Read Residence on Earth (New Directions Paperbook) Online
Authors: Pablo Neruda,Donald D. Walsh
I keep a blue flask,
inside it an ear and a portrait:
when night forces
the owl’s feathers,
when the raucous cherry tree
shatters its lips and threatens
with husks that the ocean wind often penetrates,
I know that there are great sunken expanses,
quartz in ingots,
slime,
blue waters for a battle,
much silence, many
veins of retreats and camphors,
fallen things, medals, acts of tenderness,
parachutes, kisses.
It is only the passage from one day toward another,
a single bottle moving across the seas,
and a dining room to which come roses,
a dining room abandoned
like a thorn: I refer
to a shattered goblet, to a curtain, to the depths
of a deserted room through which a river flows
dragging the stones. It is a house
set on the foundations of the rain,
a two-storied house with compulsory windows
and strictly faithful climbing vines.
I go in the evening, I arrive
covered with mud and death,
dragging the earth and its roots,
and its vague belly where corpses
sleep with wheat,
metals, overturned elephants.
But on top of everything there is a terrible,
a terrible abandoned dining room,
with broken jugs
and vinegar flowing under the chairs,
a rather dark lightningbolt
stopped from the moon, and I look for
a comparison within myself:
perhaps it is a tent surrounded by the sea
and torn cloths oozing brine.
It is only an abandoned dining room,
and around it there are expanses,
submerged factories, boards
that only I know,
because I am sad and old,
and I know the earth, and I am sad.
Por qué te precipitas hacia la maternidad y
verificas
tu ácido oscuro con gramos a menudo fatales?
El porvenir de las rosas ha llegado! El tiempo
de la red y el relámpago! Las suaves peticiones
de las hojas perdidamente alimentadas!
Un río roto en desmesura
recorre habitaciones y canastos
infundiendo pasiones y desgracias
con su pesado líquido y su golpe de gotas.
Se trata de una súbita estación
que puebla ciertos huesos, ciertas manos,
ciertos trajes marinos.
Y ya que su destello hace variar las rosas
dándoles pan y piedras y rocío,
oh madre oscura, ven,
con una máscara en la mano izquierda
y con los brazos llenos de sollozos.
Por corredores donde nadie ha muerto
quiero que pases, por un mar sin peces, sin escamas,
sin náufragos,
por un hotel sin pasos,
por un túnel sin humo.
Es para ti este mundo en que no nace nadie,
en que no existen
ni la corona muerta ni la flor uterina,
es tuyo este planeta lleno de piel y piedras.
Hay sombra allí para todas las vidas.
Hay círculos de leche y edificios de sangre,
y torres de aire verde.
Hay silencio en los muros, y grandes vacas pálidas
con pezuñas de vino.
Hay sombras allí para que continúe
el diente en la mandíbula y un labio frente a otro,
y para que tu boca pueda hablar sin morirse,
y para que tu sangre no se derrumbe en vano.
Oh madre oscura, hiéreme
con diez cuchillos en el corazón,
hacia ese lado, hacia ese tiempo claro,
hacia esa primavera sin cenizas.
Hasta que rompas sus negras maderas
llama en mi corazón, hasta que un mapa
de sangre y de cabellos desbordados
manche los agujeros y la sombra,
hasta que lloren sus vidrios, golpea,
hasta que se derramen sus agujas.
La sangre tiene dedos y abre túneles
debajo de la tierra.
Why do you rush toward maternity and check
your dark acid with frequently fatal grams?
The future of the roses has arrived! The time
of the net and the lightning! The soft petitions
of the leaves wildly nourished!
An excessively broken river
runs through rooms and baskets
instilling passions and misfortunes
with its heavy liquid and its abundance of drops.
It is about a sudden season
that peoples certain bones, certain hands,
certain sailor suits.
And since its sparkle makes the roses vary,
giving them bread and stones and dew,
oh dark mother, come,
with a mask in your left hand
and with your arms filled with sobs.
Through corridors where no one has died
I want you to pass, through a sea
without fish, without scales, without shipwrecked men,
through a hotel without steps,
through a tunnel without smoke.
It is for you, this world in which no one is born,
in which exist
neither the dead wreath nor the uterine flower,
it is yours, this planet filled with skin and stones.
There is shadow there for all lives.
There are circles of milk and buildings of blood,
and towers of green air.
There is silence in the walls, and great pale cows
with hoofs of wine.
There are shadows there so that the tooth
may continue in the jaw and one lip opposite another,
and so that your mouth may speak without dying,
and so that your blood may not be spilled in vain.
Oh dark mother, wound me
with ten knives in the heart,
toward that side, toward that bright time,
toward that springtime without ashes.
Until you break its black timbers,
knock on my heart, until a map
of overflowing blood and hair
stains the holes and the shadow,
until its windowpanes weep, knock,
until its needles melt.
Blood has fingers and it opens tunnels
underneath the earth.
Cuando el deseo de alegría con sus dientes de
rosa
escarba los azufres caídos durante muchos meses
y su red natural, sus cabellos sonando
a mis habitaciones extinguidas con ronco paso llegan,
allí la rosa de alambre maldito
golpea con arañas las paredes
y el vidrio roto hostiliza la sangre,
y las uñas del cielo se acumulan,
de tal modo que no se puede salir, que no se puede dirigir
un asunto estimable,
es tanta la niebla, la vaga niebla cagada por los pájaros,
es tanto el humo convertido en vinagre
y el agrio aire que horada las escalas:
en ese instante en que el día se cae con las plumas deshechas,
no hay sino llanto, nada más que llanto,
porque sólo sufrir, solamente sufrir,
y nada más que llanto.
El mar se ha puesto a golpear por años una pata de pájaro,
y la sal golpea y la espuma devora,
las raíces de un árbol sujetan una mano de niña,
las raíces de un árbol más grande que una mano de
niña,
más grande que una mano del cielo,
y todo el año trabajan, cada día de luna
sube sangre de niña hacia las hojas manchadas por la luna,
y hay un planeta de terribles dientes
envenenando el agua en que caen los niños,
cuando es de noche, y no hay sino la muerte,
solamente la muerte, y nada más que el llanto.
Como un grano de trigo en el silencio, pero
a quién pedir piedad por un grano de trigo?
Ved cómo están las cosas:
tantos trenes, tantos hospitales con rodillas quebradas,
tantas tiendas con gentes moribundas:
entonces, cómo?, cuándo?,
a quién pedir por unos ojos del color de un mes frío,
y por un corazón del tamaño del trigo que vacila?
No hay sino ruedas y consideraciones,
alimentos progresivamente distribuidos,
líneas de estrellas, copas
en donde nada cae, sino sólo la noche,
nada más que la muerte.
Hay que sostener los pasos rotos,
cruzar entre tejados y tristezas mientras arde
una cosa quemada con llamas de humedad,
una cosa entre trapos tristes como la lluvia,
algo que arde y solloza,
un síntoma, un silencio.
Entre abandonadas conversaciones y objetos respirados,
entre las flores vacías que el destino corona y abandona,
hay un río que cae en una herida,
hay el océano golpeando una sombra de flecha quebrantada,
hay todo el cielo agujereando un beso.
Ayudadme, hojas que mi corazón ha adorado en silencio,
ásperas travesías, inviernos del sur, cabelleras
de mujeres mojadas en mi sudor terrestre,
luna del sur del cielo deshojado,
venid a mí con un día sin dolor,
con un minuto en que pueda reconocer mis venas.
Estoy cansado de una gota,
estoy herido en solamente un pétalo,
y por un agujero de alfiler sube un río de sangre sin consuelo,
y me ahogo en las aguas del rocío que se pudre en la sombra,
y por una sonrisa que no crece, por una boca dulce,
por unos dedos que el rosal quisiera
escribo este poema que sólo es un lamento,
solamente un lamento.
When the desire of joy with its rosy teeth
pries into the brimstone fallen during many months
and its natural net, its hairs ringing
reach my extinguished rooms with raucous steps,
there the rose of cursed barbed wire
strikes the walls with spiders,
and the broken window harasses the blood,
and the fingernails of the sky pile up,
so that one can not leave, one can not manage
a reputable affair,
so thick is the fog, the vague fog shit by the birds,
so great is the smoke converted into vinegar
and the sour air that pierces the scales:
at that instant when day falls down with destroyed feathers,
there is only weeping, nothing but weeping,
because only to suffer, just to suffer,
and nothing but weeping.
The sea has begun to beat for years a bird’s leg,
and the salt beats and the foam devours,
the roots of a tree clutch a girl’s hand,
the roots of a tree bigger than a girl’s hand,
bigger than a hand from the sky,
and all year they work, each moonlit day
girl blood mounts toward the leaves stained by the moon,
and there is a planet with terrible teeth
poisoning the water into which the children fall,
when it is night, and there is nothing but death,
only death, and nothing except weeping.
Like a grain of wheat in the silence, but
whom to beg for mercy for a grain of wheat?
See how things are: so many trains,
so many hospitals with broken knees,
so many stores with dying people:
then, how? when?
to whom to beg through eyes the color of a cold month,
and through a heart the size of rippling wheat ?
There are only wheels and considerations,
nourishment progressively distributed,
lines of stars, goblets
into which nothing falls, but only night,
nothing but death.
We must hold up the broken steps,
cross among roofs and sadnesses while a thing
burns consumed with flames of dampness,
a thing among rags as sad as rain,
something that burns and sobs,
a symptom, a silence.
Among abandoned conversations and breathed objects,
among the empty flowers that destiny crowns and abandons,
there is a river that falls upon a wound,
there is the ocean beating the shadow of a shattered arrow,
there is all of heaven piercing a kiss.
Help me, leaves that my heart has adored in silence,
harsh crossings, southern winters, tresses
of women drenched in my earthly sweat,
moon of the south from the leafless sky,
come to me with a sorrowless day,
with a minute in which I can scrutinize my veins.
I am wearied by a drop,
I am wounded in just one petal,
and through a pinhole mounts a river of inconsolable blood,
and I drown in the waters of the dew that rots in the shadow,
and for a smile that does not grow, for a sweet mouth,
for fingers that the rosebush would like
I write this poem which is only a lament,
only a lament.
Oh niña entre las rosas, oh presión de
palomas,
oh presidio de peces y rosales,
tu alma es una botella llena de sal sedienta
y una campana llena de uvas es tu piel.
Por desgracia no tengo para darte sino uñas
o pestañas, o pianos derretidos,
o sueños que salen de mi corazón a borbotones,
polvorientos sueños que corren como jinetes negros,
sueños llenos de velocidades y desgracias.
Sólo puedo quererte con besos y amapolas,
con guirnaldas mojadas por la lluvia,
mirando cenicientos caballos y perros amarillos.
Sólo puedo quererte con olas a la espalda,
entre vagos golpes de azufre y aguas ensimismadas,
nadando en contra de los cementerios que corren en ciertos ríos
con pasto mojado creciendo sobre las tristes tumbas de yeso,
nadando a través de corazones sumergidos
y pálidas planillas de niños insepultos.
Hay mucha muerte, muchos acontecimientos funerarios
en mis desamparadas pasiones y desolados besos,
hay el agua que cae en mi cabeza,
mientras crece mi pelo,
un agua como el tiempo, un agua negra desencadenada,
con una voz nocturna, con un grito
de pájaros en la lluvia, con una interminable
sombra de ala mojada que protege mis huesos:
mientras me visto, mientras
interminablemente me miro en los espejos y en los vidrios,
oigo que alguien me sigue llamándome a sollozos
con una triste voz podrida por el tiempo.
Tú estás de pie sobra la tierra, llena
de dientes y relámpagos.
Tú propagas los besos y matas las hormigas.
Tú lloras de salud, de cebolla, de abeja,
de abecedario ardiendo.
Tú eres como una espada azul y verde
y ondulas al tocarte, como un río.
Ven a mi alma vestida de bianco, con un ramo
de ensangrentadas rosas y copas de cenizas,
ven con una manzana y un caballo,
porque allí hay una sala oscura y un candelabro roto,
unas sillas torcidas que esperan el invierno,
y una paloma muerta, con un número.