El poder del ahora (26 page)

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Authors: Eckhart Tolle

Tags: #Autoayuda

BOOK: El poder del ahora
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La entrega no transforma lo que
es
, al menos no directamente. La entrega lo transforma a
usted
. Cuando usted está transformado, todo su mundo se transforma, porque el mundo es sólo un reflejo. Hablamos de esto antes.

Si usted mirara en el espejo y no le gustara lo que ve, tendría que estar loco para atacar a la imagen del espejo. Eso es precisamente lo que usted hace cuando está en un estado de no aceptación. Y, por supuesto, si usted ataca a la imagen, ella le devuelve el ataque. Si usted acepta la imagen, no importa lo que sea, si usted es amistoso con ella, no puede no ser amistosa con usted. Así es como usted cambia el mundo.

La enfermedad no es el problema.
Usted
es el problema, mientras la mente egotista tenga el control. Cuando usted está enfermo o incapacitado, no sienta que ha fracasado, no se sienta culpable. No culpe a la vida por tratarlo injustamente, pero tampoco se culpe a sí mismo. Todo eso es resistencia. Si usted tiene una enfermedad grave, úsela para la iluminación. Cualquier cosa "mala" que ocurra en su vida, úsela para la iluminación. Retire el tiempo de la enfermedad. No le dé pasado ni futuro. Haga que ella lo obligue a tener una conciencia intensa del momento presente, y vea lo que pasa.

Conviértase en un alquimista. Transmute el metal bajo en oro, el sufrimiento en conciencia, el desastre en iluminación. ¿Está gravemente enfermo y enfadado por lo que acabo de decir? Entonces es un signo claro de que la enfermedad se ha vuelto parte de su sentido de sí mismo y de que usted está protegiendo ahora su identidad, así como a la enfermedad. La condición clasificada como "enfermedad" no tiene nada que ver con quien es usted verdaderamente.

CUANDO EL DESASTRE GOLPEA

En lo que concierne a la mayoría todavía inconsciente de la población, sólo una situación crítica tiene la capacidad de quebrar la dura cáscara del ego y de obligar a la entrega y forzar al estado de despertar. Una situación crítica surge cuando a través de algún desastre, una conmoción drástica, una pérdida profunda, o el sufrimiento, todo su mundo se hace añicos y ya no tiene sentido. Es un encuentro con la muerte, sea física o psicológica. La mente egotista, el creador de este mundo, se derrumba. De las cenizas del viejo mundo, uno nuevo puede nacer.

No hay garantía, por supuesto, de que incluso una situación limite lo haga, pero el potencial está siempre ahí. La resistencia de algunas personas a lo que
es
se intensifica incluso en tal situación, y de esa forma se convierte en un descenso al infierno. En otros, puede haber sólo una entrega parcial, pero incluso eso les dará cierta profundidad y serenidad que no tenían antes. Partes de la cáscara del ego se rompen, lo que permite que pequeñas cantidades de brillo y paz que estaban más allá de la mente la traspasen. Las situaciones límite han producido muchos milagros. Ha habido asesinos condenados a muerte que en las últimas horas de su vida, esperando su ejecución, experimentaron el estado de no ego y la profunda paz y alegría que lo acompañan. La resistencia interior a la situación en la que se encontraban se hizo tan intensa que produjo un sufrimiento insoportable y no había ningún sitio a donde huir ni nada que hacer para escapar de él, ni siquiera un futuro proyectado por la mente. Se vieron forzados a una aceptación completa de lo inaceptable. Se vieron forzados a la entrega. De esta forma, pudieron entrar en el estado de gracia con el que viene la redención: la liberación completa del pasado. Por supuesto, no es realmente la situación límite la que hace sitio al milagro de la gracia y la redención, sino el acto de entrega.

Siempre que lo golpee un desastre, o que algo ande muy "mal" —enfermedad, incapacidad, pérdida del hogar o la fortuna o de una identidad socialmente definida, ruptura de una relación cercana, muerte o sufrimiento de un ser amado, o la cercanía de su propia muerte— sepa que hay otra cara en ello, que usted está sólo a un paso de algo increíble: una transmutación alquímica del metal bajo del dolor y el sufrimiento en oro. Ese paso se llama entrega.

No quiero decir que usted se sentirá feliz en esa situación. No será así. Pero el miedo y el dolor se transmutarán en una paz interior y una serenidad que viene de un lugar muy profundo, de lo No Manifestado. Es la "paz de Dios, que sobrepasa toda comprensión". Comparada con eso, la felicidad es algo muy superficial. Con esta paz radiante viene la comprensión —no en el nivel de la mente sino en la profundidad de su Ser— de que usted es indestructible, inmortal. Esta no es una creencia. Es una absoluta certeza de que no necesita evidencia externa o prueba de alguna fuente secundaria.

TRANSFORMAR EL SUFRIMIENTO EN PAZ

Leí sobre un filósofo estoico de la antigua Grecia que cuando le dijeron que su hijo había muerto en un accidente, respondió: "Sabía que no era inmortal". ¿Es esa la entrega? Si lo es, no la quiero. Hay algunas situaciones en las que la entrega parece antinatural e inhumana.

Estar separado de los sentimientos no es entregarse. Pero no sabemos cuál era su estado interior cuando dijo esas palabras. En ciertas situaciones extremas, aún puede ser imposible para usted aceptar el ahora. Pero siempre tiene una segunda oportunidad en la entrega.

Su primera oportunidad es entregarse cada momento a la realidad de ese momento. Sabiendo que lo que
es
no puede deshacerse —porque ya
es
— usted dice sí a lo que es o acepta lo que no es. Entonces usted hace lo que tiene que hacer, lo que la situación requiera. Si usted vive en este estado de aceptación, no crea más negatividad, más sufrimiento, más infelicidad. Vive entonces en un estado de no resistencia, un estado de gracia y ligereza, libre de esfuerzo.

Siempre que sea incapaz de hacer esto, siempre que pierda esa oportunidad —bien porque no está generando suficiente presencia consciente para evitar que surja algún patrón de resistencia habitual e inconsciente, o porque la condición sea tan extrema que es absolutamente inaceptable para usted— usted está creando alguna forma de dolor, alguna forma de sufrimiento. Puede parecer que la situación es la que crea el sufrimiento, pero en últimas no es así, es su resistencia la que lo crea.

Aquí está su segunda oportunidad para la entrega. Si usted no puede aceptar lo que hay afuera, acepte lo que hay
adentro
. Si no puede aceptar la condición externa, acepte la condición interna. Esto significa: no se resista al dolor. Permítalo estar ahí. Entréguese a la pena, la desesperación o el miedo, la soledad o cualquier forma que el sufrimiento tome. Sea testigo sin etiquetarlo mentalmente. Abrácelo. Entonces vea cómo el milagro de la entrega transmuta el sufrimiento profundo en paz profunda. Esta es su crucifixión. Deje que se convierta en su resurrección y ascensión.

No veo cómo puede uno entregarse al sufrimiento. Como usted mismo señaló, el sufrimiento es una falta de entrega. ¿Cómo podría uno entregarse a la falta de entrega?

Olvide la entrega por un momento. Cuando su dolor es profundo, toda charla sobre la entrega probablemente parecerá fútil y sin sentido, de todas formas. Cuando su dolor es profundo, usted probablemente tendrá una fuerte necesidad de escapar de él en lugar de entregarse a él. Usted no quiere sentir lo que siente. ¿Qué puede ser más normal? Pero no hay escapatoria, no hay modo de salir. Hay muchos pseudoescapes —el trabajo, la bebida, las drogas, la ira, la proyección, la supresión, etcétera— pero no lo liberan a usted del dolor. El sufrimiento no disminuye en intensidad cuando usted lo hace inconsciente. Cuando usted niega el dolor emocional, todo lo que usted hace o piensa, así como sus relaciones se contaminan con él. Usted lo emite, por decirlo así, como la energía que emana y los demás lo recogerán subliminalmente. Si son inconscientes, pueden incluso sentirse empujados a atacarlo o hacerle daño en alguna forma, o usted puede herirlos en una proyección inconsciente de su dolor. Usted atrae y manifiesta lo que corresponde con su estado interior.

Cuando no hay salida, todavía hay un camino
a través
del dolor, así que no se aparte de él. Enfréntelo. Siéntalo plenamente. ¡
Siéntalo
, no
piense
en él! Expréselo si es necesario, pero no cree un guión sobre él en su mente. Déle toda su atención al sentimiento, no a la persona, evento o situación que parece haberlo causado. No deje que la mente use el dolor para crear una identidad de víctima en usted a partir de él. Sentir compasión de sí mismo y contarles a los demás su historia lo mantendrá atascado en el sufrimiento. Puesto que es imposible apartarse del sentimiento, la única posibilidad de cambio es entrar en él; de lo contrario, nada cambiará. Así que preste toda su atención a lo que siente y absténgase de clasificarlo mentalmente. Según entra en el sentimiento, esté intensamente alerta. Al principio, puede parecer un lugar oscuro y aterrador, y cuando surja el impulso de alejarse de él, obsérvelo, pero no actúe sobre él. Siga poniendo su atención en el dolor, continúe sintiendo la tristeza, el miedo, el espanto, la soledad, lo que sea. Permanezca alerta, esté presente, presente con todo su Ser, con cada célula de su cuerpo. Mientras lo hace, está trayendo una luz a esta oscuridad. Es la llama de su conciencia.

En esta etapa usted no necesita preocuparse más de la entrega. Ya ha ocurrido. ¿Cómo? La atención plena es aceptación plena, es entrega. Al prestar atención plena, usted usa el poder del ahora, que es el poder de su presencia. En ella no puede sobrevivir ninguna bolsa de resistencia. La presencia suprime el tiempo. Sin tiempo, ningún sufrimiento ni negatividad puede sobrevivir.

La aceptación del sufrimiento es un viaje hacia la muerte. Enfrentar el dolor profundo, permitirle ser, llevar su atención a él, es entrar en la muerte conscientemente. Cuando usted ha sufrido esta muerte, se da cuenta de que no hay muerte y no hay nada que temer. Sólo el ego muere. Imagine un rayo de sol que ha olvidado que es una parte inseparable de él y se engaña a sí mismo creyendo que tiene que luchar para sobrevivir y crear y aferrarse a una identidad diferente que la del sol. ¿No sería increíblemente liberadora la muerte de ese engaño?

¿Quiere una muerte fácil? ¿Preferiría morir sin dolor, sin agonía? Entonces muera al pasado en cada momento y deje que la luz de su presencia brille fuera del ser pesado y atado al tiempo que usted pensaba que era "usted".

EL CAMINO DE LA CRUZ

Hay muchos relatos de personas que dicen que han encontrado a Dios a través de un sufrimiento profundo y existe la expresión cristiana "el camino de la cruz", que supongo se refiere a lo mismo.

No nos ocupamos de otra cosa aquí. Hablando estrictamente, no encontraron a Dios por medio del sufrimiento, porque el sufrimiento implica resistencia. Encontraron a Dios por medio de la entrega a lo que fueron forzados por su intenso sufrimiento, por medio de la total aceptación de lo que es. Deben haber comprendido en algún nivel que su dolor era creado por ellos mismos.

¿Cómo se relaciona la entrega con encontrar a Dios?

Puesto que la resistencia es inseparable de la mente, el abandono de la resistencia —la entrega— es el fin de la mente como su amo, el impostor que pretende ser "usted", el falso Dios. Todo juicio y toda negatividad se disuelven. El reino del Ser, que había sido oscurecido por la mente, se abre entonces. Súbitamente surge dentro de usted una gran calma, una sensación de paz insondable. Y en esta paz, hay gran alegría. Y en esta alegría, hay amor. Y en el centro más profundo, está lo sagrado, lo inconmensurable, Aquello que no puede ser nombrado.

No hablo de encontrar a Dios, ¿porque cómo puede encontrar aquello que nunca estuvo perdido, la verdadera vida que usted es? La palabra Dios es limitadora, no sólo por miles de años de percepción y uso equivocados, sino también porque implica una entidad diferente de usted. Dios es el mismo Ser, no un ser. No puede haber relación sujeto-objeto aquí, ni dualidad, ni usted y Dios. La comprensión, el descubrimiento de Dios es la cosa más natural que hay. Lo asombroso e incomprensible no es que usted
pueda
hacerse consciente de Dios sino que
no sea
consciente de Dios.

El camino de la cruz que usted mencionó es el antiguo camino de la iluminación, y hasta hace poco era el único camino. Pero no lo deseche ni subestime su eficacia. Funciona todavía.

El camino de la cruz es una inversión completa. Quiere decir que lo peor de su vida, su cruz, se convierte en lo mejor que jamás le haya ocurrido, al forzarlo a la entrega, a la "muerte", al obligarlo a convertirse en nada, a volverse Dios, porque Dios también es nada, no-cosa.

En estos tiempos, en lo que se refiere a la mayoría inconsciente de seres humanos, el camino de la cruz es el único camino. Sólo despertarán a través del sufrimiento, y la iluminación como fenómeno colectivo probablemente será precedida de grandes conmociones. Este proceso refleja el funcionamiento de ciertas leyes universales que gobiernan el crecimiento de la conciencia y así fue previsto por algunos videntes. Está descrito, entre otros lugares, en el Libro de la Revelación o Apocalipsis, aunque envuelto en una simbología oscura y a veces impenetrable. Este sufrimiento es infligido no por Dios sino por los seres humanos a sí mismos y unos a otros, así como por ciertas medidas defensivas que la Tierra, que es un organismo vivo, inteligente, va a tomar para protegerse del asalto de la locura humana.

Sin embargo, hay un número creciente de seres humanos hoy en día cuya conciencia está suficientemente evolucionada para no necesitar más sufrimiento antes de la realización de la iluminación. Usted puede ser uno de ellos.

La iluminación a través del sufrimiento —el camino de la cruz— significa ser forzado a entrar en el reino de los cielos gritando y pataleando. Usted finalmente se rinde porque no puede soportar más el dolor, pero el dolor podría continuar por mucho tiempo antes de que ocurra. La iluminación elegida conscientemente significa abandonar su apego al pasado y al futuro y convertir el Ahora en el punto principal de su vida. Significa morar en el estado de presencia más que en el tiempo. Significa decir sí a lo que es. Usted entonces no necesita más el dolor. ¿Cuánto más tiempo cree que necesitará antes de poder decir: "No voy a producir más dolor, más sufrimiento"? ¿Cuánto más dolor necesita antes de tomar esa decisión?

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