Camino a Roma (66 page)

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Authors: Ben Kane

Tags: #Histórico

BOOK: Camino a Roma
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César sí que celebró cuatro marchas triunfales en el otoño del 46 a.C., y sólo podemos imaginar la asombrosa magnitud de los desfiles. La generosidad del dictador con sus soldados y con el público romano en general está documentada. Que su guardia de honor estuviese compuesta por soldados de las diez legiones es invención mía para justificar el regreso de Romulus a Roma. Según las fuentes históricas fue durante estos desfiles y no en Ruspina donde sus hombres cantaron «sátiro calvo». No existen muchas pruebas del rostro del general victorioso pintado de rojo, como es costumbre embadurnar la estatua de Júpiter con sangre (o con cinabrio, un pigmento rojo), pero consideré que otorgaba dramatismo a la escena. En cambio, la batalla de Munda fue tan increíble como la he descrito, así como las asombrosas distinciones que otorgaron a César a su regreso a Roma.

Marco Antonio fue el personaje tan desmesurado descrito en esta novela. Soldado nato, de vida desenfrenada, era famoso por su afición al alcohol, las mujeres y los líos amorosos. Está documentado que vomitó delante de todo el Senado y que le gustaba viajar en un carro de guerra inglés. Aunque reprimió con mano dura los disturbios que se desataron cuando César estuvo en Egipto, que yo sepa no hay pruebas de que se aliara con un
fugitivarius
ni de que organizase trabajos sucios en nombre de César. Evidentemente, el hecho de que Fabiola fuese el elemento catalizador para las reuniones de los conspiradores es pura ficción, como también lo es la utilización del Lupanar como lugar de reunión. Marco Junio Bruto sí que fue uno de los últimos en unirse a la conspiración, aunque enseguida se convirtió en uno de los líderes. Como expliqué en las notas al final de
El águila de plata
, su compatriota Cayo Casio Longino es una amalgama de dos personajes históricos, el homónimo y su hermano (o primo) Quinto Casio Longino.

Se cree que, en el período previo a los idus de marzo, hubo indicios de todo tipo que indicaban que algo iba a suceder. Los adivinos predijeron augurios desfavorables y Calpurnia, la esposa de César, tuvo una pesadilla en la que lo asesinaban. Aparentemente, el dictador había decidido quedarse en casa esa mañana, pero no se sabe si por la advertencia de su esposa o porque no se encontraba bien. Tanto la envergadura de su nuevo ejército como la planeada campaña a Partia están documentados. La visita de Romulus a César al amanecer es ficción, pero Decimus Brutus sí que lo visitó esa mañana y lo convenció para que fuese al Senado. Aunque su guardia hispana se había disuelto, no hay pruebas que sugieran que unos veteranos intentasen proteger al dictador ese fatídico día.

Dos senadores intentaron ayudar a César cuando sus asesinos lo atacaron, pero fueron tantos los que se abalanzaron sobre él que no lograron darle alcance. Como es obvio, el encuentro de Romulus y Fabiola junto a su cadáver es ficción, sin embargo la presencia de los gladiadores de Decimus Brutus en la cercana arena no lo es. ¿Quién sabe si es coincidencia o no? En lugar de huir de inmediato, los conspiradores colocaron un píleo, el sombrero que tradicionalmente llevaban los libertos, sobre un poste y lo llevaron hasta la colina Capitolina con objeto de mostrar al público que habían liberado a la República de la esclavitud. En realidad, los disturbios que describo en la novela sucedieron unos días después del funeral de César. Durante dicho funeral, atacaron varias casas pertenecientes a los conspiradores y un leal seguidor de César fue asesinado al ser confundido con uno de sus enemigos.

Debido a las muchas lagunas que tenemos sobre la Antigüedad, cuando la describimos hay que dejar muchos elementos abiertos a la interpretación. Aunque aquí y allá he cambiado detalles, muchos de los cuales explico en estas notas, he intentado describir la época de la forma más exacta posible. Espero haber logrado hacerlo de una forma entretenida a la vez que informativa, y sin demasiados errores. En caso de que hubiese alguno, pido disculpas.

Me gustaría reconocer la labor de un gran número de autores sin cuyas obras estaría perdido. En primer lugar,
A History of Rome
de M. Cary y H. H. Scullard; seguida muy de cerca por
El ejército romano
y
César
, ambas de Adrián Goldsworthy;
Armies of the Macedonian and Punic Wars
de Duncan Head y
El triunfo romano
de Mary Beard, así como numerosos libros maravillosos de Osprey Publishing. Gracias de nuevo a los miembros de
www.romanarmy.com
, cuyas rápidas respuestas a mis preguntas tanto han ayudado. Es, sencillamente, una de las mejores herramientas de consulta que existen sobre la Roma antigua. También me gustaría agradecer a mi viejo amigo Arthur O'Connor sus críticas constructivas y su ayuda en este libro y en los dos anteriores. Cirujano veterinario como yo, tiene una mente incisiva y penetrante cuando se trata de escribir una novela y en muchas ocasiones me ayuda a que los «árboles me dejen ver el bosque». También quiero dar las gracias a Killian Ó Móráin, otro viejo amigo veterinario, por la ayuda que me ha prestado.

Por último, y no por ello menos importante, quiero agradecer a Charlie Viney, mi magnífico agente, su incansable labor en mi nombre. A Rosie de Courcy, mi maravillosa editora, le debo muchísimo, pues sin sus inteligentes aportaciones estaría perdido. Gracias también a Nicola Taplin, director editorial, y a Richenda Todd, excelente correctora de estilo, dos personas cuya ayuda aprecio inmensamente. También estoy en deuda con Claire Wheller, mi fisioterapeuta, porque gracias a ella he conseguido mantener a raya las diferentes lesiones por movimientos repetitivos (RSI en sus siglas en inglés) que me han afectado mientras escribía el libro. A mi esposa Sarah y a mis hijas Ferdia y Pippa, les estaré eternamente agradecido por haberme dado todo el amor que necesitaba.

Glosario

acetum
:
vino agrio, la bebida universal que se servía a los soldados romanos. También significa «vinagre», el desinfectante más habitual empleado por los médicos romanos. El vinagre es ideal para matar bacterias y su uso generalizado en la medicina occidental prosiguió hasta finales del siglo XIX.

Esculapio
: hijo de Apolo, dios de la salud y protector de los médicos.

amphora
(
pl
.
amphorae
): gran recipiente de arcilla de cuello estrecho con dos asas utilizado para almacenar vino, aceite de oliva y otros productos. También era una unidad de medida, equivalente a ochenta libras de vino.

aquilifer
(
pl
.
aquiliferi
): el portaestandarte del
aquila
, o águila, de una legión. Llevar el símbolo que tanto significaba para los soldados romanos era un cargo de suma importancia. El índice de bajas entre los
aquiliferi
era elevado, dado que normalmente los colocaban cerca o en la fila delantera durante la batalla. Las únicas imágenes que se conservan en la actualidad muestran al
aquilifer
con la cabeza descubierta, lo cual hace que algunos supongan que siempre iban así. Sin embargo, durante el combate esto habría resultado sumamente peligroso y podemos considerar, sin temor a equivocarnos, que el
aquilifer
iba provisto de casco. Tampoco sabemos si llevaba una piel de animal, igual que el
signifer,
por lo que eso es suposición mía. La armadura solía estar hecha con escamas, y probablemente portaran un escudo pequeño, fácil de llevar sin emplear las manos. Durante el período tardío de la República, el
aquila
era de plata y sujetaba un rayo de oro. La vara de madera en la que iba montada tenía un pincho en la base que permitía clavarla en el suelo, y a veces estaba provista de brazos para poder transportarla con más facilidad. Aunque sufriera daños, el
aquila
nunca se destruía, sino que se reparaba con cariño una y otra vez. Si se perdía en la batalla, los romanos hacían prácticamente lo que fuera con tal de recuperar el estandarte. Por consiguiente, el hecho de que Augusto recuperara las águilas de Craso en el 20 a.C. se consideró un logro mayúsculo.

arúspice
: adivino. Hombre formado para adivinar de muchas maneras, inspeccionando desde las entrañas de los animales hasta las formas de las nubes y el vuelo de los pájaros. El hígado, como el supuesto origen de la sangre y, por consiguiente, de la vida en sí, resultaba especialmente valorado por sus propiedades adivinatorias. Además, muchos fenómenos naturales como los rayos, los relámpagos y el viento podían emplearse para interpretar el presente, el pasado y el futuro. El hígado de bronce que se menciona en el libro existe en la realidad; fue encontrado en un campo de Piacenza, Italia, en 1877.

as
(
pl.
asses
): pequeña moneda de cobre que originariamente valía una quinta parte de un
sestertius
.

atrium
: estancia grande situada a continuación del vestíbulo de entrada en una casa romana o
domus
. Solía estar construida a gran escala y era el centro social y de culto de la casa. Tenía una abertura en el techo y un estanque, el
impluvium
, para recoger el agua de lluvia.

aureus
(
pl.
aurei
): pequeña moneda de oro que equivalía a veinticinco
denarii
. Hasta comienzos del imperio, se acuñaba con poca frecuencia.

ballista
(
pl.
ballistae
): catapulta romana de dos brazos que tenía el aspecto de una ballesta sobre un soporte. Sin embargo, funcionaba siguiendo un principio distinto, empleando la fuerza de la cuerda nervada muy bien enrollada que sujetaba los brazos en vez de mediante la tensión de los brazos en sí. Las
ballistae
diferían de tamaño, desde las que podían portar los soldados hasta los enormes ingenios que precisaban de carretas y mulos para su traslado. Lanzaban flechas o piedras con una fuerza y precisión enormes. Los tipos preferidos tenían motes como «onagro», el asno salvaje, conocido por sus coces, y «escorpión», llamado así por su aguijón.

basilicae
:
grandes mercados cubiertos del Foro Romano; también era donde se desarrollaban las actividades judiciales, comerciales y gubernamentales. Los juicios públicos se celebraban aquí, mientras los abogados, escribas y prestamistas trabajaban codo con codo en sus pequeños puestos. Muchos anuncios oficiales se realizaban en las
basilicae.

bestiarius
(
pl.
bestiarii
):
hombres que cazaban y capturaban animales para la arena en Roma. Era un trabajo sumamente peligroso, pero muy lucrativo. Cuanto más exóticos eran los animales, por ejemplo elefantes, hipopótamos, jirafas y rinocerontes, más cotizados estaban. Cuesta imaginar los esfuerzos requeridos y los peligros que se corrían para trasladar esos animales a miles de cientos de kilómetros desde su hábitat natural hasta Roma.

bucina
(
pl.
bucinae
):
trompeta militar. Los romanos empleaban varias clases de instrumentos, como por ejemplo la
tuba
, el
cornu
y la
bucina
. Se utilizaban para numerosos fines, desde despertar a las tropas cada mañana hasta dar la voz de ataque, alto o retirada. No sabemos con exactitud cómo se empleaban los distintos instrumentos, si a la vez o uno detrás de otro, por ejemplo. Para simplificar la cuestión, sólo he empleado uno: la
bucina.

caldarium
:
estancia sumamente cálida en las termas romanas. Se utilizaban como las saunas modernas y también contaban con una piscina honda de agua caliente. El
caldarium
se calentaba con aire caliente que pasaba por unos ladrillos huecos de las paredes y por debajo del suelo elevado. El origen del calor canalizado era el
hypocaustum
, un horno alimentado continuamente por esclavos.

caligae
:
sandalias gruesas de cuero que llevaban los soldados romanos. Constaban de tres capas resistentes (suela, plantilla y empeine) y parecían una bota con los pies al aire. Las correas podían ceñirse para adaptarse a la medida de cada uno. Las docenas de tachones de metal de la suela les otorgaban un buen agarre y podían cambiarse cuando fuera necesario. En climas más fríos, como el de Gran Bretaña, se llevaban con calcetines.

cella
(
pl.
cellae
):
estancia central y rectangular sin ventanas en un templo dedicado a un dios. Solía tener una estatua de la deidad correspondiente, además de un altar para realizar ofrendas.

cenacula
(
pl.
cenaculae
): véase
ínsula.

Cerbero
: perro monstruoso de tres cabezas que vigilaba la entrada al Hades. Permitía la entrada a los espíritus de los muertos, pero no los dejaba salir,
cónsul
: uno de los dos magistrados elegidos anualmente, nombrados por el pueblo y ratificados por el Senado. Como gobernantes reales de Roma durante doce meses, se encargaban de asuntos civiles y militares y enviaban a los ejércitos de la República a la guerra. Cada uno de ellos podía invalidar al otro y se suponía que ambos debían tener en cuenta los deseos del Senado. Ningún hombre podía servir como cónsul en más de una ocasión. Pero, hacia finales del siglo II a.C., nobles poderosos como Mario, Cinna y Sula, se aferraron al cargo durante años. Esto debilitó peligrosamente la democracia de Roma, situación que empeoró con el triunvirato de César, Pompeyo y Craso. A partir de entonces, el final de la República estaba a la vista.

contubernium
(
pl.
contubernio,
),
grupo de ocho legionarios que compartían tienda o barracón y que cocinaban y comían juntos.

denarius
(
pl.
denarii
):
la moneda más básica de la República Romana. Hecha de plata, equivalía a cuatro
sestertii
, o diez
asses
(más adelante, dieciséis). La
aureus
de oro, menos habitual, equivalía a veinticinco
denarii.

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