La cabeza de la hidra (35 page)

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Authors: Carlos Fuentes

Tags: #Relato

BOOK: La cabeza de la hidra
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Los padres de la niña maldita, príncipes de su tierra, sintieron miedo y la entregaron secretamente a la tribu de Xicalango. Casualmente, esa misma noche murió otra niña, hija de esclavos de los padres de Malintzin. Los príncipes dijeron que la muerta era su hija y la enterraron con los honores de su rango nobiliario. La niña maldita, como si sus propietarios adivinasen el funesto augurio de su nacimiento, pasó de pueblo en pueblo, parte de todos los tributos, hasta ser ofrecida al Teúl de piel blanca y barba rubia que los indios confundieron con el Dios bienhechor Quetzalcoatl, la Serpiente Emplumada que un día huyó del horror de México y prometió regresar otro día, por él mar del oriente, con la felicidad en sus alas y la venganza en sus escamas.

Entonces la voz de la esclava enterrada habló con la lengua de la princesa maldita y guió a los conquistadores hasta la eterna sede, alta y central, del poder en México: la meseta del Anáhuac y la ciudad de Tenochtitlan, capital de Moctezuma, el Señor de la Gran Voz.

Cortés convirtió a Malintzin dos veces: primero al amor; en seguida al cristianismo. Fue bautizada Marina. El pueblo la llama Malinche, nombre de la traición, voz que reveló a los españoles las ocultas debilidades del imperio azteca y permitió a quinientos aventureros ávidos de oro conquistar una nación cinco veces más grande que España. La pequeña voz de la mujer derrotó a la gran voz del emperador.

Pero debajo de la tierra de la Malinche existe una riqueza superior a todo el oro de Moctezuma. Sellado por trampas geológicas más antiguas que los más viejos imperios, el tesoro de Chiapas, Veracruz y Tabasco es una promesa en una botella cerrada; buscarlo es como perseguir a un gato invisible en un laberinto subterráneo. Las pacientes perforadoras penetran a dos mil, tres mil, cuatro mil metros de profundidad, en el mar, en la selva, en la sierra. El hallazgo de un pozo fértil compensa el fracaso de mil pozos yermos.

Como la hidra el petróleo renace multiplicado de una sola cabeza cortada. Semen oscuro de una tierra de esperanzas y traiciones parejas, fecunda los reinos de la Malinche bajo las voces mudas de los astros y sus presagios nocturnos.

CARLOS FUENTES, Hijo de diplomático, pasó su infancia en diversos países, y ya en México, se licenció en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México, estudiando después Economía en el Instituto de Altos Estudios Internacionales de Ginebra. Fue delegado de México en numerosos organismos internacionales y desde 1972 a 1976 embajador de su país en Francia. Destacó como profesor en las universidades de Princeton y Columbia, y catedrático en las de Harvard y Cambridge. Gran aficionado al cine, escribió varios guiones cinematográficos. Durante toda su vida colaboró en periódicos y revistas de ambos lados del Atlántico. Entre otros honores, fue Doctor Honoris Causa por numerosas universidades, miembro de la Legión de Honor, Medalla de Isabel la Católica, y recibió importantes premios como el Miguel de Cervantes en 1987 y el Príncipe de Asturias de las Letras en 1994.

Carlos Fuentes falleció el 15 de mayo de 2012 a los 83 años de edad en la Ciudad de México.

Notas

[1]
¿Cuándo nos volveremos a encontrar los dos? Macbetb, i, 1, 1.
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[2]
Cuando la batalla haya sido perdida y ganada. Ibíd., i, 1, 4.
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[3]
Carezco de oro, valiente Timón. Timón de Atenas, iv, 3, 90.
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[4]
¿Dónde estás? Romeo y Julieta, ii, 2, 33.
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[5]
Donde me alojo. Otelo, ii, 1, 381.
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[6]
Todo terminará bien si gana nuestra pretensión. All's Well that Ends Well, epílogo, 2.
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[7]
¿Buenas nuevas? Mercader de Venecia, iii, 1, 14.
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[8]
Ja, ja. ¿Dónde? Ibíd.
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[9]
En Génova. Ibíd.
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[10]
Te ruego, ¿cuál es la ruta hacia el Maestro Judío? Ibíd., i, 2, 19.
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[11]
Posee un tercio en México, mas tiene otras empresas. Ibíd., i, 2, 19.
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[12]
¿Por qué se demora el Judío? Ibíd.
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[13]
Herido con las mismas armas, se cura con los mismos medíos. Ibíd., iii, 1, 65.
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[14]
¿Qué han hecho del cadáver? Hamlet, iv, 1, 5.
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[15]
Confundido con el polvo, del cual es semejante. Ibíd., iv, 2, 6.
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[16]
¿Qué noticias? Tengo algunos derechos a la memoria. Ibíd., v, 2, 404.
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[17]
Ve alegremente a Londres. 1.a parte de Enrique IV, ii, 2, 61.
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[18]
Dentro de la hora acudirán en tu auxilio. 1.a parte de Enrique VI, i, 1, 143.
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[19]
Señor, estoy muy cambiado. Mercader de Venecia, ii, 2, 109.
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[20]
La mujer del marinero tiene castañas en el regazo. Macbeth, i, 3, 4.
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[21]
A Aleppo se fue, el capitán del Tigre. Ibíd., i, 3, 9.
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[22]
Oye, ¿estás chiflado?
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[23]
¿Estás borracho o algo?
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[24]
La mujer, debo ver a la mujer que viaja a bordo.
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[25]
Lárgate, cuate, en los tanqueros no viajan mujeres.
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[26]
Carajo, acabo de verla.
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[27]
Okey, grasiento, regresa a tu tequila.
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[28]
Jodete, gringo.
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[29]
Búscame en Galveston y nos sacamos la mierda. Nos vemos, grasiento.
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[30]
Está prohibido estacionarse en la supercarretera.
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[31]
¿Eres italiano o latino? No debían dejar a la gente como ustedes manejar. No sé a dónde va ir a parar este país. Ya no quedan americanos de pura sangre. Ande, siga su camino.
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[32]
Tu hermana está ahogada, Laertes. Hamlet, iv, 7, 165.
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[33]
Tienes demasiada agua, pobre Ofelia. Hamlet, iv, 7, 186.
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[34]
¿Qué han hecho del cadáver? Hamlet, iv, 1, 5.
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[35]
Hola, guapo. ¿Qué te preocupa?
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[36]
¿Qué noticias? Tengo algunos derechos a la memoria. Ibíd., v, 2, 404.
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[37]
Me gustan las cosas gratis.
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[38]
Déjame ver a tu jefe.
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[39]
Oh. Es en serio. ¿A quién anuncio?
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[40]
El Caballero Blanco.
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[41]
El jefe está ocupado en este momento. Tome asiento.
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[42]
Dile que me gustaría tomar el té con ellos.
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[43]
No te me acerques, cochino mexicano, conozco tu clase, puro brillo y nada de oro. A esta muchachita no le vas a engañar.
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[44]
Creí que usted era el Sombrerero Loco.
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[45]
En este caso éste sería el Ratón Dormido y su esposa una Alicia ligeramente ahogada. En una taza de té, naturalmente. Y usted, mi amigo, tendría que desempeñar el papel de la Liebre de Marzo.
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[46]
Bienvenido al País de las Maravillas.
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[47]
Imposible.
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[48]
Dolly, la señora se marcha. Espero que su marido la siga. Son muy fatigosos.
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[49]
Oh, Mr. Mann, una cosa terrible, Mr. Mann, un horrible accidente, asómese por la ventana…
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[50]
Diles a los policías que suban, estúpida. Estoy deteniendo al italiano por el asesinato premeditado de su esposa.
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[51]
Pardiez, caballero, no abuse de su buena suerte.
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[52]
Pero, dinos, ¿has oído si hemos perdido algo en el mar o no? Mercader de Venecia, iii, 1, 45.
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[53]
Los barcos no son sino maderos, y los marineros sino hombres; existen ratas de tierra y ratas de mar, ladrones de tierra y ladrones de mar. Mercader de Venecia, i, 3, 21.
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[54]
¿Qué me cuentas de un robo? Otelo, i, 1, 105.
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[55]
El muchacho da advertencia. Romeo y Julieta, v, 2, 18.
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[56]
Es un muchacho impertinente. Búscalo, búscalo. Romeo y Julieta, i, 5, 87.
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[57]
Está en Venecia. Otelo, i, 1, 106.
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[58]
Para mi ruina reserva Roma una hidra demasiado fértil; de una cabeza cortada habrán de renacer mil. Cinna, iv, 2, 25.
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[59]
En la bolsa del señor Timón reina el más profundo invierno. Timón de Atenas, iii, 4, 15.
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[60]
Eres un perro. Ibíd., i, 1, 204.
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[61]
Tu madre es de mi generación. Ibíd., 1, 205.
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