El siervo tomó diez camellos y los cargó de cuanto bueno tenía su señor. Oro, plata, joyas, trajes, sedas, mantas, servidumbre y exquisiteces, y salió para la habitación de Najor, hermano de Abraham. Al llegar a las afueras del pueblo, detuvo su caravana a orillas de la fuente a donde venían a cargar aguas las mujeres del pueblo. Hizo arrodillar a los camellos y dirigió una plegaria a Yavé, medio súplica, medio decreto, tal como hoy en día la haría un metafísico.
"Yavé Dios (Amada Presencia Yo Soy) de mi amo Abraham, salme al encuentro y muéstrate benigno con mi señor Abraham. Voy a ponerme junto al pozo de agua mientras vienen las mujeres de la ciudad, y que la joven a quien yo le pida agua para beber, y que ella me la dé, no solo a mí sino a mis camellos, sea la que tú destinas a tu siervo Isaac". Y apenas había terminado la plegaria salió con su cántara al hombro Rebeca, sobrina-nieta de Abraham, una virgen muy hermosa.
Cuando hubo llenado su cántara se le dirigió el siervo pidiéndole agua para beber.
Bebe, señor mío, y también tus camellos, y llenó el abrevadero después de haberle brindado su cántaro al siervo. "El hombre la contemplaba en silencio" dice la Biblia "sintiendo que ella era quien cumpliría el deseo de Abraham para Isaac, su hijo.
Al terminar ella de abastecer a los camellos, el siervo sacó un arito de oro que colocó en la nariz de Rebeca y un par de brazaletes de oro que puso en sus muñecas, al tiempo que le preguntaba: "¿de quién eres hija?" Soy hija de Batuel, hijo de Najor. "
¿Hay en tu casa lugar para pasar la noche?
Hay en nuestra casa heno en abundancia y sitio para pernoctar. El siervo cayó de rodillas dando gracias a Yavé por la demostración, tal como haría un metafísico.
Rebeca corrió a su casa y refirió a su madre y a su hermano Labán todo lo que había ocurrido, y les mostró las joyas. Labán se fue al pozo y le habló al siervo, "Ven, bendito de Yavé, ¿por qué estás aquí afuera? Ya está todo preparado para tí en la casa, y el lugar para los camellos.
Se fueron todos a la casa, y dice la Biblia: Laban desaparejó los camellos, dio a éstos paja, heno y al siervo y sus acompañantes todo para lavarse los pies y después les sirvió de comer, pero el hombre le dijo: "No comeré mientras no diga lo que tengo que decir". Respondiósele: Di:
Yo soy siervo de Abraham, Yavé ha bendecido largamente, a mi señor, y continuó repitiendo todo lo que ya sabemos, terminando con: sí queréis hacer gracia y fidelidad a mi señor, decídmelo. Si no, decídmelo también y continuaré buscando por derecha y por izquierda". Labán y su casa contestaron:
De Yavé viene ésto. Nosotros no podemos decirte ni bien ni mal. Ahí tienes a Rebeca; tómala y vete y que sea la mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho Yavé. El siervo se postró en tierra ante Yavé. Luego según las costumbres patriarcales babilónicas, el siervo desplegó todo lo que había traído en presentes para Rebeca y sus familiares, la carga de diez camellos en obsequios valiosos y hubo festejos", banquete y regocijo.
Al día siguiente, el siervo, sus acompañantes, Rebeca, su hermana, su nodriza y sus doncellas partieron en caravana para Canáan.
Un día en que Isaac había salido a pasear por el campo, al atardecer, vio venir camellos y se acercó. Rebeca lo vio y preguntó al siervo, "¿quién ese ese hombre que nos sale al encuentro?" Y el siervo respondió "Es mi señor". Rebeca se había cubierto el rostro con su velo. El siervo los presentó e Isaac condujo a Rebeca a la tienda de su madre muerta, y dice la Biblia "la tomó por mujer y la amó".
Representa la conciencia carnal. La Tierra Prometida es el cuerpo redimido. Cuando el hombre descubre esta Tierra Prometida serán cumplidas todas las promesas de la Biblia. No es una ilusión el hecho que el hombre ha de poseer un cuerpo inmortal. Es un hecho concreto. Para redimir su cuerpo, el hombre tiene que llevar sus pensamientos espirituales a todo su organismo y enseñarle la Verdad salvadora. También se refiere Canáan al subconsciente. Canaán fue el hijo de Cam, o sea el organismo carnal y las tendencias del hombre material. Es pues, físico y no espiritual.
Babilonia era la capital de Caldea. El psiquismo trae confusión y engaño. En la época del cautiverio los caldeos eran los sabios, filósofos, magos. Hoy en día el que se interna en el Astral o se fanatiza por la Astrología y el ocultismo se convierte en prisionero de engaños y falsedades. Por eso Abraham le prohibió a su siervo que se llevara a Isaac "a la tierra de donde salí".
Este artículo escrito por Carola de Goya, una de nuestras profesoras de Metafísica, apareció publicado en ESTAMPAS de "El Universal" en fecha 13 de septiembre de 1970.
Este artículo va dirigido especialmente a los padres, abuelos, tíos, maestros, y a cuantos conviven a diario o tienen bajo su responsabilidad la formación de las nuevas generaciones.
Hoy, como nunca, se manifiesta en forma dramática la hostilidad, la incomprensión, la disparidad de pareceres o el antagonismo, dicho más exactamente, que surge entre la generación adulta o madura y las nuevas olas de juventud que alegremente arroja a nuestros pies la marea de la vida. Se habla de corrupción, de degeneración, de la decadencia que salta a la vista en los jóvenes de hoy, muchachas y muchachos. Esto visto a grosso modo parece verdad; pero nada más lejos de ella. La nueva ola juvenil que estalla rumorosa ante la escandalizada crítica que los condena y los repudia sin analizarlos y sin tratar de entenderlos, es audaz, enérgica, viene pictórica de vida e inteligencia, viene llena de amor Y de generosidad a cumplir su destino que es un destino luminoso es, la Nueva Era, y como toda Era nueva, trae un cambio, una revolución que es un paso de avance en la superación del hombre.
Siempre y a través de todas las edades la generación anterior se enfrentó a la siguiente, aferrada a costumbres que se toman como prototipo de la perfección mientras duran. Cuando quedan atrás y se archivan como algo arcaico y no adecuado para el momento de la actualidad es que se mide cuan cargosas e injustificadas eran. Nuestros abuelos no entendieron cómo sus hijos cambiaban los armoniosos compases del vals por las estridencias del fox-trot y la música sincopada. Tampoco nuestros padres aceptaron los lúbricos esquinces ni las atrevidas letras de las rumbas cubanas.
Los pacatos de 1914 criticaban la falda-funda que estrechaba el paso hasta lo inconcebible ya que llegaba a los tobillos y siendo muy estrecha sólo permitía a las damas andar a saltitos; por eso la llamaban medio-paso. ¡Los tobillos! Había que ver las contorsiones que hacían con el cuello los pícaros descendientes de Adán para pescar un "picón" que les permitiera ver, aunque sólo fuera, el comienzo de una pantorrilla femenina. Hasta en coplejas lo decían:
"La falda corta, que deja ver, las pantorrillas de la mujer". ¡Sí que ha dado vueltas el mundo desde entonces! La falda siguió subiendo y llegó a las rodillas, fue la época del Charleston, de las melenitas ¡adiós copetes y sorongos!, y la de salir las mujeres a trabajar en las oficinas: ¡Fue mi época! Recuerdo las críticas de los tradicionales:
¡éstas mujeres de ahora, con el pelo corto y haciendo números! ¡Si parecen hombres!
¡Qué dirían hoy esos abuelos ante la mini-falda, las mujeres astronautas y las señoras Ministros! ¡Qué dirían de Indira Ghandi tan femenina y tan capaz como política!
Y ahora somos nosotros los espantados ante muchachos que tienen el valor de desafiar la opinión pública dejándose crecer las melenas y las barbas al estilo mosquetero, que lucen orgullosos sus bigotes acompañándoles con camisas de colores guacamayescos o de fina seda con encajes y plisados. ¿Serán por eso menos varones? Recuerden a D'Artagnan, señores. Y las muchachas, vestidas como ellos, en pública camaradería con sus compañeros, metidas en protestas públicas, desafiando balas, sumándose al progreso del mundo y llevando tan bien llevados los coquetos pantalones.
Pues no hay que asustarse, amigos. Sepan Uds. que en el año 1954 terminó la Era de Piscis que duró 2.000 años y ya ha comenzado la Era de Acuario, estos muchachos que pertenecen a ella traen su aporte, una transformación en la vida de la humanidad que no es otra cosa que un paso adelante en la historia. Veamos las características que les diferencian de nosotros y les hacen ser como son:
En la Era de Piscis el hombre anheló tener, acumular, enriquecerse, ser propietario de algo, de todo, de cualquier cosa, el ahorro era la tónica; el hombre de Piscis quiso "TENER".
El muchacho Acuariano, más evolucionado espiritualmente no quiere "tener", ya su alma aprendió que todo eso es vano, que todo eso se pierde; su ideal no es "tener" sino "SER", algo que no se pierde nunca, es lo que se llama "ALLEGAR TESOROS EN LOS CIELOS".
Al Pisciano se le dice: aprende, estudia, para que el día de mañana ganes bastante y puedas tener tu automóvil, tu quinta, tu yate... esto y aquello otro. Este es su incentivo. Al muchacho acuariano no se le puede estimular así porque no responde, a él hay que decirle:
estudia para que llegues a "ser" un gran científico como Salk, como Einstein, como Barnard, para que seas el primer hombre que ponga el pie en Júpiter. El quiere "ser" y bajo este estímulo se esforzará. El pisciano vive para tomar, para apoderarse de todo lo que se ponga ante su ambición. Cuando da algo lo ve como si renunciara a eso que dio, para él dar equivale a sacrificar y si algo da, en su subconsciente espera algún provecho a cambio de lo que ha dado, espera gratitud, espera correspondencia; él siempre cree que su dádiva merece retribución. La tónica del acuariano es lo opuesto, él siempre quiere dar, él goza compartiendo, él no espera cobrar por su dádiva. El pisciano compra un automóvil y teme que se lo rayen, que se lo roben, que se lo choquen, no se lo presta a nadie y es muy parco en sus invitaciones a compartirlo.
El acuariano compra su carro para montar a su grupo, goza cuando van todos sus amigos disfrutándolo con él. Lo de él es de su pandilla.
El incentivo de la generación que se va es y ha sido la competencia; el de la nueva gente es la cooperación. La competencia pretende superar al compañero en deportes, estudios, negocios, arte, producción, etc. El hombre acuariano coopera por el bien común, a él no le interesa ganar personalmente sino que gane su equipo, su escuela, la ideología del grupo; él ayuda como parte de algo que persigue una meta.
La característica de la Era pasada fue destructiva, el muchacho Pisciano rompe el juguete para estudiarlo, para curiosearlo, para ver qué tiene adentro. El goza en eso, analizando los elementos. El acuariano es constructivo, si Ud. le da algo roto él gozará reparándolo, le encanta un automóvil viejo, un radio o una televisión usados, para tratar de remozarlos. Ellos se acercan a los espíritus de la Naturaleza que son constructivos. La Naturaleza siempre está construyendo, creando, ellos la imitan.
La Era de Piscis se caracterizó por el contraste sexual, hembras y varones separados. Secreto sobre el sexo, que trae como consecuencia la malicia. Se hace presente la sexualidad en muchos casos la ninfomanía.
El acuariano siente la igualdad sexual, igualdad de derechos, igualdad de ropas y convivencia, camaradería entre los dos sexos, sin malicia. Concede al sexo poca importancia, no le da más lugar que el de algo biológico, todo lo encuentra natural, no toma el asunto con apasionamiento cerebral, no lo magnifica, sabe separar sexo y amor y sabe amalgamarlos cuando llega el caso. El hombre de piscis busca el conocimiento de "fuera a adentro", tiene una mente que gusta de estudiar lo externo, él nutre su saber en los textos, él traiciona su inteligencia obligándola" a buscar el conocimiento comprobado por la experiencia material. El acuariano sabe que el cuerpo es la envoltura donde se aloja el Alma, mientras estudia el cuerpo, Acuario trata de estudiar su Alma. Piscis cultiva el intelecto por la deducción, Acuario lo cultiva por la inducción, él es inducido por una mente que funciona de "adentro a afuera", el todo lo sabe intuitivamente, él es fiel a su inteligencia.
En el terreno religioso el pisciano busca la ostentación, el rito, la pompa, se viste de cordero para hacerse respetable ante la sociedad, es un poco fariseo, tiene los ojos cegados y busca un Dios antropomórfico, por ello necesita la imagen material que le represente ante sus sentidos materiales lo que sólo es espiritual. El acuariano, más evolucionado, busca a Dios en su fuero interno, trata de hacer la unión con Dios dentro de sí mismo, busca al Dios individual y al mismo tiempo siente al Dios Cósmico. Es un poco a lo Teilhard de Chardin, acuariano que se anticipó a su época, naciendo prematuramente, no fue comprendido, ahora comienza a entendérsele, y se le resucita como un valor espiritual que sale a la palestra después de muerto; murió silenciado por los piscianos que se alarmaron ante la audacia del Cristo Universal.
En el terreno de la estética, el pisciano busca la belleza eligiendo lo más raro, lo más costoso, busca lo exótico, lo novedoso, la palabra "snob" es de este período histórico, algunos se hacen coleccionistas de cosa santiguas y raras, a veces verdaderos dechados de fealdad, de cosas inútiles, chatarras desechadas que entronizan como obras de arte. El acuariano busca la belleza pura, la contemplación, la pureza interna es su camino, vibra en tono muy elevado, es un rebelde que rompe con los viejos moldes y busca más allá de sus sentidos corporales. El camino por medio del cual el pisciano busca su redención es el sufrimiento, él cree que debe sufrir para alcanzar santidad, que su deber es sufrir, que si no vive bajo el signo del sufrimiento, él está pecando. Por el contrario el acuariano sabe que Dios es alegría, que es felicidad pura y busca a Dios por un camino de POSITIVO OPTIMISMO. Su intuición le avisa que Dios lo creó para ser bellamente feliz, y procura serlo.