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—Me parece que ya dispone del dictamen que había solicitado, abogado.

El twi'lek saludó al tribunal con una gran reverencia y después se irguió lentamente y se volvió hacia sus compatriotas.

—Gavin Darklighter, se te sentencia a servir como ayudante del mejor piloto del escuadrón hasta que llegue un momento en el que dejes de ser considerado como el peor piloto.

Bror sonrió y administró un último tirón al traje de vuelo de Gavin.

—Estupendo. Puedes iniciar tu período de servicio trayéndome un poco más de lum.

Wedge frunció el ceño.

—¿Y de qué manera ha llegado a ser considerado usted como el mejor piloto del escuadrón, señor Jace? Sólo obtuvo cinco presas, y el señor Horn ha obtenido seis. Si establecemos un promedio sobre los dos últimos enfrentamientos, entonces el señor Horn dispone de cuatro y media, con usted, el señor Qrygg y yo empatados a dos y media. Si establecemos los totales, entonces usted tampoco obtiene un resultado superior.

Nawara sonrió, mostrando sus puntiagudos dientes.

—Acaba de mostrarnos el punto realmente crucial, señor. El señor Jace afirma que los porcentajes cuentan la verdadera historia. Destruyó a cinco de los seis bombarderos con los que se enfrentó, lo cual significa que eliminó al ochenta y cinco por ciento de los aparatos TIE con los que combatió.

Gavin se sentó y dejó escapar un gruñido.

—Y además se trataba de bombarderos enormes y lentos —dijo—. Nadie podría haber fallado semejantes blancos.

El twi'lek miró a Gavin, soltó una risita y prosiguió con su explicación.

—El señor Horn, por su parte, sólo eliminó a seis de treinta, lo cual le proporciona un porcentaje de presas del veinte por ciento. Wedge meneó la cabeza.

—Esto es ridículo. Los porcentajes no tienen nada que ver con esto.

—Si no le importa, señor… —Corran se levantó y fulminó con la mirada a Bror—. Estoy dispuesto a permitir que se utilicen los porcentajes como método de determinar las cosas.

—Adelante, señor Horn.

Corran se cruzó de brazos.

—¿Quieres una auténtica competición, Jace?

El thyferrano alzó la cabeza y, a su vez, le fulminó con la mirada.

—Es una oferta muy fácil de hacer para quien disfruta de la ventaja de ir en primer lugar.

—También estoy dispuesto a partir de un nivel de igualdad, e incluso te concederé esta ronda…, declarándote como mejor piloto hasta nuestra próxima misión. —Corran extendió los brazos y puso la mano derecha sobre el hombro de Gavin—. Lo que estoy dispuesto a hacer es establecer un promedio de las presas de Gavin con las mías. La que se cobró en Chorax se añade a mis nueve, y luego nos repartimos ese total. De esa manera quedamos iguales con un promedio de cinco victorias. Tú y yo somos ases, y ahora él también lo es.

—No hagas esto, Corran.

Corran se inclinó sobre Gavin y le guiñó un ojo.

—Confío en ti, chico. Sé que lo harás estupendamente.

—¿Empezamos estando iguales? —preguntó el thyferrano. Corran asintió.

—Y a partir de ahí o vamos sumando las presas tal cual o hacemos un promedio, según prefieras.

Bror enarcó una rubia ceja.

—¿Sigues estando dispuesto a establecer un promedio entre las presas del chico y las tuyas?

El corelliano volvió a asentir y palmeó el hombro de Gavin.

—¿Estás dispuesto a aceptar el desafío?

Wedge vio cómo las emociones en conflicto se agitaban sobre el rostro de Bror Jace. Resultaba obvio que quería enfrentarse a Corran en un mano a mano singular para demostrar que era mejor que él, pero las reglas que le estaba ofreciendo Corran jugarían en su favor. Cualquier presa que obtuviera Corran sólo contaría como media. A menos que Corran lo hiciera soberbiamente bien —obteniendo dos presas por cada una que obtuviese Bror— o que Gavin iniciara una racha de victorias, Bror ganaría con gran facilidad. La diferencia existente entre sus niveles de habilidades no era lo suficientemente grande para que Corran tuviera una auténtica probabilidad de vencer.

Los ojos azules de Bror se entrecerraron hasta quedar convertidos en dos rendijas árticas.

—Usaremos el promedio para que Gavin pueda seguir jugando. Pero tú y yo podremos pasar al mano a mano en cuanto yo lo decida.

—Por supuesto.

—Y dado que fuimos los que obtuvieron el mayor número de victorias en Hensara, tú y yo compartiremos la corona del mejor Piloto hasta la próxima misión.

Corran sonrió.

—Trato hecho.

Wedge dirigió una inclinación de caben a Corran, y luego alzó la mirada hacia el twi'lek.

—En virtud de este acuerdo, Bror y Corran son «comejores» pilotos, y Gavin tiene cinco victorias. ¿Correcto, abogado?

El twi'lek asintió.

—Si están de acuerdo, miembros del tribunal…

Los tres jueces asintieron y Nawara sonrió.

—Pues entonces todo resuelto.

—¿Y el peor piloto sigue teniendo que ejercer las funciones de aprendiz con respecto al mejor piloto?

Nawara volvió a asentir.

—El peor piloto sigue estando vinculado por ese acuerdo.

—Perfecto. —Wedge se levantó y le dio una palmada en la espalda—. Entonces, y dado que Gavin cuenta con cinco victorias, eso le convierte a usted, que sólo tiene una, en el peor piloto.

La palidez habitual del rostro de Nawara fue sustituida por una blancura digna de un fantasma.

—¿No hay apelación posible?

Wedge sonrió.

—Para usted probablemente no la hay, pero la idea de que sea el abogado y no su cliente quien tenga que cargar con la sentencia constituye una poderosa apelación a mi sentido del humor.

El twi'lek frunció el ceño y se acarició una de sus colas cefálicas.

—Vaya… Puede que eso de que el abogado que se tiene a sí mismo como cliente es un idiota sea verdad después de todo.

—Ésa es la razón por la que ahora es usted piloto, señor Ven —dijo Wedge, dejando escapar una suave carcajada—. Considere suspendida nuestra sentencia, por lo menos mientras dure esta celebración. Hoy hemos demostrado lo buenos que podemos llegar a ser, y mañana volveremos a los entrenamientos para asegurarnos de que sabemos con toda exactitud cómo lo hicimos a fin de poder seguir haciéndolo en el futuro.

**

Kirtan Loor se rascó la zona de carne rojiza y dolorida que tenía detrás de la oreja derecha. Le habían dicho que la roséola de Rachuk era un virus que afectaba a todos los que ponían los pies en aquel mundo. Rascar las zonas afectadas no parecía empeorar su estado, pero la irritación iba disminuyendo con el paso del tiempo. A Kirtan le resultaba particularmente molesta porque le impedía concentrarse, y lo último que necesitaba en aquella fase final de sus cálculos era una distracción.

Volvió a examinar los datos de Hensara, correlacionando las cifras y los registros sensores con los parámetros de eficiencia y actuación conocidos para los ala-X. Todas las naves del escuadrón parecían haber estado operando bajo dos desviaciones estándar de las especificaciones rebeldes. Eso le indicaba que las naves se encontraban en muy buen estado de mantenimiento, lo cual significaba que la Rebelión estaba invirtiendo considerables recursos en aquel escuadrón para asegurarse de que las naves siguieran funcionando.

Ese hecho, combinado con el espectacular índice de victorias, le inducía a creer que el Escuadrón Rebelde había estado en Hensara. La calidad de los datos visuales no era demasiado buena, pero las insignias y los cazas parecían encajar con las imágenes obtenidas por el
Áspid Negro
, lo cual también confirmaba la presencia del escuadrón en Chorax. Kirtan no disponía de ninguna confirmación objetiva de que el escuadrón hubiera sido el Escuadrón Rebelde, pero una comunicación interceptada incluía el nombre «Wedge», y además Kirtan creía haber oído algunos leves vestigios de la voz de Corran Horn en otros mensajes. La maniobra de inversión direccional que había acabado causando graves daños a un interceptor era puro Horn, lo cual proporcionaba a Loor todas las evidencias que necesitaba para etiquetar a los ala-X como el Escuadrón Rebelde.

El almirante Devlia no había quedado demasiado convencido, pero aun así accedió a enviar unidades para localizar la base del escuadrón…, si Kirtan era capaz de aislarla. El almirante Devlia había hecho esa oferta empleando un tono de voz que sugería que a Kirtan le sería totalmente imposible proporcionar dicha información.

Hubiese debido serlo, desde luego, y para la inmensa mayoría de personas lo habría sido. Mas Kirtan Loor se acordaba de muchas cosas que podían ser trivialidades para otros, pero que habían demostrado ser muy útiles a la hora de buscar la base del Escuadrón Rebelde. Tuvo que emplear unas cuantas asunciones previas sobre ellos y los efectivos con los que habían llegado, pero sus cálculos podían ser revisados con un cieno número de factores variables incluidos y, finalmente, todos los datos podían ser correlacionados con las situaciones sistémicas conocidas y las preferencias que guiaban a los rebeldes en el establecimiento de sus bases.

Varios ala-X habían entrado en la atmósfera de Hensara, por lo que habían dejado restos significativos de combustible ionizado en ella. El análisis espectral de esas huellas proporcionaba una cantidad de impulsión que, a su vez, proporcionaba una indicación de la cantidad de combustible utilizado por segundo de operación con motores sublumínicos. Todo ello encajaba con las especificaciones conocidas del ala-X. Los parámetros operativos de los motores sublumínicos no habían sido modificados, por lo que Kirtan supuso que los motores hiperespaciales también pertenecían al tipo estándar.

Las fuerzas de superficie de Hensara proporcionaron unos cuantos datos básicos sobre el vector de entrada y la velocidad de la fuerza rebelde. Trazar el curso a partir de ellos no había resultado terriblemente difícil, y los resultados le sugerían a Kirtan que la fuerza había iniciado su último salto desde el sistema de Darek. Utilizando las cifras de consumo de combustible para los motores hiperespaciales del ala-X, Kirtan pudo restar la cantidad correspondiente de combustible del peso de la nave.

Los datos del perfil de impulsión, el vector y la velocidad le proporcionaron pesos cambiantes para los ala-X a medida que iban consumiendo combustible durante su vuelo. El peso y el consumo de combustible finales parecían encajar con los perfiles operativos conocidos. Descartando la posibilidad de que hubieran hecho paradas para repostar durante el trayecto, la cantidad de combustible que Kirtan había calculado para ellos determinaba la distancia recorrida desde su base.

El agente de inteligencia tenía que dar por supuesto que todos los ala-X habían iniciado el viaje con los depósitos totalmente llenos, naturalmente, y eso se aplicaba igualmente al
Patinaje del Pulsar
y la
Eridain
, así como a la lanzadera de la clase Lambda presente en Chorax. El consumo de combustible y los límites de distancia para esas naves habían demostrado que eran más adecuadas para los viajes largos que los ala-X, como se podía esperar de unas naves más grandes, pero a pocas naves les gustaba aventurarse fuera del radio de autonomía de sus escoltas.

Incluso limitando la ruta al radio de autonomía de los ala-X, cada unidad seguía poseyendo la capacidad de recorrer una distancia considerable. Kirtan redujo un poco más el radio de alcance, basándose en la suposición de que los pilotos rebeldes se reservarían la cantidad de combustible suficiente para que sus ala-X pudieran entablar un combate individual o librar una acción de retaguardia a fin de permitir que las otras naves pudieran escapar. Eso reducía su autonomía aproximadamente a la mitad, y cuando se trazaba un diagrama esférico sobre un mapa de la galaxia para cada uno de los avistamientos del escuadrón, las esferas se intersectaban dentro de un área espacial relativamente reducida.

Esa tajada de espacio superpuesto contenía quinientos sistemas conocidos. Kirtan tachó de la lista todos los mundos realmente leales. También eliminó los mundos abiertamente rebeldes, porque el servicio de inteligencia disponía de espías más que suficientes en los semilleros verdaderamente activos del apoyo a los rebeldes para poder informarle de si el Escuadrón Rebelde había sido visto. La Alianza estaba dispuesta a obtener voluntarios y apoyo de esos mundos, pero prefería no ponerlos en peligro utilizándolos como base de operaciones.

Los mundos inhóspitos fueron trasladados a una lista secundaria. La base establecida en Hoth había demostrado que los rebeldes estaban dispuestos a esconderse prácticamente en cualquier sitio, pero las evaluaciones de la operación de Hoth y los datos obtenidos con posterioridad a la invasión indicaban que los rebeldes habían tenido serios problemas a la hora de modificar su equipo para que pudiese operar allí. De hecho, si los rebeldes no hubieran estado seriamente afectados por la derrota sufrida en Derra IV, probablemente nunca se habrían instalado en Hoth.

Como buenos oportunistas, los rebeldes tendían a preferir los mundos que ya disponían de estructuras que pudieran ser convertidas en instalaciones. Parecía como si cuanto más benigno fuera el mundo y más abandonado estuviese, más probabilidades habría de que la Rebelión fuese a elegirlo como base. Kirtan dudaba de que los rebeldes fueran conscientes de que se estaban dejando llevar por esa predilección a instalarse en las ruinas y utilizarlas para sus propios fines, y suponía que tenía bastante que ver con un deseo subconsciente de renovar la Antigua República. El mismo impulso que les obligaba a oponerse al Imperio exigía que se volvieran hacia aquellas cosas que eran más viejas que el Imperio para proporcionar a su movimiento una legitimidad que no poseía por sí mismo.

La lista final de mundos primarios sólo contenía diez nombres. Kirtan sometió esa lista al último proceso de selección, que había acudido a su mente casi como una inspiración repentina después de haber despertado de un sueño que incluía visiones de Ysanne Isard metamorfoseándose en un fantasma carmesí de Darth Vader.

Cuando llegaron a Chorax, los ala-X no esperaban verse tan bruscamente arrancados del hiperespacio. Eso quería decir que su vector de entrada, si era dibujado como una línea a través del espacio, apuntaría hacia el destino al que habían pretendido llegar. Kirtan incluyó esa línea en sus modelos de datos, y luego pidió al ordenador que clasificara los mundos candidatos según su proximidad a cualquier mundo presente en esa línea.

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