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Authors: Miyamoto Musashi

El libro de los cinco anillos (2 page)

BOOK: El libro de los cinco anillos
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Desde que los samuráis tomaron el poder en Japón, siglos antes de que Musashi naciera, los budistas habían estado intentando civilizar y educar a los guerreros. Esto no significa que la casta samurái en general lograra ser imbuida de la iluminación budista, o ni tan siquiera del espíritu budista. Una de las principales razones de esto fue que los budistas habían estado ocupados, no sólo intentado civilizar a los samuráis, sino también intentando clarificarse y solventar sus propias contradicciones. El budismo estaba muy ocupado en las tareas de enterrar a los muertos, acoger y educar a los muchos niños huérfanos producidos por la guerra, la pobreza, o que eran abandonados por ser hijos ilegítimos, y en dar refugio a las viudas abandonadas o que sufrían abusos.

En consecuencia, en la relación entre el zen y los samuráis, el maestro no se dejaba llevar por el nivel del estudiante. Si, como ha sido sugerido por algunos apologistas, las artes marciales han de ser consideradas como la forma más elevada de estudio en Japón, los maestros zen habrían sido los estudiantes de los guerreros, y no al revés.

El dominio prolongado del Japón por la casta guerrera fue una anomalía en los asuntos humanos, como queda reflejado por su discordancia con los ideales nativos japoneses y en general con las ideas sociopolíticas de Extremo Oriente. Por la forma en que se estableció el gobierno militar por medio de la fuerza, éste quedó destinado a adecuar los ideales sociales y filosóficos tradicionales que decía profesar.

Thomas Cleary

Prólogo

La ciencia de las artes marciales llamada Escuela Personal de los Dos Cielos
[ 1 ]
es algo que he estado perfeccionando muchos años. Ahora, deseando revelarla en un libro por primera vez, he ascendido al Monte
Iwato
, en la provincia de
Higo
, provincia de
Kyushu
. Inclinándose ante el cielo, venerando a
Kannon
[ 2 ]
, me sitúo frente a Buda. Soy
Shinmen Musashi no Kami
,
Fujiwara no Genshin
, guerrero nacido en la provincia de
Harima
, de sesenta años de edad.

He dedicado mi espíritu a la ciencia de las artes marciales desde que era joven, hace mucho tiempo. Tenía trece años cuando tuve mi primer duelo. En aquella ocasión gané a mi adversario, un maestro de artes marciales llamado
Arima Kihei
, perteneciente a la Nueva Escuela de la Precisión. A los dieciséis años vencí a un poderoso maestro de artes marciales llamado
Akiyama
, de la provincia de
Tajima
. Cuando tenía veintiuno, me fui a la capital y conocí a maestros de artes marciales de todo el país. Aunque participé en numerosos duelos, nunca dejé de alcanzar la victoria.

Después viajé de provincia en provincia, encontrando maestros de artes marciales de varias escuelas. Aunque participé en más de sesenta duelos, nunca perdí. Todo ello tuvo lugar entre los trece y veintinueve años.

Cuando cumplí los treinta años y reflexioné sobre mis experiencias, me di cuenta que no había salido victorioso a causa del logro consumado de las artes marciales. Quizá fue porque poseía una capacidad intrínseca para esta ciencia y no me había desviado de los principios naturales. También puede haber sido debido a fallos de las artes marciales de las demás escuelas. En cualquier caso, practiqué a continuación día y noche hasta alcanzar un principio todavía más profundo, y espontáneamente llegué a la ciencia de las artes marciales. Tenía cincuenta años en esa época.

Desde entonces he pasado el tiempo sin tener ninguna ciencia en la que investigar. Confiando en la ventaja de la ciencia militar, tal como la he convertido en la ciencia de todas las artes y técnicas, no tengo maestro en ningún camino.

Ahora, al escribir este libro, no tomo nada de los viejos dichos del budismo ni del confucianismo, y utilizo viejas historias de narraciones militares o sobre la ciencia militar. Teniendo al Cielo y a
Kanon
como espejos, tomo el pincel y empiezo a escribir, a las cuatro de la madrugada del décimo día del décimo mes, en el año 1643.

El Manuscrito de la Tierra

Las artes marciales son la forma de vida del guerrero
[ 3 ]
. Especialmente los oficiales deberían practicar estas artes, y los soldados deben también conocer esta forma de vida. En la actualidad no existen guerreros con un cierto conocimiento de la vía de las artes marciales.

Antes de nada, pongamos un ejemplo sobre lo que es una forma de vida. El budismo es una vía para ayudar a la gente; el confucianismo es una vía para reformar la cultura. Para el médico, curar es una forma de vida; un poeta enseña el arte de la poesía.

Otras personas se dedican a predecir el futuro, al tiro al arco o a otras diversas artes o disciplinas. Las personas practican las vías a las que se sienten inclinadas y desarrollan sus preferencias individuales. Pocas personas son aficionadas a la vía marcial de la vida. Ante todo, la vía de los guerreros significa familiaridad con las artes culturales y marciales. Aunque sean torpes en ellas, los guerreros deben fortalecer personalmente sus propias artes marciales tanto como puedan sus propias circunstancias.

La gente piensa normalmente que todos los guerreros reflexionan sobre el hecho de estar preparados para morir. En lo que se refiere a la vía de la muerte, ésta no se limita a los guerreros. Los monjes mendicantes, las mujeres, los campesinos, e incluso aquellos que pertenecen a las clases que están por debajo de ellos, conocen su obligación, se avergüenzan de descuidarla y se resignan a la muerte; en esto no hay ninguna distinción. La vía marcial de vida practicada por los guerreros se basa en superar a los demás en todo y en cualquier cosa. Ya sea mediante la victoria en un duelo individual, o ganando una batalla frente a varias personas, uno piensa en servir a los intereses de quien lo emplea, en servir los propios intereses, en llegar a ser bien conocido y en estar socialmente establecido. Todo ello es posible mediante el poder de las artes marciales.

Sin embargo, habrá personas en el mundo que piensen que aunque uno aprenda las artes marciales, no le servirán de nada cuando surja una necesidad real. A este respecto, la verdadera ciencia de las artes marciales significa practicarlas de tal forma que sean útiles en cualquier ocasión, y enseñarlas de tal forma que sean útiles en todos los caminos.

Sobre la ciencia de las artes marciales

En China y en Japón, los practicantes de estas ciencias han sido tradicionalmente llamados maestros de las artes marciales. Los guerreros no pueden dispensarse de aprender esta ciencia.

Las personas que viven de las artes marciales en la actualidad sólo se ciñen a la esgrima. Los sacerdotes de los templos
Kashima
y
Kantori
[ 4 ]
, de la provincia de
Hitachi
, han fundado este tipo de escuelas, afirmando que sus enseñanzas han sido transmitidas por los dioses, y viajan de provincia en provincia transmitiendo a la gente sus enseñanzas; pero esto es realmente un fenómeno reciente.

Entre las artes y disciplinas de las que se habla desde la Antigüedad, el denominado arte de la ventaja ha sido incluido como una disciplina; así, una vez que hablamos del arte de la ventaja, no puede limitarse llegar a ser sólo la esgrima. Incluso la misma esgrima difícilmente puede ser conocida, si se consideran únicamente cómo ganar sólo mediante el arte del sable; está fuera de cuestión que sea posible alcanzar el dominio de la ciencia militar de este modo.

Cuando miro a la sociedad, veo que la gente convierte las artes en ganancias comerciales; se considera sí misma como mercancía e incluso lleva a cabo mejoras como si fuera un objeto de comercio. Distinguiendo lo superficial y lo sustancial, encuentro que esta actitud tiene menos realidad que la decoración.

El campo de las artes marciales abunda particularmente de esgrimas victoriosas, con popularización comercial y aprovechamiento por parte de aquellos que enseñan la ciencia y de aquellos que la estudian. La consecuencia de esto es que, como alguien ha dicho, «las artes marciales de aficionados son origen de graves heridas».

Hablando de forma general, existen cuatro formas de vida: la forma de vida del caballero, la del campesino, la del artesano y la del comerciante.

  • En primer lugar, está la forma de vida del campesino. Los campesinos preparan todo tipo de herramientas agrícolas y pasan años prestando constantemente atención a los cambios de las cuatro estaciones. Ésta es la forma de vivir del campesino.
  • En segundo lugar, está la forma de vida del comerciante. Quienes elaboran licor obtienen los diversos utensilios requeridos y viven de los beneficios que obtienen según la calidad de lo que producen. Cualquiera que sea el negocio al que se dediquen, los comerciantes viven de los negocios que ganan conforme a su posición particular. Ésta es la forma de vivir del comerciante.
  • En tercer lugar, en lo que se respecta al caballero guerrero, esta vía implica construir toda clase de armas y comprender sus diversas propiedades. Esto es algo imperativo para los guerreros; ignorar la maestría de las armas y la comprensión de las ventajas específicas de cada una de ellas sería indicar una falta de cultura de un miembro de una casa guerrera.
  • En cuarto lugar, está la forma de vida del artesano. Si se toma como ejemplo la forma de vida del carpintero, ésta implica la fabricación habilidosa de toda clase de herramientas, saber cómo utilizar cada una de ellas con pericia, dibujar correctamente los planos sirviéndose de la escuadra y de la regla y vivir mediante una práctica diligente de sus técnicas.

Éstas son las cuatro formas de vida: de los caballeros, los campesinos, los artesanos y los comerciantes. Descubrirá la ciencia de las artes marciales comparándola con la disciplina del carpintero.

El carpintero se utiliza como una metáfora con referencia al concepto de casa. Hablamos de casas aristocráticas, casas militares y casa de las artes; decimos que una casa se derrumba o que una casa se mantiene; y también hablamos de tal o cual tradición, estilo o «casa». Por ello, como utilizamos la expresión «casa», he empleado la disciplina del maestro carpintero como metáfora.

La palabra carpintero se escribe con caracteres que significan «gran pericia» o «gran maestro». Puesto que la ciencia de las artes marciales implica una gran habilidad y una planificación con maestría, la describo en términos comparativos a la carpintería.

Si queréis aprender la ciencia de las artes marciales, reflexionad sobre éste libro; dejad que el maestro sea la aguja, el discípulo el hilo y practicad sin descanso.

La comparación entre la ciencia de las artes marciales y la carpintería

Como el maestro carpintero es el director y organizador general de los carpinteros, su obligación de maestro carpintero es comprender las leyes del país, averiguar las normas de cada localidad y atender a las regulaciones del propio establecimiento carpintero.

El maestro carpintero
[ 5 ]
, por conocer las medidas y dibujos de toda clase de estructuras, emplea gente. A este respecto, el maestro carpintero es lo mismo que el maestro guerrero.

Al escoger la madera para construir una casa, la que es recta, está libre de nudos y tiene un buen aspecto puede ser utilizada como columna. La que tiene algunos nudos, y no es recta ni fuerte, puede ser utilizada como columna trasera. La que es algo débil, pero no tiene nudos y parece buena, es utilizada de diversas formas para construir umbrales, dinteles y biombos. La que tiene nudos y está retorcida, pero, sin embargo, es fuerte, se utiliza teniendo en cuenta la existencia de dichos elementos de la casa. Entonces ésta durará mucho tiempo.

Incluso la madera con nudos, retorcida y no muy fuerte puede ser utilizada como andamio, y posteriormente utilizada como leña.

Cuando el maestro carpintero dirige a los obreros, conoce sus diversos niveles de capacidad y les asigna las tareas apropiadas. Algunos son dedicados a construir el suelo, otros a las puertas y biombos, algunos a los pórticos, dinteles, techos, etc. Al que no está cualificado le pone a entarimar y a los aún menos cualificados a fabricar cuñas. Cuando el maestro carpintero ejerce el discernimiento en la asignación de tareas, el trabajo progresa sin dificultad.

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