El Secreto de las Gemelas

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Authors: Elisabetta Gnone

Tags: #Infantil y juvenil, #Fantástico

BOOK: El Secreto de las Gemelas
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Fairy Oak es un pueblo mágico y antiguo, escondido en los pliegues de un tiempo inmortal. Para encontrarlo, habría que viajar entre las mesetas escocesas y los acantilados de Normandía, por los valles floridos de Bretaña, entre los verdes prados irlandeses y las bahías del océano.

El pueblo está habitado por criaturas mágicas y seres humanos, pero es difícil distinguir a unas de otros. De hecho, hadas, magos, brujas y ciudadanos normales viven en sus casas de piedra desde hace tanto tiempo, que nadie presta ya atención a las rarezas de los otros. Y después de tanto tiempo, ¡todos se parecen un poco!

Todos salvo las hadas, que son muy, muy pequeñas y luminosas... ¡y vuelan! Los magos y las brujas del valle las mandan llamar para que cuiden a los pequeños del pueblo. Esta historia está contada, precisamente, por una de ellas: Feli, el hada de las gemelas Vainilla y Pervinca.

Elisabetta Gnone

El Secreto de las Gemelas

Fairy Oak, Libro 1

ePUB v1.0

kennatj
12.09.11

Título original:
Fairy Oak. Il Segreto delle Gemelle

Traducción: Miguel García

ISBN: 84—96391—56—6

A Will,

a quien le encanta leer

en el banco

a la sombra del manzano

mientras tira

la pelota a Nani

Y a Nani, que

ha aprendido a esperar

a que Will

termine la página

Desde hace más de mil años

a la media noche en punto

ocurre un hecho mágico

en las casas de Fairy Oak:

minúsculas hadas luminosas cuentan

historias de niños a brujas

de ojos buenos,

emocionadas y atentas.

Insólito, ¿verdad?

Todo el mundo sabe que brujas y hadas

se llevan mal y que a las brujas

no les gustan nada los niños.

Pero estamos en el valle de Verdellano,

en el pueblo de Fairy Oak,

y aquí las cosas son desde siempre

un poco distintas...

Primera parte

Llegada a Fairy Oak

Cuando llegué a Fairy Oak, las niñas estaban a punto de nacer. Había hecho un largo viaje y atravesado muchos reinos mágicos hasta el pueblo del Roble Encantado. Mis alas temblaban de cansancio, pero la emoción me impedía detenerlas. Es natural, ¡se trataba de mi primer trabajo!

—Buenos días. Me llamo Sifelizserédecírosloquerré, y soy el hada niñera que habéis pedido al Gran Consejo —dije a la anciana señora que salió a la puerta.

Tenía el cabello blanco como las rosas de su jardín, manos delgadas con largos dedos y porte de reina. Mantenía los ojos muy abiertos y fijos en mí, y por un momento pensé que era de piedra, porque en vez de responderme se quedó callada e inmóvil como una estatua.

De repente se sobresaltó, entrecerró los ojos para oír mejor y dijo:

—¿¿¿Eh???

No tuve tiempo de repetirlo, pues a continuación dejó escapar un laaaaargo suspiro, y me dijo sonriendo:

—Encantada de conocerte, Feliztequisiera..., es decir, Querrédecirlofeliz... En fin, sé bienvenida. Deja que te vea, eres más guapa de lo que imaginaba. Por favor, siéntate en este bizcocho de cerezas, no hace mucho que lo he sacado del horno y aún está tibio, estarás cómoda y podrás descansar.

La hermosa señora se sentó en una gran mecedora chirriante, se colocó con esmero su bonito vestido verde salvia y adoptó un aire solemne.

—Como dije al Gran Consejo, querida hadita, tu sueldo será de diez pétalos de rosa al mes, más dos panecillos de naranja para los días de fiesta. Y... me gustaría llamarte Felí, si a ti no te importa.

¡Oh, diez pétalos al mes es un buen sueldo, gracias! Por no hablar de los panecillos de naranja, que me encantan. Pero "Felí"... ¡aprietacorazones!, ¿en qué había convertido mi precioso nombre?

Adopté, a mi vez, el tono más serio y solemne que pude y...:

—Será un honor trabajar para usted, bruja Lala Tomelilla —dije sin tomar aire. Y era cierto.

Lala Tomelilla era la bruja más famosa y estimada de todos los tiempos, ¡para mí era un mito! Había recibido TRES Plumas de Oro a la Bondad y los reconocimientos más importantes por sus descubrimientos en el terreno de la magia. Sobre ella corrían mil leyendas: se decía que había cabalgado sobre un dragón alado, que podía domar las olas del océano con la mirada, que sabía hacer florecer la leña… ¿La verdad? Nunca la supe. Algo en sus ojos me decía que, sin duda, habría podido cabalgar sobre un dragón. ¡Y quién sabe cuántas de aquellas historias eran verdaderas! Pero Tomelilla nunca presumió de ello. Era modesta y sabia, quizá la más sabia de todas las Brujas de la Luz.

Realmente, era un gran honor trabajar para ella. Y en seguida se revelaría también como una gran suerte.

El Roble Encantado

Fairy Oak era un pueblo delicioso. Las casas de piedra tenían verandas y jardines de flores protegidos por muros cubiertos de moras y rosas silvestres. Los habitantes eran casi todos muy amables y había muchos, muchísimos niños.

Pero algo en particular hacía que el pueblo fuera realmente especial: a causa de un antiguo encantamiento, o quizá por deseo de las estrellas del Norte, Fairy Oak era el único lugar de todos los mundos, reales o encantados, donde los humanos y las criaturas mágicas vivían juntos en perfecta armonía desde mucho tiempo atrás. Brujas, hadas y magos vivían en las casas de Fairy Oak como ciudadanos normales, y como tales eran considerados en la comunidad.

Los Mágicos, como ellos mismos solían llamarse, habían sido los amos indiscutidos de aquellas tierras, mucho antes que los Humanos Sin Poderes. Y cuando estos llegaron, en vez de combatirlos, los ayudaron a establecerse. El jefe de los Mágicos mostró al jefe de los "Sinmagia" un valle tranquilo que descendía en suave pendiente hacia el apacible mar de una bahía amplia y profunda. Era el valle de Verdellano. El monte Adum y los altos bosques lo protegían de los vientos gélidos del este, y dos ríos de aguas cristalinas volvían la tierra verde y lozana.

Era un lugar de ensueño. Y, de hecho, alguien lo había elegido ya como su morada: un roble. Estaba solo en el centro de un claro y era el mayor árbol que los hombres habían visto nunca. Pero no era el tamaño su rasgo más sorprendente: ¡el roble hablaba! Para ser más precisos, nunca estaba callado. Todo lo que le pasaba por la cabeza (si es que puede hablarse de cabeza) lo pronunciaba en voz alta, lo mismo que hacen las personas cuando están solas.

Roble fue muy feliz por tener al fin compañía. Y así, Mágicos y Sinmagia construyeron a su alrededor el primer pueblo de la región; en su honor lo llamaron Fairy Oak, que significa "Roble Encantado".

Pasaron los años. La alianza se transformó en amistad y los dos pueblos se convirtieron pronto en uno solo. Los conocimientos de cada uno de ellos, al compartirlos, dieron resultados extraordinarios: los Sinmagia enseñaron a los Mágicos el arte de la pesca, el de la agricultura, el de la cría de ganado... y las matemáticas, la historia, la geografía. Los Mágicos, por su lado, organizaron espectáculos portentosos en los que demostraron conocer una increíble variedad de magias y hechizos. Y algunos de ellos resultaron muy útiles a la comunidad. Sin embargo, en dos cosas nunca llegaron a coincidir, las ciencias y la medicina, en las cuales cada uno mantuvo sus propias ideas.

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