Read The Chicano/Latino Literary Prize Online
Authors: Stephanie Fetta
DON ANSELMO:
(Telling story.)
⦠Y luego, desde arriba en las nubes, se calló hasta el suelo, y no le concedió los tres deseos porque no era buena persona.
(Both laugh.)
Y tú, Federico, si tú tuvieras tres deseos, ¿qué fueran?
FEDERICO: ¿Tres deseos? Nomás tengo uno y ése es darle por toda la madre al Eddie Spaghetti y Tony Baloney, especialmente al Eddie Spaghetti porque él es el que le da las órdenes al Tony Baloney que me pegue.
DON ANSELMO: Ah sÃ, Eddie Spaghetti. Ãl es tu
bête noir
, ¿verdad? (FEDERICO
puzzled
.) ¿Te acuerdas la lección francesa que tuvimos?
Parlez vous francais, si vous plait?
FEDERICO: SÃ, me acuerdo. El Eddie Spaghetti es mi bestia negra, mi
bête noir.
El que me asusta.
DON ANSELMO: SÃ, pero eso es sólo una parte. No te olvides que la bestia negra no sólo es algo que le tenemos miedo, pero es algo que tenemos que conquistar.
FEDERICO: Lo sé. Pero él es mucho más grande y más fuerte que yo.
(Changing subject.)
Pero dÃgame, don Anselmo, ¿cuáles son sus tres deseos?
DON ANSELMO:
(Dreamily.)
Yo quisiera volar como un pájaro, nadar abajo del agua como un pescado, sin un tanque de oxÃgeno, y quisiera tocar el piano como un pianista de conciertos. Y quisiera sembrar una semilla, aquà en el barrio y verla crecer.
FEDERICO: Pues aquà nada crece. Además esos son cuatro deseos y usted dijo tres.
DON ANSELMO: Lo sé, lo sé. Pero si uno puede desear tres cosas, ¿por qué chingados no cuatro?
(Pause.)
Y tú, ¿nomás uno?
FEDERICO: Bueno pues, mi segundo deseo fuera poder caminar por todo el mundo, a todos los lugares que hemos estudiado.
DON ANSELMO: ¿Y regresarÃas? ¿AquÃ, al barrio, aâ¦?
FEDERICO: SÃ, don Anselmo. Yo regresarÃa a este barrio, y a usted, mi amigo. Y no me pregunte por el tercer deseo: nomás tengo dos.
(
DON ANSELMO
glares, waits. Pause.)
NARRATOR: Como darle por toda la madre al Eddie Spaghetti y Tony Baloney era casi imposible, Federico concentró en su segundo deseo, de viajar por el mundo, y como nadien sabÃa más que don Anselmo de tierras extranjeras, los dos pasaban horas planeando el itinerario.
(Both ad lib, with world globe.)
DON ANSELMO: Y en Argentina, ¿qué vas hacer?
FEDERICO: Sentarme enseguida de una bonfire con los gauchos de las pampas y comer muchos, muchos sirloin steaks.
DON ANSELMO: ¿Y en Japón?
FEDERICO: Voy a ir a restaurantes y voy a escojer un pescado fresquesito o un lobster de allà del agua y me lo voy a comer crudo con soy sauce, igualito que los japoneses.
DON ANSELMO: Y en Europa. Los museos, las iglesias â¦
FEDERICO: Voy a comer pastries con custard adentro y chocolate por fuera, sentado en un café en banqueta âal fresco' mirando la gente pasar.
DON ANSELMO: Comiendo, siempre comiendo. Cómo estás hambreado, muchacho.
FEDERICO: En cada paÃs que yo visite voy a comer y comer, y cuando regrese eso es lo que voy a recordar. La comida.
DON ANSELMO: Bueno, mañana me dices más, muchacho, aunque sea de puro comer.
Auf wiedersehen.
FEDERICO:
Auf wiedersehen. (Exits.)
NARRATOR: Un dÃa Federico se paró en frente de don Anselmo con un cartón de leche con tres matitas tristes.
DON ANSELMO: A ver, déjame ver qué trais allÃ, Federico.
(Pinches leaf and smells fingers.)
Tomate. La palabra viene del náhuatl, tú sabes:
tomatl
. ¿Te acuerdas que te dije de ellos?
FEDERICO: SÃ, señor, escribà un reporte para social studies.
DON ANSELMO: Y recibistes una “A”, ¿verdá? Los indios sembraban tomates desde antes que ni naciera Cristo. Y los europeos creÃan que los tomates eran venenosos. Idiotas. ¿La vas a sembrar?
FEDERICO: ¿Crecerán?
DON ANSELMO: Eso depende de ti, enteramente en ti.
(Waves fly swatter to end visit; annoyed.)
FEDERICO: ¿Me ayudará?
DON ANSELMO: Es mucho trabajo. Tú sabes lo que pasa en este barrioânada crece, tú mismo lo dijiste. ¿Cómo puede crecer algo aquÃ? El caliche en la tierra seca, el sol, la gente que no le importa nada, el polvoâchingadoâes inútil, te digo.
FEDERICO: No lo es. SÃ, crecerán; nomás dÃgame qué tengo que hacer y lo hago. ¿Por qué no me quiere ayudar?
DON ANSELMO:
(Hesitates.)
SÃ, te ayudaré pero va a ser muchÃsimo trabajo. ¿Crees que lo puedes hacer?
FEDERICO: SÃ, sÃ. Nomás dÃgame, y lo haré. Yo sé que dije que nada crecerÃa aquà pero podemos hacer try, ¿qué no?
DON ANSELMO: SÃ, muchacho, podemos hacer try.
(Shake hands on deal.)
FEDERICO: Yo antes sembraba las hojas de la piocha pero nunca he sembrado algo real.
DON ANSELMO: Ni yo tampoco; tú eres el primero.
(Pauses.)
FEDERICO:
(Solemnly.)
Don Anselmo, yo le juro que usted y yo vamos a comer los tomates de estas plantas.
DON ANSELMO: Cuidado, un juramento es sagrado. Ay veremos si vamos a comer tus tomates. Ay veremos.
(DON ANSELMO
hits porch rail with fly swatter.
)
Josefina López
Second Prize: Drama
In the middle of downtown Los Angeles,
CARMEN
, and her daughter,
MARÃA
, search the busy streets to reunite with her husband
, RICARDO.
This scene portrays their initial experience of Los Angeles, California.
(
The following is the making of a city. Actors will take on many roles. It will be organized chaos. Noises of police and firetruck sirens, along with other common city noises are heard. The stage lights up with vendors selling on the streets, and all sorts of unusual and not so unusual people found in downtown L.A. on Broadway Street.
CARMEN
and
MARÃA
become engulfed in the scene, appalled to see where they have come to. Placard reads:
LOS ANGELITOS DEL NORTE.)
PERSON l. : Broadway! Downtown L.A.!
VENDOR 1: Cassettes,
¡cartuchos, dos dólares!
VENIDOR 2:
Anillos de oro sólido
. Solid gold. Not plated.
CARMEN:
Perdone, señora
, could you tell meâ¦
BAG LADY: Get out of my way!
PROTESTOR: Homosexuality is wrong! No sex! No sex!
¡Se va a acabar el mundo!
The world is coming to an end! (
Separates
CARMEN
from
MARÃA.)
CARMEN: MarÃa! MarÃa, where are you?
(Searches frantically.)
MARÃA: Mami! Mami! (
Cries for
CARMEN.)
WOMAN 1: Buy this!
¿Sombras para verte como estrella de cine?
WOMAN 2: Hair brushes, all kinds, a dollar!
WOMAN 3: You want to buy handbags?
WOMAN 4:
¡Vámonos!
Here comes the police.
(All the vendors on the street run away.)
MAN 1: Jesus loves you! (
Hands
CARMEN
a pamphlet.
) He died for our sins!
CARMEN:
¿Qué?
WOMAN 1: That RTD bus is late again!
DIRTY OLD MAN: Hey! Little girl! You want to get married? The world is coming to an end and you don't want to die without having experienced it.
CARMEN: MarÃa! MarÃa,
¿dónde estás hija mÃa?
CHOLO 2: East L.A.!
TWO VALLEY GIRLS: We love it!
CHOLO 1: Hey,
bato!
TWO VALLEY GIRLS: Party and let party!
CHOLO 2:
¡Oye, mi carnal!
PERSON 2:
¡Viva la huelga!
Boycott grapes!
PERSON 3: Chicano Power!
TWO VALLEY GIRLS: We love it.
PERSON 3: Chicano Power!
TWO VALLEY GIRLS: We love it.
PERSON 4: A little culture for the
gringuitos
. Tostadas,
frijoles!
ANGLO BUYER: How much?
¿Cuánto? ¿Salsa? ¿Cerveza?
CARMEN: ¡MarÃa!
(
MARÃA
runs scared and bumps into
CARMEN
. They hug each other.
RICARDO
, dressed in
charro
outfit enters and gives some yells as if ready to sing a
corrido
. All the chaos of the city stops, and all the city people recoil in fear.
RICARDO
becomes the hero rescuing
CARMEN
and
MARÃA
from their nightmare.)
TWO VALLEY GIRLS: We love it!
CARMEN: Ayyy!! What a crazy city! It's so awful! People here are crazy! (
Almost about to cry, she embraces
RICARDO.) But Ricardo, I'm so happy to be here.
MARÃA:
(Trying to get attention.)
An ugly man chased me!
RICARDO: But you are all right?
MARÃA: Now that you are here.
RICARDO: Carmen, we are finally together like I promised.
CARMEN: Ricardo, where's our home?
RICARDO: Follow me.
(They leave the stage, props are set up quickly.)
NARRATOR: They're going to the housing projects: Pico Aliso, Ramona Gardens, Estrada Courts. No one likes it there, but it's cheap.
'Ta barato.
(
On the screen the following title is displayed:
LITTLE HOUSE IN THE GHETTO.)
RICARDO: Here we are.
CARMEN:
¿Aqu�
RICARDO: Yes, I hope it's all right. It's only for now.
MARÃA:
(Smiling.)
I like it! Look, Mami! There are swings and grass.
RICARDO: There are a lot of kids in the neighborhood who you can play with.
MARÃA: Really, Papi? Would they want to play with me?
RICARDO: Sure.
(Noticing
CARMEN
's displeasure.)
What's wrong? You don't like it?
CARMEN: Oh, no. I'm just tired from the trip.
RICARDO: How was the trip?
MARÃA:
(Cutting in.)
It was great!
CARMEN: Great? You threw up on me the whole way here.
MARÃA: Except, I don't understand why the bus never got off the ground. Where are the Angels? And where are the clouds? And the gate? And the music ⦠like in the stories Mami used to tell me. I thought we were going to heaven. I thought you had been called to heaven because you are an angel. Are you an angel?
RICARDO: Yes, I'm your angel always.
MARÃA: So if this isn't heaven and you're an angel, what are we doing here?
Alberto Ledesma
First Prize: Poetry
Every night at eight José
slouches under an altar,
a crucifix, on stacks
of
National Geographic,
Sports Illustrated
and
Life
,
murmurs Ave MarÃas
to Padre Nuestros,
rosary tangled
in his fists.
He stares at
Wrigley wads,
ghost stains,
maybe shoe-prints
on the wall,
possessed.
At ten locks himself out
of his cluttered home, his
San Judas Tadeo and
La Virgen de Zapopán,
rides his '56 Bel Air
to High Street
joining the chorus boom
of the Wanderer, the Pretender
and Duke of Earl,
stops at every
well-known corner and
sells crack.
no one walks their dog on
pink-brick paths;
no one sits
on white wood porch steps
to eat watermelon in July;
no showers sing,
no tamarind grows
on fertile soil.
Mine's the street of charcoal hope
where rusted
Buicks and Impalas
hide chocolate-stained faces.
It's a trail of asphalt crumbs
on Sunday mornings,
a boulevard
of neon leopards
at the midnight peak.
Mine's the street of
whispered deals,
a wrinkled place where
children learn to
spot police before
they go to school.
It's a dandelion heaven
where no tulips bloom.
Here
the winter sun
hides the clouds
of childhood friends
who fade into
the hug of
ecstasy.
Caught by Saturday night's tele-pelÃcula
Mamá said Huisquilco,
the town she left behind,
seemed a little closer,
but Mazola and Bubba's Hair Replacement
verified the distance,
noted that when happiness was black and white,
pueblo folk huddled inside adobe theaters
and witnessed visions of love
for a peso:
Jorge Negrete and MarÃa Felix
burst the walls of passion while
Pedro Infante sang:
You passed by my side
with great indifference,
your eyes didn't bother
to look at me.
I saw you;
you ignored me.
I spoke to you;
you ignored me.
And all my bitterness
drowned inside of meâ¦
One summer's winter
a velvet-voiced boy
became a charro.
He wore his sombrero
like the rooster his crest
and spoke to mamá
of a green cactus Eden
beyond the hills,
of silver he had found
in the shells of turtles
and of desert pulque
sweeter than calf's milk.
Like morning dew he came,
an oasis rippling coolness
on mamá's parched earth.
In the silent wisdom of her spirit