Poco después, Aquiles murió a causa de la flecha que le arrojó al talón el arco de Paris.
Dos de los héroes griegos se disputaron el honor de poseer la armadura del difunto Aquiles. Eran Odiseo y el Gran Áyax, y cada uno de ellos proclamaba que había hecho más en favor de la causa griega. Los griegos decidieron por votación que la armadura correspondía a Odiseo, y el Gran Áyax, desesperado, se suicidó.
A pesar de haber perdido a sus dos más grandes guerreros, los griegos siguieron luchando. En cuanto a los troyanos, Héctor había muerto, y Paris pronto resultó mortalmente herido por una flecha arrojada por el arco de
Filoctetes
, que había heredado las flechas envenenadas de Heracles. Filoctetes había quedado rezagado cuando los griegos partieron para Troya, a causa de una herida, pero se unió a las fuerzas griegas cuando Aquiles murió.
Pero, aun con la muerte de Paris, la guerra no terminó. Helena fue desposada a otro hijo de Príamo,
Deífobo
, y la lucha prosiguió.
Entonces, un oráculo sugirió que Troya no podría ser tomada mientras el Paladio (la estatua o busto de Palas) permaneciera dentro de las murallas. (Ya he hecho referencia al Paladio en páginas anteriores). Diomedes y Odiseo penetraron en Troya, disfrazados, y robaron el Paladio, pero la ciudad no cayó aún. El hijo de Aquiles,
Neoptólemo
, que también llevaba el nombre de
Pirro
, se unió entonces a las fuerzas griegas que se sintieron enormemente alentadas, ya que éste se parecía mucho a su padre y creyeron que su gran jefe había resucitado.
Pero Troya continuó sin caer.
Fue entonces cuando Odiseo tuvo la gran inspiración de la guerra. Propuso que los griegos construyesen un enorme caballo vacío por dentro, capaz de transportar soldados escondidos en sus entrañas. Dejarían el caballo abandonado ante la ciudad de Troya y repleto de soldados, mientras que los restantes griegos embarcarían e irían a esconderse detrás del cercano cabo.
Así lo hicieron. Los troyanos vieron cómo los griegos partían y se sorprendieron ante aquel caballo. Un griego llamado
Sinón
, que había quedado en tierra, se presentó como desertor del ejército griego. Dijo que sus compañeros, desesperados, habían comprendido que jamás podrían conquistar Troya y que habían embarcado para regresar a su país. El caballo era una imagen dedicada a Atenea, y si los troyanos lo trasladaban al interior de la ciudad, la diosa cuidaría de que la ciudad nunca cayese en manos de enemigos.
Los troyanos dieron libre curso a la alegría y se dispusieron a trasladar el caballo dentro de la ciudad. Incluso abrieron un trozo de muralla para que quedase espacio para pasar el caballo.
Un troyano, sacerdote de Apolo, llamado
Laocoonte
, fue el único que puso en guardia a sus conciudadanos. Dijo: «Temo a los griegos, incluso si vienen a traernos regalos». (Esta frase se ha convertido en proverbio, significando que no debe confiarse en un antiguo enemigo, ni siquiera cuando súbitamente da muestras de amistad). Pero Poseidón, que iba a favor de los griegos envió a una serpiente marina para que matara al sacerdote y con ello los troyanos quedaron convencidos de que Laocoonte estaba equivocado.
Por lo tanto, introdujeron el caballo en la ciudad, y por la noche, cuando los troyanos estaban durmiendo después de un día de festejos, se abrió la puerta disimulada y los soldados griegos salieron. Prendieron fuego a la ciudad y llevaron a cabo una matanza, mientras la flota griega que había permanecido escondida regresó.
Neoptólemo mató a Príamo y a un hijo superviviente de éste. Menelao estuvo a punto de matar a Helena, pero al contemplar su belleza no se sintió capaz y se la llevó. El único troyano importante que pudo escapar fue un pariente de la familia de Príamo llamado
Eneas
. Según leyendas posteriores de los romanos sus descendientes fundaron la ciudad de Roma.
Como consecuencia de esta parte de la leyenda troyana, el enemigo que se introduce hasta el centro del país enemigo y aguarda el momento estratégico para asestar el golpe, recibe el nombre de «caballo de Troya». El ejemplo más famoso, en nuestros tiempos, fue el de algunos traidores en el interior de los países occidentales, durante la Segunda Guerra Mundial.
Una vez terminada la guerra de Troya, los soldados griegos supervivientes regresaron a su país. La mayoría encontró grandes dificultades, con naufragios y desventuras. Agamenón fue asesinado el día de su llegada a Micenas por orden de su esposa, Clitemnestra, que no le había perdonado el sacrificio de Ifigenia.
Menelao y Helena estuvieron errantes durante siete años antes de hallar el camino de regreso a Esparta. La mayor parte de este tiempo lo pasaron en Egipto esperando que el viento soplara favorablemente para encaminarse hacia Grecia. Mientras se encontraban en Egipto, murió su timonel,
Canopo
, y su nombre sirvió para denominar a la estrella más brillante de la constelación de «Argo». De este modo, un timonel quedó adecuadamente colocado en un barco.
La estrella Canopo es la segunda en brillo en el cielo, pero está situada tan al sur, que resulta imposible divisarla desde Grecia. Sólo resulta visible en Egipto y aun muy al sur del horizonte, por lo que los griegos podían imaginar muy acertadamente que representase a un personaje mítico que probablemente había muerto en Egipto, y no en Grecia. (En realidad, existía en Egipto una antigua ciudad llamada Canopo, y de ella podía derivarse el nombre de la estrella).
Al final, Menelao capturó un dios marino llamado
Proteo
, el cual, según se le dijo, podía indicarle la forma de regresar a Grecia. Proteo tenía la facultad de transformarse en seres diferentes, y en su desesperado intento de escapar se transformó en león, serpiente, pantera, jabalí, riachuelo y árbol. Sin embargo, Menelao consiguió retenerle bajo su poder, y Proteo se vio obligado finalmente a explicarle los sacrificios que tenían que realizarse para que el viento soplara de nuevo. Menelao siguió puntualmente las instrucciones y pudo llegar a Esparta, donde vivió tranquilamente junto con Helena.
«Proteo» es un nombre que actualmente se aplica a todo cuanto cambia de forma, como es el caso de un animal unicelular llamado ameba. La persona que cambia constantemente de idea o de opinión, recibe el nombre de «proteico» o «proteo».
Sin embargo, Odiseo es el que realizó el viaje de regreso a su hogar más famoso y largo. El segundo poema de Homero está dedicado a su descripción.
El poema, casi tan grandioso como la
Ilíada
(e incluso más popular), es la
Odisea
.
Los diez años que Odiseo pasó errante por el Mediterráneo, están llenos de fantásticos relatos. Uno de los primeros altos que hizo en su viaje fue en un país donde los moradores comían un fruto llamado loto. Quien comía de él olvidaba todo excepto el placer de esta comida, y sólo le quedaban deseos de quedarse a vivir allí. Algunos de los acompañantes de Odiseo comieron loto, y tuvieron que ser arrastrados a los barcos por los demás. La planta es completamente mitológica, pero llevan su nombre varios tipos de nenúfares.
Odiseo y sus hombres pasaron luego a una isla en la que vivían enormes Cíclopes. Uno de ellos, que era un antropófago llamado
Polifemo
, capturó a Odiseo y a doce de sus hombres, se los llevó a su caverna y empezó a comérselos, dos en cada comida. Odiseo consiguió engañar al Cíclope y le hizo beber vino para que se emborrachase. Cuando el Cíclope estaba durmiendo, Odiseo consiguió sacarle el único ojo que tenía. Luego, él y sus hombres se agarraron al vientre de las ovejas de Polifemo, mientras éstas salían de la caverna. El Cíclope, ya ciego, no se dio cuenta de ello aunque comprobaba con las manos lo que salía, y de este modo lograron escapar.
Por la fama de esta historia, el nombre de «Polifemo» a veces se utiliza para denominar algo muy grande, y una polilla de gran tamaño, lleva también por nombre el de «polilla Polifemo».
Polifemo era hijo de Poseidón, y tras la aventura, éste último envió constantes tormentas sobre Odiseo. Finalmente, Odiseo consiguió llegar a una isla donde moraba
Eolo
, dios de los vientos. Eolo le entregó un odre en el cual estaban encerrados todos los vientos, excepto el viento del oeste. Si Odiseo conservaba cerrado el odre, sólo soplaría el viento del oeste que le llevaría hasta Ítaca.
Cuando se encontraban ya a la vista de Ítaca y podían incluso divisar el humo de los hogares junto a la costa, Odiseo, exhausto, cayó dormido. Sus hombres, también fatigados, pensaron que aquel misterioso odre podría contener vino. (En modo alguno podían creer que guardase los vientos). Lo abrieron e inmediatamente se esparcieron los vientos, desencadenándose una tempestad que llevó los barcos otra vez mar adentro, irremisiblemente perdidos.
Existen referencias de Eolo en varias palabras. Un «arpa eolia», por ejemplo, es una caja sonora con cuerdas que produce suaves sonoridades cuando el viento pasa a través de ella. Las arenas amontonadas por el viento reciben el nombre de «arenas eólicas».
Eolo era considerado el padre de los vientos, cada uno de los cuales estaba gobernado por un semidiós.
Boreas
era el rudo viento del norte y nuestra palabra «boreal» significa, en consecuencia, «norte». Para los griegos, el viento más favorable era el del oeste. No traía el frío del norte ni el calor de los desiertos del sur, sino que soplaba con suavidad. El nombre griego de este viento era
Céfiro
, y todavía lleva este nombre cualquier brisa suave.
La siguiente aventura de Odiseo fue un desastroso encuentro con otro grupo de gigantes antropófagos, los
Lestrigones
, que destruyeron todas las naves de Odiseo, excepto una.
Con esta nave, Odiseo llegó a una isla denominada Ea, donde vivía una maga muy bella llamada
Circe
, hija de Helio. Podía transformar a los hombres en animales, al parecer para divertirse, y convirtió a los hombres de Odiseo en cerdos.
Odiseo era inmune a los hechizos de Circe gracias a que Hermes le había entregado una flor denominada
moly
, que le protegía cuando la olía. La planta es completamente mítica, pero el nombre ha pasado a algunas especies de la familia de los ajos. (Realmente, es cierto que el olor de ajo puede alejar en las mujeres bellas el deseo de embelesar a uno).
Odiseo obligó a Circe a devolver a sus hombres su forma natural, y pasó unos días en la isla, descansando placenteramente del largo viaje.
Pero se dio cuenta de que tenía que intentar de nuevo el regreso a su hogar y, siguiendo el consejo de Circe, bajó a Hades para conocer el oráculo de un adivino que debía indicarle cómo hacerlo. (Los escritores griegos sentían predilección por llevar a sus héroes a Hades. Teseo, Orfeo y Heracles ya habían visitado Hades).
Después de coronar con éxito esta visita, Odiseo pasó navegando por delante de las Sirenas. Protegió a sus hombres tapándoles los oídos con cera para que no pudiesen escuchar las canciones de la Sirena. Él mismo ordenó a sus hombres que le ataran al mástil y les hizo prometer que no le desatarían a pesar de sus ruegos. Y, aunque se lo pidió ardorosamente, no le desataron.
Una de las Sirenas, llamada
Parténope
, se sintió tan decepcionada con su fracaso en atrapar a Odiseo, que se arrojó al mar y murió. Las olas la llevaron hasta las playas frente a la ciudad de Nápoles, que a veces recibió de los poetas el nombre de «Parténope». En 1799, las tropas francesas conquistaron Nápoles y establecieron allí la república. Sólo permanecieron allí algunos meses, pero mientras duró la ocupación, la denominaron «República de Parténope».
Abandonadas las Sirenas, Odiseo tuvo que pasar por entre dos peñas. En una de ellas, se asentaba un monstruo llamado
Escila
, otra de las hijas de Equidna. Tenía cuerpo de mujer, pero en su parte inferior salían seis largos cuellos que terminaban en cabezas de perros aulladores. Bajo la otra roca, vivía un monstruo, hija de Gea, llamada
Caribdis
. Tres veces al día se zambullía en el mar provocando un terrible remolino que engullía cuanto quedaba a su alcance.
Odiseo tuvo que elegir a cuál de las dos rocas se acercaría. Desde entonces, la elección entre dos peligros es pasar «entre Escila y Caribdis». (Se supone que Escila y Caribdis estaban situadas en el angosto estrecho de Mesina, que separa Italia de Sicilia. Por supuesto que allí no existen monstruos, pero sí una fuerte corriente arremolinada. En el lado de Italia, todavía existe una roca llamada «Escila», mientras que la del lado de Sicilia, se llama «Caribdis»).
Volvamos a Odiseo. Éste decidió que ante el peligro de perder el navío en manos de Caribdis era preferible correr el riesgo de Escila. Perdió a seis hombres, que murieron en la boca de cada una de las seis cabezas del monstruo.
Desembarcaron luego en la isla del Sol, donde Helio tenía sus rebaños (los «rebaños del Sol»). Circe les había advertido que no comiesen carne de los rebaños, pero como el tiempo pasaba sin que pudiesen desplegar velas por falta de viento, la tripulación estaba desesperadamente hambrienta, y desobedeciendo las órdenes de Odiseo, sacrificaron reses y se las comieron. Como consecuencia, cuando el navío pudo finalmente partir, Poseidón tenía permiso para levantar una tempestad que destruyese este último navío. Sólo Odiseo pudo sobrevivir, porque no había comido de aquellas reses.
Solitario y a merced de las olas, Odiseo arribó a las costas de la isla de Ogigia, donde la ninfa
Calipso
le retuvo prisionero durante siete años. Pero echaba tan de menos su hogar, que al final Calipso le dejó partir. Se construyó una balsa con la que llegó a la tierra de los Feacios. Eran grandes navegantes y se encargaron de llevarle, por fin, hasta Ítaca.
Al llegar a Ítaca era el único superviviente de todos cuantos habían marchado junto con él hacia Troya veinte años atrás, y de cuantos habían salido de Troya con él, en dirección a sus hogares, diez años antes.
Durante aquel lapso de tiempo hasta el retorno de Odiseo, era natural que hubiese circulado por Ítaca el rumor de que había muerto. Más de un centenar de nobles de la isla y de territorios cercanos habían intentado persuadir a Penélope que se casara con uno de ellos, para que el nuevo esposo se convirtiera en el nuevo rey.
Penélope los rechazó porque quería permanecer fiel a Odiseo y estaba segura de que todavía vivía y que regresaría algún día. (Su nombre sirve hoy en día para designar a una esposa modesta y fiel, mientras que el de Clitemnestra es usado como modelo de esposa infiel).