunda en imágenes militaristas, particularmente figuras de autoridad uniformadas. Durante su infancia se obsesiona con la obra de William Shakespeare. Estudia historia en la Universidad. Sus inicios son a finales de los años sesenta como diseñador de decorados y vestuario para ballets y óperas. John Gielgud, quien ve el de un ballet, le pide que diseñe la ópera de W.A. Mozart "Don Giovanni" (1968). Su primer trabajo cinematográfico fue como decorador en las películas de Ken Russell Los
demonios
(1971) y
El mesías salvaje
(1972). A inicios de esa década comienza a hacer sus propias cintas experimentales con una cámara de súper 8, obras con las que liderará la vanguardia cinematográfica británica, deudoras de su formación artística (Jarman siempre expuso cuadros en galerías londinenses). Su primer largometraje fue
Sebastiane,
codi-rigido con Paul Humfress (1976), la primera película que pasa la censura británica y muestra penes erectos. Trata del martirio del santo que no se dejó llevar por la sensualidad gay por sus creencias cristianas. Al igual que pasa en la novela homoerótica del gay latente Herman Melville, "Billy Budd" (1891), el efebo es sacrificado por no ser otra cosa que un objeto de la mirada sin capacidad de acción, de ahí que el hombre que lo desea no puede hacer nada más que provocar su muerte. La cinta creó revuelo por la franca representación del deseo gay, por proyectar y celebrar esa sexualidad. En ella, como hará con otros
biopics
posteriores, quería reclamar las ramificaciones de una suprimida historia homosexual para evidenciar la importancia de los homosexuales en la cultura occidental. Las implicaciones de la película con la estética
camp
se realzaron al decirse los diálogos en latín. Lindsay Kemp (1938) coreografió la orgía romana. Kemp había ayudado a David Bowie a crear la imagen de Ziggy Stardust a principios de los años setenta. La fantasía política
Jubilee
(1978) se convirtió en el emblema del movimiento
punk
por su feroz anties
tablishment.
En uno de los típicos anacronismos de las películas de Jarman, cuenta la visión que tiene la reina Isabel I sobre el veinte aniversario del reinado de Isabel II, una nueva Inglaterra devastada por la violencia y la anarquía. Jarman era partidario de un cine personal lejos de los imperativos de la trama y la caracterización de los personajes. Como Kenneth Anger sentía fascinación por la violencia y el homoerotismo. Como Stan Brakhage rodaba compulsivo su diario, en súper 8 e incluyéndolo en sus películas no lineales tipo
The Angelic Conversation
(1985) o
The Last of England
(1988). Y como P.P. Pasolini apostaba por un cine poético, donde las imágenes conmocionaran y los sonidos evocaran. En
The Angelic Conversation
Judi Dench recita los sonetos de Shakespeare mientras aparecen bellos jóvenes masculinos en idílicos paisajes, con lo que se da un toque homoerótico a los poemas. «Gente que me gusta en lugares y espacios que me gustan», dirá Jarman. En
The Last of England
expone la decadencia del Reino Unido bajo el gobierno de Margaret Thatcher, porque Jarman, paradójicamente, a pesar de ser considerado un inconformista radical y un subversivo era un tradicionalista. Sus feroces ataques al presente no ocultaban su nostalgia por un mundo no corrompido por la burocracia burguesa y la publicidad. Se consideraba uno de los últimos de su generación capaz de recordar como era «el país antes de que la mecanización interviniera y destruyera todo». Con la llegada a mediados de los ochenta del canal televisivo Channel 4 y la distribución a nivel internacional del cine británico de bajo presupuesto, Jarman se establece como el mayor autor de Europa dentro del contexto de vanguardia que celebraba la marginalidad. Se dirige a un público minoritario deseoso de verse reflejado en la gran pantalla.
Caravaggio
(1986) quizá sea su obra más conocida. Con una agresiva puesta en escena antirrealista utiliza accesorios y vestuarios anacrónicos para romper la narrativa edípica y falocéntrica y así resistirse a la construcción homofóbica del pasado y del presente.
Caravaggio
enfatiza los
affaires
homosexuales del artista del Barroco con sus modelos porque, tal como pensó Jarman cuando vio un San Juan Bautista del pintor, «Si le quitas la cruz, San Juan parece sacado de una foto de los años cincuenta de una revista de culturismo». El 22 de diciembre de 1986 le diagnostican el virus VIH y al mes siguiente lo revela, convirtiéndose desde entonces en una presencia incómoda en los medios de comunicación luchando por los derechos de los gays y la dignidad de las personas con sida. «Comprender que la sexualidad es más ancha que el mar. Que tu moralidad no es la ley. Comprender lo que somos. Que si nosotros decidimos tener sexo seguro, más que seguro o inseguro es nuestra decisión y nadie tiene derecho a cuestionar cómo hacemos nuestro amor». Jarman también expresó que «No estoy asustado de la muerte sino de ser un moribundo. El dolor físico se puede aliviar con la morfina pero el dolor del ostracismo social no». En
War Requiem
(1989), sobre la obra del compositor Benjamín Britten —quien escribió muchos trabajos inspirados en su amante, el barítono Peter Pears-, habla de la devastación de la guerra y de los estragos del sida. Jarman se muda a un
cottage
en la costa de Kent, próximo a la central nuclear de Dungeness, allí se dedica a cultivar un jardín zen. En
The Carden
(1990) expondrá su batalla con el sida. Al año siguiente rueda
Eduardo II,
sobre el rey gay. Con la teatral
Wittgenstein
(1993) regresa a formas más narrativas.
Blue
(1993) la realiza ya ciego y mortalmente enfermo. En ella se proyecta exclusivamente durante 75 minutos un plano de color azul cobalto —inspirado en el pintor francés Yves Klein— mientras se oye música de sintetizadores y a tres de sus actores favoritos (Nigel Terry, John Quentin y Tilda Swinton) declamar una serie de textos. Jarman manifestó que la pantalla era azul porque no podías ver el virus del sida. Tuvo su
premiére
en la Bienal de Venecia y luego recorrió como una instalación museos de arte moderno de todo el mundo. Su última obra fue
Glitterbug
(1994), ya postuma, una hora de
collage
s trazados con películas caseras en súper 8 entre 1970 y 1986. Le enterraron con la capa real dorada que se usó en
Eduardo II.
En su epitafio puso "Controvertido". Jarman era próximo al grupo radical
¡Outrage!,
que se fundó cuando el actor Michael Boothe murió víctima indirecta de la violencia homofóbica y la indiferencia de la policía. Jarman consideraba que la integración generaba represión y por tanto domesticación, por eso estaba a favor de un extremismo sexual. También fue un izquierdista radical. Además fue poeta, escritor, pintor, diseñador de decorados, activista, consumado jardinero o director de videoclips para
The Smiths, Suede o Pet Shop Boys,
con los que condicionó la estética de la música pop e
indie
de los años ochenta.
4 de junio de 1975 en Los Ángeles, California (EE.UU.)
Quizá porque el lesbianismo o la bisexualidad de la mujer entronca con una fantasía heterosexual masculina, las lesbianas o bisexuales nunca han dejado de tener una fuerte presencia en las pantallas. Por ejemplo, Charlize Theron recibió un Oscar a la mejor actriz por
Monster
(Patty Jenkins, 2003), sobre la primera asesina múltiple lesbiana. Aunque parece que las lesbianas o bisexuales en la vida real lo tienen más difícil y se les intenta anular su presencia. Gracias a la visibilidad y a los derechos de los homosexuales, los escándalos y la persecución contra estos ya no puede ser comparable con la época clásica de Hollywood, pero aún hoy existe la opresión heterosexista. a veces por el temor de las actrices a limitar sus posibilidades de encontrar papeles o porque simplemente quieren escapar del escrutinio público. Guardar las apariencias y buscar la aprobación social no es tan sólo una reliquia del pasado. Aun así, hay que reconocer que un puñado de actrices han sido honestas y salido del armario. Algo siempre importante para la cultura
queer,
porque la resonancia que suscitan es otro paso crucial para una mayor aceptación de la diferencia sexual, Aademás de que proveen modelos para aquellos que dudan vivir libremente su sexualidad. Y es que los actores crean pautas, modas y modelos de deseo.
A pesar de sus tres sonadas relaciones —esposa de Johnny Lee Miller, Billy Bob Thornton y Brad Pitt— Angelina Jolie ha proclamado al mundo en varias ocasiones que es bisexual y nunca ha ocultado que mantuvo un
affaire
con la actriz Jenny Shmitzu ni otros más cuando trabajaba como modelo. Orgullosa de su condición ha manifestado «Amo a las mujeres y a los hombres de la misma forma, veo a la gente como gente y al amor como amor, así que tiene sentido que una mujer sepa que la amaría tanto como a un hombre». Y antes añadió, «Fui abierta sobre ello porque quería que la gente conociera que yo había estado con una mujer. Hablé sobre ello porque descubrí algo maravilloso y pensé que la gente debería conocer mi experiencia, que fue real, muy normal y en la que aprendí muchas cosas. Fue bello y diferente así que pensé que debería compartirlo. Pero la gente decidió convertirlo en algo escandaloso».
Otras famosas actrices contemporáneas que han declarado ser o haber sido bisexuales son: Drew Barrymore (1975), que no para de repetir que «me gustan las mujeres sexualmente, y de joven estuve con muchas», que se ha acostado con tantas mujeres como con hombres. Barrymore es un claro ejemplo de que la bisexualidad encuentra mucha más aceptación que el lesbianismo, especialmente si nunca aparece en público con compañías femeninas ni da nombres, como es su caso. Linda Fiorentino (1960) dijo que en su etapa de la Universidad experimentó con mujeres, algo que según ella era común entre las chicas de aquella época. Jane Fonda (1937) mientras estuvo casada con Roger Vadim (1965-1973) participaba en
ménage
à
trois
con otra chica. Parece que la intimidad de Linda Hamilton (1957) con la especialista Cindy Short provocó que se divorciara de su marido, el director James Cameron. Hamilton, como protagonista de las dos primeras entregas de
Terminator,
al igual que la teniente Ripley de Sigourney Weaver en la saga
Alien
o Jodie Foster en
El silencio de los corderos
(Jonathan Demme, 1991), son tenidas como iconos lesbianos al encarnar personajes femeninos independientes y fuertes.