Estúpidos Hombres Blancos (22 page)

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Authors: Michael Moore

Tags: #Ensayo

BOOK: Estúpidos Hombres Blancos
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Chicas católicas
(véase más arriba).

Un puesto garantizado en el paraíso
junto a Dios Padre en persona. Lo dice la Biblia: Jesús hizo a Pedro padre de la Iglesia y luego dejó bien claro que los seguratas de las Puertas del Cielo sólo franquearían el paso a los miembros de la «única iglesia verdadera». Una de dos: o sigue prometiendo fidelidad a la Reina y se resigna a arder para siempre en el infierno, o cambia de bando y se gana un asiento de primera clase a la Eternidad.

Una vez que esta lista caiga en manos de los protestantes de Irlanda del Norte, en cuestión de horas asistiremos a un frenesí de conversiones masivas. Y resulta muy fácil: cualquier católico puede oficiar el sacramento del bautismo para salvar el alma de un infiel, sobre todo si está moribundo.

Sólo necesita algo de agua que verter sobre la frente de un protestante y repetir las palabras siguientes: «Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.»

Ya está. Es más fácil que hacerse del club de fans de Ricky Martin.

Y si los protestantes siguen resistiéndose a la conversión, recorra sus vecindarios con mangueras bendecidas en la parroquia y rocíelos con agua bendita, pronunciando las sagradas palabras. Luego, corra como un poseso.

LA EX YUGOSLAVIA

Este rincón dejado de la mano de Dios ha sido fuente de buena parte de las desgracias colectivas del último siglo. La incapacidad de sus residentes para llevarse bien —serbios contra croatas contra musulmanes contra macedonios contra albaneses contra kosovares contra serbios— puede sintetizarse en un único acontecimiento: en 1914, un anarquista serbio llamado Gavrílo Princip asesinó al archiduque Fernando. El incidente desencadenó la Primera Guerra Mundial, que condujo a la segunda. Entre ambas se llevaron por delante a más de sesenta millones de personas.

No sé qué le pasa a esta gente. Yo no voy por ahí matando tejanos ni arrasando poblados de Florida. He aprendido a vivir con ese tipo de personal. ¿Por qué ellos no?

Yugoslavia no siempre fue tan violenta. Después de la Segunda Guerra Mundial, los yugoslavos que habían luchado contra los nazis (básicamente serbios, pues los croatas les recibieron con los brazos abiertos a ellos y a su solución final) asumieron el poder y formaron un gobierno comunista bajo el liderazgo del mariscal Tito. Tito se negó a someterse al dominio de Moscú y se dispuso a pacificar las diversas facciones étnicas del país. Durante casi cuarenta años, los yugoslavos dejaron de matarse entre sí y se convirtieron en un país civilizado que ganaba muchos campeonatos de baloncesto.

Entonces Tito murió y se desató la carnicería. Los croatas empezaron a matar serbios. Los serbios se pusieron a matar musulmanes en Bosnia y albaneses en Kosovo. Estados Unidos se puso a bombardear Kosovo para demostrar que matar era una cosa fea. En los últimos años, la guerra y la paz se han alternado alegremente. Esta gente no para. Son adictos.

De modo que ya es hora de intervenir.

No digo militarmente, sino mediante un programa de doce pasos, parecido al de Alcohólicos Anónimos.

Propongo que la gente de la ex Yugoslavia haga el juramento de destetarse de la mala leche. Concierten reuniones semanales en parroquias y mezquitas de todo el país (o lo que queda de él), siéntense en círculo y desahóguense. Está permitido fumar y hay café gratis.

De lo contrario, vamos a bombardearles con esos cochecitos de mierda yugoslavos. Nunca se sentirán seguros, pues en cualquier momento podemos descargar sobre su cabeza una de esas macetas de mil kilos.

Pero quizá la solución esté en manos de la ciencia y ésta sea la ocasión que tanto buscábamos para intentar resucitar a un muerto. Como ser vivo, Tito no gustaba mucho en Estados Unidos, pero ahora casi nos recuerda a la madre Teresa de Calcuta. Si podemos clonar humanos, ¿no habríamos de ser capaces de devolver la vida a alguien que ya estuvo vivo en su día? Por mi parte, no me importaría que el gobierno estadounidense destinara unos cuantos millones de dólares para este nuevo proyecto Frankenstein. La visión de aquel hombretón tocado con su gorra grotesca nuevamente al frente de sus revoltosos ciudadanos sería todo un espectáculo. En nombre de millones de personas que no merecían morir en el siglo XX por culpa de las fechorías yugoslavas, quizá no tengamos otra esperanza para restaurar la paz y la tranquilidad domésticas. ¡Tito, levántate y anda!

COREA DEL NORTE

Hay una cosa que conviene no olvidar acerca de Kim Jong Il: es un fanático del cine y tiene una colección casera de más de 15.000 vídeos. Quizá sea en todas esas películas donde busca orientación para salvar a su población oprimida y hambrienta. Pero visto que sus favoritas son (además de las pelis porno) westerns, cintas de Elizabeth Taylor y la saga de
Viernes 13
, puede que no esté recurriendo a la mejor de las soluciones.

El dictador cinéfilo también ha escrito un libro sobre el séptimo arte y ha llegado a fundar una escuela de cine. «Kim Jong Il mira todas las películas producidas por Corea del Norte —declaró Kim Hae Young, una actriz que huyó a Corea del Sur—. Siempre hace comentarios sobre las actuaciones, la dirección y demás. Si elogia a algún actor o actriz, éstos se convierten inmediatamente en grandes estrellas. »

Comparte su gusto por el mágico mundo del espectáculo con su hijo mayor, Kim John-nam, que recientemente estuvo en Japón para visitar el nuevo Disney World inaugurado allí. Para entrar en el país, se sirvió de un falso pasaporte dominicano (no hay duda de que tiene acento dominicano). Cuando los de inmigración descubrieron de quién era en realidad, llamaron a papá y lo mandaron de regreso a su cuarto.

Presuntamente, Kim Jong Il recibe transfusiones de sangre de jóvenes vírgenes «para retrasar el envejecimiento». También es un gran hincha deportivo y entiende perfectamente la diferencia entre marcaje zonal o individual en el esquema defensivo del baloncesto norteamericano. Lleva zapatos de plataforma para parecer más alto y se rumorea que es el mayor comprador del mundo de coñac Hennessy.

El problema es que millones de norcoreanos se mueren de hambre porque Kim Jong Il es un dictador que gasta el 25 % del PIB en defensa. Eso puede hacerse impunemente si uno es estadounidense (con el montón de cereales que tenemos, es dudoso que vayamos a morir de hambre por entregar casi todo nuestro dinero al Pentágono). Pero en Corea del Norte, una península rocosa repleta de caracoles, no se dan esas mismas ventajas.

Desde 1948, año en que la península coreana se dividió entre el norte comunista y el sur capitalista/fascista, los ciudadanos de ambas partes han soportado condiciones muy duras. Han pasado por la guerra de Corea, que nunca terminó oficialmente (todavía nos hallamos en período de alto el fuego), por décadas de represión y aislamiento (a las que Corea del Sur puso fin con la democratización de los años ochenta), por grandes privaciones económicas, inundaciones y hambrunas. Los norcoreanos sólo han podido ver a sus parientes del sur un par de veces en más de cincuenta años. En 1985, se autorizó el reencuentro de cincuenta personas de cada lado y, en el 2000, el de cien personas.

Kim Jong Il, al que los norcoreanos deben referirse como «Amado Líder», tiene reputación de playboy excéntrico e irresponsable. Un funcionario de la administración Clinton lo definió como un «borracho majareta que no entiende el mundo que lo rodea». Después de suceder a su padre —que dirigió el país entre 1948 y 1994— como jefe de Estado, Kim ha sido acusado de las muertes de varios miembros del gabinete surcoreano y de la explosión de un avión civil de la misma nacionalidad. Tiene un ejército muy numeroso y se sospecha que cuenta con la bomba atómica.

En los dos últimos años, Kim Jong Il ha empezado a dar señales de cierta humanidad. Cuando se declaró la hambruna de 1995, rechazó la ayuda humanitaria de trabajadores extranjeros destinada a los campesinos y desvió reservas alimentarlas hacia el ejército. Sin embargo, en 2000 permitió que unos 150 representantes de organizaciones gubernamentales internacionales entrasen en el país. Recientemente, celebró una cumbre con su homólogo de Corea del Sur, que lo instó a poner fin a su peligroso aislamiento. Luego, permitió una visita de la ex secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright, quien lo encontró capacitado para mantener discusiones diplomáticas a un nivel adulto. De hecho, hicieron buenas migas y Kim la agasajo con espectáculos, cenas y... películas.

Ahora que Kim parece entrar en onda —y darse cuenta de que sentarse en una sala oscura a ver películas de todo tipo puede ser el camino hacia la paz y la tranquilidad (según parece, llegó a secuestrar a dos productores de Corea del Sur para que filmasen documentales)—, tengo ciertas ideas que pueden ayudar a este chalado a salvar al país de la destrucción total.

• Mostrarle películas mejores.
Kim Jong Il tiene que ampliar sus gustos más allá de Cicciolina y de John Wayne. Una vez señaló que se sentía tan impresionado por la actuación de Leonardo DiCaprio que «probablemente no soportaría ver Titanic una segunda vez». Lo comprendemos. Aquí tiene una lista de vídeos que le voy a mandar:

Easy Rider
. El Amado Líder debería soltarse un poco el pelo. Esta película le ayudará.

200 Motels
. Si Dennis Hopper no le pone las pilas, quizá Frank Zappa lo logre.

Colega, ¿dónde está mi coche?
Todo lo que necesita saber sobre Estados Unidos está en esta película.

Mi cena con André
. No trata más que de dos tipos que comen y hablan durante un par de horas, pero le dará una idea de qué pinta tiene una cena de verdad. La conversación lo ayudará a refinar sus dotes comunicativas.

• Llevarlo a Hollywood para que charle con los ejecutivos de los estudios.
Seguro que tiene miles de ideas para una película y que alguna de ellas puede servirle a Rob Schneider. Hay que prometerle al dictador que Tom Cruise lo interpretará a él en un
Jong Kim se fue
. Le tienen que hacer firmar un contrato de exclusividad y ofrecerle un bungalow en el recinto de la productora. Hay que llenar su agenda de reuniones innecesarias con cazatalentos y buscaideas. Eso lo mantendrá ocupado durante un par de años. Para entonces, Corea del Norte ya se habrá beneficiado de su ausencia y habrá podido recuperarse.

Si el resto falla, habrá que financiar un parque temático en Pyongyang. Los parques temáticos siempre funcionan. Aunque no alcancen para recuperar la economía, mejoran el ánimo de la gente, especialmente del hijo dominicano del Amado Líder. Y eso es lo que importa.

UN DIA EN LA VIDA DEL «PRESIDENTE» GEORGE W. BUSH

8:00 El Presidente de Estados Unidos (PEU) se levanta y comprueba que sigue en la Casa Blanca.

8:30 Desayuno en la cama. Rumsfeld, le lee el horoscopo y las tiras cómicas.

9:00 Aparece el «copresidente» Chaney para ayudar a George a vestirse, repasa un poco la situación en Yémen y le recuerda que debe lavarse los dientes.

9:30 El PEU llega al despacho oval y saluda a la secretaria.

9:35 El PEU abandona el despacho oval para hacer algo de ejercicio en el gimnasio de la Casa Blanca.

11:00 Masaje y pedicura.

12:00 Almuerzo con el presidente de la Liga de beisbol Bud Selig. Selig ratifica que todavia hay plazas importantes disponibles.

1:00 Siesta.

2:30 Sesión fotográfica con el «equípo del día» de la Liga Infantil de béisbol.

3:00 El PEU regresa al despacho oval para discutir la legislación con miembros del Congreso.

3:05 Se suspende el encuentro; los congresistas declaran a la prensa que «la reunión ha sido muy fructífera. El presidente nos ha dicho «aprobad algunas leyes y luego nos ha tenido jugando a la pelota en el jardín de atrás».

3:10 Cheney informa a George acerca de la política energética y le insta a escribir «notas de agradecimiento» a los presidentes de las compañías petroleras.

3:12 El PEU pide ver un mapamundi; parece sorprendido de «lo grande que se ha hecho el mundo».

3:40 El PEU ha memoriza las 191 capitales del mundo en menos de media hora.

3:44 Bush llama al primer ministro de ministro de Rumania sólo “porque puedo” y le desafía adivinar la capital de Birmania. George habla en español y el primer de Rumania no entiende una palabra de lo que dice.

3:58 El PEU acepta una llamada de la cárcel de Austin, Texas. Sus hijas han sido detenidas por profanar un retrato de papá en la sede del gobierno del Estado. El PEU simula no oír lo que le dicen a causa de las interferencias, imita la voz de una mexicana y cuelga. Se le oye comentar «De tal palo tal astilla.»

4:00 Termina su jornada laboral. El PEU se retira a sus aposentos para otra siestecilla.

6:00 Cena oficial con jefes de Estado africanos. Le dice a Cheney que «ahora mismo no puedo pensar en África; es el "Continente Negro", ya sabes». Le pide al copresidente que ocupe su lugar.

6:05 El PEU se zambulle para hacer unos largos en la piscina de la Casa Blanca.

7:00 Llama a Laura al rancho de Texas (para asegurarse de que todo anda bien).

7:02 El PEU se dirige al auditorio de la Casa Blanca para ver
Dave: presidente por un día
(otra vez); se queda dormido.

8:30 Cheney despierta al PEU, lo lleva a la cama, lo arropa y le da las buenas noches. El co-PEU baja al despacho y se concentra de nuevo en sus planes para destruir el planeta Tierra.

DOCE PASOS PARA REHABILITAR A YUGOSLAVIA DE SU ADICCION A LA VIOLENCIA

La verdad es que los yugoslavos no tenéis tiempo para doce pasos: os dais demasiada prisa en liquidaros. Probad con estos tres, y rapidito:

• Admitid que no podéis controlar dicha adicción y que vuestras vidas se os han escapado de las manos.

• Tomad la decisión de entregar vuestra voluntad y vuestras vidas al cuidado de las Naciones Unidas, la OTAN y cualquier otra organización que pueda interponerse en vuestra compulsión cainita por las hostilidades tribales.

• Tratad de compensar a todas las personas a las que habéis desafiado, siempre que sea posible y que ello no implique ulteriores males (o que los interesados ya estén muertos).

Cap 9. LA CÁRCEL FELIZ

Eran poco más de las diez de la noche del 4 de octubre de 2000, mes antes de las elecciones presidenciales y un día después del mero de los tres debates entre Al Gore y George W. Bush.

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