Read El curioso incidente del perro a medianoche Online
Authors: Mark Haddon
Tags: #Drama, Infantil y juvenil, Intriga
10.50 ⇒ Clase de manualidades con la señora Peters
[13]
12.30 ⇒ Almuerzo
13.00 ⇒ Primera clase de la tarde
14.15 ⇒ Segunda clase de la tarde
15.30 ⇒ Coger el autocar del colegio de vuelta a casa
15.49 ⇒ Bajar del autocar del colegio en casa
15.50 ⇒ Tomarme un zumo y algo de picar
15.55 ⇒ Darle a Toby comida y agua
16.00 ⇒ Sacar a Toby de su jaula
16.18 ⇒ Meter a Toby en su jaula
16.20 ⇒ Ver la televisión o un vídeo
17.00 ⇒ Leer un libro
18.00 ⇒ Tomar el té
18.30 ⇒ Ver la televisión o un vídeo
19.00 ⇒ Practicar matemáticas
20.00 ⇒ Darme un baño
20.15 ⇒ Ponerme el pijama
20.20 ⇒ Jugar a algo en el ordenador
21.00 ⇒ Ver la televisión o un vídeo
21.20 ⇒ Tomarme un zumo y algo de picar
21.30 ⇒ Irme a la cama
Y el fin de semana me hago mi propio horario y lo escribo en un pedazo de cartón y lo cuelgo en la pared. Y dice cosas como
Dar de comer a Toby
o
Hacer mates
o
Ir a la tienda a comprar chuches
. Y ésa es una de las otras razones por las que no me gusta Francia, porque cuando la gente está de vacaciones no tienen un horario y yo tenía que hacer que Madre y Padre me dijeran cada mañana qué íbamos a hacer exactamente ese día para sentirme mejor.
Porque el tiempo no es como el espacio. Cuando dejas algo en algún sitio, como un transportador o una galleta, puedes tener un mapa en la cabeza para decirte dónde lo has dejado, pero incluso aunque no tengas un mapa seguirá estando allí, porque un mapa es una
representación
de cosas que existen en la realidad, así que puedes volver a encontrar el transportador o la galleta. Y un horario es un mapa del tiempo, sólo que si no tienes un horario, el tiempo no está ahí como el rellano y el jardín y la ruta al colegio. Porque el tiempo no es más que la relación entre la forma en que cambian cosas distintas, como que la Tierra gire alrededor del Sol y los átomos vibren y los relojes hagan tictac y el día y la noche y despertarse e irse a dormir, y es como el oeste o el nornoroeste, que no existirán cuando la Tierra deje de existir y caiga hacia el Sol, porque es sólo una relación entre el Polo Norte y el Polo Sur y todos los demás sitios, como Mogadiscio y Sunderland y Canberra.
Y no es una relación fija como la relación entre nuestra casa y la casa de la señora Shears, o como la relación entre 7 y 865, sino que depende de a qué velocidad vayas con relación a un punto específico. Y si te vas en una nave espacial y viajas cerca de la velocidad de la luz, puedes volver y descubrir que toda tu familia está muerta y tú aún eres joven y será el futuro, pero tu reloj dirá que sólo has estado fuera durante unos días o unos meses.
Y como nada puede viajar más rápido que la velocidad de la luz, eso significa que sólo podemos conocer una fracción de las cosas que pasan en el universo, así
Éste es un mapa de todo y de todas partes, y el futuro está a la derecha y el pasado a la izquierda, y el gradiente de la línea c es la velocidad de la luz, pero no podemos saber nada de las cosas que pasan en las zonas sombreadas ni siquiera aunque algunas de ellas hayan pasado ya, pero cuando lleguemos a
f
será posible saber algo sobre las cosas que pasan en las zonas más claras
p
y
q
.
Y esto significa que el tiempo es un misterio, y que no es ni siquiera una cosa, y nadie ha resuelto jamás el rompecabezas de qué es el tiempo exactamente. Y por eso, si te pierdes en el tiempo es como perderse en un desierto, sólo que no puedes ver el desierto porque no es una cosa.
Y por eso a mí me gustan los horarios, porque son la garantía de que no te vas a perder en el tiempo.
Había montones de gente en el tren, y eso no me gustó, porque no me gustan los montones de gente que no conozco y aún lo odio más si estoy apretujado en una habitación con montones de gente que no conozco, y un tren es como una habitación y no puedes salir de él cuando está en marcha. Y me hizo pensar en la vez que tuve que volver del colegio en el coche, porque el autocar se había estropeado y Madre vino y me recogió y la señora Peters le preguntó a Madre si podía llevar a Jack y Polly a casa, porque sus madres no podían venir a recogerlos, y Madre dijo que sí. Pero yo empecé a gritar en el coche porque había demasiadas personas en él y Jack y Polly no iban a mi clase y Jack da cabezazos contra las cosas y hace un ruido como el de un animal, y traté de salir del coche, pero aún estaba en movimiento y me caí a la calle y tuvieron que ponerme puntos en la cabeza, y tuvieron que afeitarme el pelo y tardó 3 meses en volver a crecerme como estaba antes.
Así que me quedé muy quieto en el vagón del tren.
Y entonces oí que alguien decía:
—Christopher.
Y pensé que sería alguien que yo conocía, como un profesor del colegio o una de las personas que viven en nuestra calle, pero no lo era. Era otra vez el policía. Y me dijo:
—Te he pillado justo a tiempo. —Y respiraba muy agitadamente y se sujetaba las rodillas.
Y yo no dije nada.
Y él dijo:
—Tenemos a tu padre en la comisaría.
Y pensé que iba a decir que habían arrestado a Padre por matar a Wellington, pero no lo hizo. Dijo:
—Te está buscando.
Y yo dije:
—Ya lo sé.
Y él dijo:
—Bueno, ¿y por qué te vas a Londres?
—Porque me voy a vivir con Madre —dije yo.
Y él dijo:
—Bueno, pienso que tu padre quizá tenga algo que decir al respecto.
Y entonces pensé que iba a llevarme de vuelta con Padre y eso me daba miedo porque él era un policía y se supone que los policías son buenos, así que empecé a correr, pero él me agarró y yo grité. Y entonces me soltó. Y dijo:
—Bueno, a ver, no nos pongamos nerviosos. —Y entonces dijo—: Voy a llevarte conmigo a la comisaría y tú y yo y tu padre podremos sentarnos y charlar un poco sobre quién va adonde.
Y yo dije:
—Yo me voy a vivir con Madre, en Londres.
—No, ahora mismo no —dijo él.
Y yo dije:
—¿Han arrestado a Padre?
Y él dijo:
—¿Arrestarlo? ¿Por qué?
Y yo dije:
—Mató a un perro. Con una horca de jardín. El perro se llamaba Wellington.
Y el policía dijo:
—¿De verdad hizo eso?
—Sí, lo hizo —dije.
Y él dijo:
—Bueno, también podemos hablar sobre eso. —Y entonces dijo—: Vamos, jovencito, creo que ya has corrido suficientes aventuras por un día.
Y entonces tendió una mano para tocarme otra vez y yo empecé a gritar otra vez, y él dijo:
—Ahora escúchame, mocoso. O haces lo que te digo o voy a tener que hacerte…
Y entonces el tren dio una sacudida y empezó a moverse.
Y entonces el policía dijo:
—Me cago en la leche.
Y entonces miró al techo del tren y puso las manos juntas delante de su boca como hace la gente cuando le rezan a Dios en el cielo y respiró muy fuerte contra sus manos e hizo un ruido como un silbido, y entonces paró, porque el tren dio una sacudida otra vez y tuvo que cogerse de una de las agarraderas que colgaba del techo. Y entonces dijo:
—No te muevas.
Sacó el walkie-talkie y apretó un botón y dijo:
—¿Rob…? Sí, soy yo, Nigel. Estoy atrapado en el maldito tren. Aja. Ni siquiera… Mira, para en Didcot Parkway. Haz que alguien venga a recogernos con un coche… Gracias. Dile a su viejo que lo tenemos, pero que vamos a tardar un ratito, ¿de acuerdo? Genial.
Y entonces desconectó el walkie-talkie y dijo:
—Vamos a sentarnos. —Y señaló dos asientos alargados cerca de allí que estaban uno frente al otro, y dijo—: Siéntate ahí. Y nada de hacer el payaso.
Y la gente que estaba sentada en los asientos se levantó y se fue porque él era policía y nos sentamos uno delante del otro. Y él dijo:
—Eres todo un elemento, chico. Jesús.
Y me pregunté si el policía me ayudaría a encontrar 451c Chapter Road, Londres NW2 5NG.
Y miré por la ventanilla y estábamos pasando fábricas y cementerios de coches llenos de coches viejos y había 4 caravanas en un campo lleno de barro, con 2 perros y ropa tendida.
Y fuera de la ventanilla era como un mapa, sólo que en 3 dimensiones y a tamaño natural porque era lo que el mapa representaba. Y había tantas cosas en él que me dolió la cabeza, así que cerré los ojos, pero entonces volví a abrirlos porque era como volar, pero más cerca del suelo, y yo creo que volar es bueno. Y entonces empezó el campo y había campos de cultivo y vacas y caballos y un puente y una granja y más casas y montones de carreteras pequeñas con coches en ellas. Y eso me hizo pensar que debía de haber millones de kilómetros de vía de tren en el mundo y que todas pasan por delante de casas y carreteras y ríos y campos, y eso me hizo pensar en cuánta gente debe de vivir en el mundo y que todos tienen casas y carreteras por las que viajar y coches y mascotas y ropa y todos comen y se van a la cama y tienen nombres y eso hizo que me doliera la cabeza, también, así que cerré otra vez los ojos y conté y gemí.
Y cuando abrí los ojos el policía estaba leyendo un periódico llamado The Sun, y en la primera plana ponía
El escándalo de 3 millones de libras de la amiguita de Anderson
y llevaba la foto de un hombre y debajo otra foto de una señora en sujetador.
Entonces practiqué un poco de mates en mi cabeza, resolviendo ecuaciones de segundo grado, utilizando la fórmula
Y entonces tuve ganas de hacer pipí, pero estaba en un tren. No sabía cuánto tardaríamos en llegar a Londres y sentí que me entraba el pánico, así que empecé a tamborilear rítmicamente en el cristal con los nudillos para no pensar que tenía ganas de hacer pipí, y miré el reloj y esperé 17 minutos, pero cuando tengo ganas de hacer pipí, tengo que ir muy deprisa, que es por lo que me gusta estar en casa o en el colegio, y siempre voy a hacer pipí antes de subir al autocar, y por eso se me escapó un poquito y me mojé los pantalones.
Y entonces el policía me miró y dijo:
—Oh, Dios santo, te has… —Y entonces bajó el periódico y dijo—: Por el amor de Dios, ve al maldito lavabo, ¿quieres?
Y yo dije:
—Pero estoy en un tren.
Y él dijo:
—En los trenes hay lavabos, ¿sabes?
Y yo dije:
—¿Dónde está el lavabo en el tren?
Y el policía señaló y dijo:
—Pasando por esas puertas, allí. Pero te estaré echando un ojo, ¿entendido?
Y yo dije:
—No —porque sabía lo que significaba «echando un ojo», y él no podría vigilarme cuando yo estuviera en el lavabo.
Y dijo:
—Maldita sea, ve al lavabo y ya está.
Así que me levanté de mi asiento y cerré los ojos de forma que mis párpados no dejaran más que dos ranuras para no ver a las demás personas en el tren, y caminé hasta la puerta, y cuando pasé a través de la puerta había otra puerta a la derecha y estaba medio abierta y decía
LAVABO
, así que entré.
Y dentro era horrible porque había caca en el asiento del váter y olía a caca, como el lavabo del colegio cuando Joseph ha ido a hacer caca solo, porque juega con ella.
Y yo no quería usar el váter por la caca, que era caca de gente que yo no conocía y era marrón, pero tenía que hacerlo, porque realmente tenía ganas de hacer pipí. Así que cerré los ojos e hice pipí y el tren se tambaleó y mucho fue a parar al asiento y al suelo, pero me sequé el pene con papel de váter y tiré de la cadena. Entonces traté de usar el lavamanos pero el grifo no funcionaba, así que me escupí en las manos y me las sequé con un pañuelo de papel y lo tiré al váter.
Entonces salí del lavabo y vi que enfrente del lavabo había dos estantes con maletas y una mochila y eso me hizo pensar en el armario del lavadero de casa y en que a veces me meto en él y eso hace que me sienta a salvo. Así que me subí al estante de en medio y moví una de las maletas como si fuera una puerta de manera que me quedé encerrado. Estaba oscuro y no había nadie allí conmigo y no se oía hablar a la gente, así que me sentí mucho más tranquilo.
Y entonces hice más ecuaciones de segundo grado como
0 = 437X
2
+ 103X + 11
y