El objetivo de Google de conquistar también el mundo de la telefonía móvil tiene un motivo sencillo: hay aproximadamente 1.300 millones de personas que tienen ordenador y conexión a Internet, pero hay más del doble que tienen un móvil. Además, se prevé que en 2010 haya en el mundo 4.000 millones de personas accesibles a través del móvil. «El uso del buscador en el móvil y las aplicaciones para dispositivos móviles son un factor esencial para el éxito futuro de Google», afirma el directivo Douglas Merrill. Más importantes que la búsqueda son los servicios móviles vinculados a otras utilidades de Google,
como
el recordatorio por SMS que Google Calendar envía al móvil del usuario de este servicio quince minutos antes de una cita. También Google Maps y Google Earth se pueden compaginar perfectamente con el móvil, tal como confirma el director de Google Earth, John Hanke.
Durante años se ha sospechado que Google quería sacar su propio móvil al mercado. Tras la gran repercusión generada por el iPhone de Apple, muchas personas bien informadas estaban convencidas de que Google no tardaría en causar sensación con un «G-Phone», que es como llaman los medios de todo el mundo al dispositivo de Google equivalente al iPhone. Según
The Wall Street Journal
, la empresa de Mountain View lleva invertidos 100 millones de dólares en el desarrollo de un móvil propio y habría mostrado a algunos operadores estadounidenses unos prototipos que funcionarían con su propio sistema operativo. Sin embargo, la veracidad de estas informaciones es más que dudosa y me fueron desmentidas en persona por el propio Peter Norvig, director de investigación de Google. Naturalmente, el máximo responsable de investigación de la empresa no es quién para anunciar un lanzamiento de esta magnitud, pero lo cierto es que hay realidades que no hablan a favor de un móvil de Google. El principal argumento es que Google todavía no tiene experiencia con el
hardware
y sería de los primeros en este campo en Estados Unidos, ya que, en lo tocante a telefonía móvil, allí aún no han llegado a los niveles europeos. En Estados Unidos, la telefonía de tercera generación o 3G no es un estándar, así que lo más rentable para Google actualmente sería confiar la fabricación del dispositivo a marcas de prestigio y centrarse en el
software
.
El 5 de noviembre de 2007, la empresa presentó una innovación; «Una gran alianza de empresas tecnológicas ha unido sus fuerzas para dar a conocer hoy el desarrollo de Android, la primera plataforma completa de código abierto para dispositivos móviles», anunció Google de forma jactanciosa en una conferencia de prensa y
mediante comunicados en
los medios. Qué menos, para un producto bautizado con la palabra que designa a un robot con forma humana. En cualquier caso, la plataforma Android para móviles llevaba mucho tiempo planeándose: en 2005 Google adquirió la empresa de reciente creación Android, que desarrollaba soluciones para terminales móviles.
Google es la iniciadora de la Open Handset Alliance (alianza del teléfono abierto), a la que pertenecen importantes empresas como T-Mobile, HTC, Motorola o SamsungLa alianza la forman un total de 34 firmas, de las cuales Google es, con toda seguridad, la que más provecho obtiene, ya que gracias a Android ha conseguido poner el pie en un mundo, el de la telefonía móvil, que hasta entonces sólo había podido explorar parcialmente. En un futuro, los clientes no sólo podrán buscar con Google a través del móvil, sino que entrarán a formar parte del «mundo Google» con sólo adquirir un terminal.
Por su parte, Yahoo! eligió otro camino y presentó Yahoo! Go 3.0 en el CES de 2008. «Es algo parecido a una página de inicio para móviles», me explicó Jerry Yang, presidente de Yahoo!, quien no admitía comparaciones con la plataforma Android. «Yahoo! Go 3.0 es otra cosa, una forma distinta de abordar la telefonía móvil. Ahora el usuario es más flexible, trabaja con distintos sistemas operativos y no se limitan a uno solo.» Yang está convencido de que el éxito sólo se consigue con interoperatividad, mediante la interacción entre
los distintos
servicios y aplicaciones. El cliente pide buen funcionamiento y combinación entre los servicios más diversos. «Fuimos los primeros que integramos Microsoft Instant Messenger con Yahoo! Instant Messenger porque creemos que tiene que haber sistemas abiertos. Nuestra vida se está volviendo más abierta, más social y más móvil.»
«La plataforma Android es el primer paso en esta dirección. Un «paquete de
software
» para móviles completamente integrado que incluye un sistema operativo,
middleware
y una interfaz de usuario y aplicaciones fáciles de usar», rezaba el comunicado de Google. Android es una plataforma de código abierto que pretende animar a programadores de todo el mundo a desarrollar nuevas soluciones. El comunicado de prensa proseguía orgulloso: «Android promete una serie de ventajas inauditas para consumidores, desabolladores, fabricantes de dispositivos y proveedores de servicios para móviles». «Esta alianza contribuirá básicamente a liberar el potencial de la tecnología móvil y ofrecerlo a miles de millones de usuarios en todo el mundo», dijo también el presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt. «Este planteamiento moderno para potenciar la innovación en el sector de la telefonía móvil creará un nuevo entorno para las TI que cambiará la manera de acceder a la información y utilizarla en el fututo.» Como colofón, Schmidt añadió: «Perseguíamos este anuncio con más fervor que el de un supuesto "Google Phone", con el que tanto han especulado los medios en las últimas semanas. Nuestra visión es más bien la de una plataforma que pueda generar la aparición de miles de modelos distintos de móviles».
La última declaración de Schmidt deja claras las verdaderas intenciones de Google: dominar también el mundo de los teléfonos móviles, porque «miles de nuevos modelos» significa que la práctica totalidad de los fabricantes tendrían que adaptarse a Android. El líder del sector, Nokia, lanza cada año al mercado nada menos que un centenar de modelos y no pertenece a la alianza porque sigue apostando por la plataforma Symbian. En cualquier caso, Google ya había conseguido entrar a hurtadillas en el mundo de los móviles antes de lanzar Android. Su buscador forma parte del menú principal en muchos navegadores de dispositivos móviles y los operadores están orgullosos de tener a Google entre sus filas. Hutchinson 3G, también conocido como «3», integró en su serie X los mismos servicios que pueda tener un ordenador conectado a la red fija (eBay, Skype, MSN e incluso Google), y el fabricante TMobile dispone desde hace tiempo en su plataforma T-Zone de
accesos directos
que permiten,
con
un
solo
clic, conectarse con Google.
Los entendidos tenían claro desde el principio que Google no se tomaría muy al pie de la letra el espíritu de «apertura» de la alianza y que el anuncio de un sistema operativo abierto se quedaría en meras palabras. En noviembre de 2007 aparecieron los primeros documentos que decían que un teléfono móvil sólo podría funcionar con la plataforma Android si el cliente se registraba en Gmail. Una completa contradicción.
Los 34 consorcios que forman la Open Handset Alliance se dividen en cuatro grupos: operadores de redes, productores de chips, fabricantes de móviles y desarrolladores de
software
. Cada uno de estos grupos persigue un objetivo distinto dentro de la unión, porque lo interesante para Google es que las empresas que se han adherido a la «alianza de los teléfonos abiertos» tengan un papel secundario en el negocio de la telefonía móvil. Si nos centramos en los fabricantes, veremos que los resultados de Motorola no han sido precisamente buenos desde hace más de dos años (después de
lanzar
el modelo Razr, las cosas no le han ido muy bien al fabricante estadounidense), mientras que los móviles de LG y HTC, con la excepción algunos modelos, no han tenido mucho éxito en Europa. Además, HTC era el socio de telefonía móvil más importante de Microsoft, que ahora se ha ido con su mayor enemigo. La más objetiva de todas es Samsung, porque desde siempre ha estado abierta a cualquier plataforma.
El ingreso de operadores de redes en la alianza se debe, con toda probabilidad, a la hegemonía de Nokia. Con su participación, T-Mobile, Telefónica y la empresa japonesa KDDI quieren jugársela al fabricante finlandés y acabar con su posición dominante (un 40% de la cuota de mercado mundial). Muchos operadores de telefonía de todo el mundo quieren acabar con las imposiciones de Nokia.
En la alianza también participan nueve fabricantes de semiconductores. Sus intenciones son igualmente comprensibles y, de hecho, no tienen nada que ver con la «apertura», Intel, por ejemplo, está porque no puede ofrecer ninguna experiencia exitosa en el campo de la telefonía móvil. Qualcomm está porque posee importantes patentes de UMTS y cobra de otros fabricantes los derechos de licencia por cada teléfono con esta tecnología (ella sola no puede dar el salto del GSM al UMTS con la suficiente rapidez).
En cuanto a los diez desabolladores de
software
que forman parte de la alianza, ya hemos explicado por qué Google es uno de ellos. Además, para la empresa de Mountain View también supone un desafío trasladar su buscador de las 19 pulgadas habituales en las pantallas de los ordenadores al formato reducido de un móvil.
Lo preocupante de la Open Handset Alliance es que algunas empresas europeas se esfuercen en ayudar a
Google
a ser todavía más poderosa y rica. T-Mobile, actualmente obstinada en la búsqueda del factor
cool
, se adorna ahora con Google tras obtener la exclusiva del iPhone de Apple en Austria y Alemania. También Telecom Italia y la española Telefónica toman partido y se empeñan en ayudar a un consorcio estadounidense a ser todavía más hegemónico. La explicación más probable es que también quieran jugársela a otra empresa europea. Dentro de unos años, el viejo
continente se
dará cuenta de que todo lo relacionado con Internet estará controlado por firmas estadounidenses. Será el día en que Europa habrá perdido su voz en el mercado de la telefonía móvil.
Sin embargo, la entrada de Google en el negocio del
hardware
móvil todavía no está del todo solucionada y no es probable que la empresa alcance un éxito comparable al de Apple con su iPhone (al menos en Estados Unidos). Según informó Steve Jobs en el Macworld de 2008, hasta enero de ese año Apple había vendido 2,3 millones de unidades de su dispositivo móvil Parece un listón muy difícil de superar.
En el sondeo encargado a
Marketagent.com
en exclusiva para este libro, solamente el 7,9 de los encuestados compraría «en cualquier caso» un móvil de Google y uno de cada cinco «estaría interesado». En cambio, una cuarta parte se muestra relativamente indiferente con respecto a un hipotético G-Phone y casi la mitad no tendría ninguna o casi ninguna intención de adquirirlo. en exclusiva para este libro, solamente el 7,9 de los encuestados compraría «en cualquier caso» un móvil de Google y uno de cada cinco «estaría interesado». En cambio, una cuarta parte se muestra relativamente indiferente con respecto a un hipotético G-Phone y casi la mitad no tendría ninguna o casi ninguna intención de adquirirlo.
Una de las preguntas planteada en la encuesta de Marketagent.com era: «¿Qué interés le despertaría un móvil de Google con el que pudiera telefonear gratis y navegar por la Red sin pagar, a cambio de tener que revelar determinados datos personales?» La atracción por un móvil Google cambia repentinamente al intervenir el componente de la gratuidad: tres cuartas partes de los encuestados calificaron de «interesante» o «muy interesante» un dispositivo de estas características, mientras que la cantidad de escépticos disminuyó a un diez%.
Según demuestra este alto nivel de aceptación, el trueque «privacidad por gratuidad» se considera algo normal. Los clientes están dispuestos a lanzar por la borda su derecho a la privacidad si reciben algo a cambio. Aparentemente, la mayoría no sabe que de esta manera está pasando información muy valiosa a un consorcio mundial.
De la misma manera que Google ofrece todos sus servicios gratuitamente, es muy probable que los usuarios de un G-Phone o de una red propia de Google en Estados Unidos puedan telefonar, navegar en la web y utilizar un sinfín de servicios móviles sin tener que pagar nada. Ello explica también por qué el presidente ejecutivo de Google da tanta importancia a las redes
abiertas
cuando puja para conseguir las nuevas frecuencias. En Europa, en cambio, la telefonía gratuita no parece que sea el camino elegido.
A pesar de ello, la idea no es nueva y ya se probó hace casi cinco años en Escandinavia, donde los usuarios tenían que soportar un anuncio de varios segundos que se repetía a intervalos regulares durante la
llamada para
poder seguir hablando por teléfono.
El modelo Google podía consistir en algo parecido a lo que ofrece la empresa de telefonía móvil británica Blyk. Para poder utilizar sus servicios, los usuarios tienen que permitirla aparición de mensajes publicitarios en la pantalla de su móvil. El operador estadounidense Xero Mobile ha desarrollado un sistema parecido con el que los universitarios pueden obtener descuentos en sus llamadas si también acceden a aguantar una determinada cantidad de anuncios en sus pantallas. Finalmente, Virgin Mobile USA también recompénsalos
spots
en el móvil con minutos gratis.
Blyk podría encarnar el modelo de Google porque puede incluir los mensajes publicitarios en función del contexto. De la misma manera que en Gmail aparece la publicidad en función del contenido, los SMS u otros mensajes multimedia también pueden venir acompañados de anuncios correspondientes. Pero Blyk tiene una premisa: la publicidad no tiene que ser molesta, sino divertida y a la medida del usuario.
Sea como fuere, la entrada de Google en el mundo de los móviles implicaría un mejor conocimiento del cliente y la posibilidad de enviarle información adaptada a su perfil. Después de la Red, la radio, la prensa y la televisión, su campo de actuación se completaría con los móviles, y en este mundo sin hilos Google ganaría puntos con los servicios y las tecnologías que ya se están probando con éxito en los laboratorios, como el reconocimiento de voz.