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Authors: Kim Harrison

Tags: #Fantástico, Romántico

El bueno, el feo y la bruja (35 page)

BOOK: El bueno, el feo y la bruja
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Me entró el pánico allí mismo, sentada junto a la mesa de la desagradable profesora. Estaba muerta de miedo y me daba igual si ella se enteraba. Algaliarept tenía mi aura.

—¡Salió del círculo! —farfullé, intentando no aferrarme a su brazo—. ¡No sé cómo ha conseguido mi aura a través del círculo!

—¡Señorita Morgan! —exclamó la doctora Anders—, si un demonio hubiese entrado en su círculo, usted no estaría aquí delante de mí. Estaría en siempre jamás con él, ¡suplicándole que la matase!

Aterrorizada, me quedé allí sentada, rodeándome con los brazos. Soy una cazarrecompensas, no una asesina de demonios.

La profesora parecía enfadada y daba golpecitos con su bolígrafo sobre la mesa.

—¿En qué estaba pensando para invocar a un demonio? Esas cosas son peligrosas.

—No lo llamé —le solté—. Tiene que creerme. Apareció por su cuenta. Ve, le debo un favor por llevarme a través de las líneas luminosas después de que alguien lo enviase para matarme. Era la única forma de volver con Ivy antes de que me muriese desangrada. Y debió pensar que intentaba llamarlo para saldar mi deuda por el círculo y los pentagramas que Nick estaba copiando… eh… para mí.

Sus ojos se volvieron hacia los dibujos salpicados de agua.

—¿Los ha hecho su novio?

De nuevo asentí, incapaz de mentirle abiertamente.

—Iba a volver a hacerlos yo misma después —dije—. No tenía tiempo para hacer los deberes de dos semanas y atrapar a un asesino al mismo tiempo.

La doctora Anders se irguió.

—Yo no he matado a mis antiguos alumnos.

Bajé la vista y noté que empezaba a calmarme.

—Lo sé.

La doctora inspiró y contuvo la respiración durante un instante antes de volver a espirar. Noté algún tipo de fuerza de líneas luminosas pasar entre ambas y me quedé sentada, mirándola con los ojos muy abiertos y preguntándome qué estaba haciendo.

—No cree que los haya matado yo —dijo finalmente y la sensación de estar masticando papel de aluminio cesó—. Entonces, ¿por qué está en mi clase?

—El capitán Edden de la AFI me inscribió para que demostrase que usted es el cazador de brujos —dije—. No me pagará si no sigo su idea. Usted es detestable, autoritaria y la persona más mezquina que he conocido desde mi profesor de cuarto, pero no es una asesina.

La mujer mayor se hundió en la silla cuando la tensión la abandonó.

—Gracias —susurró—, no sabe lo bien que sienta oír a alguien decir eso. —Echó la cabeza hacia atrás sorprendiéndome con una ligera sonrisa—. Lo de no ser una asesina —añadió—. Ignoraré el resto de adjetivos.

—No me gustan las líneas luminosas, doctora Anders —le solté al ver en ella un atisbo de humanidad—. ¿Dónde está el resto de mi aura?

Cogió aire para decir algo, pero se detuvo y su mirada se dirigió por encima de mis hombros hacia la puerta. Me giré en la silla al oír un indeciso golpe en el marco de la puerta. Nick se asomó por la puerta entreabierta y noté que se me encendía la cara.

—Lo siento, doctora Anders —dijo mostrando su identificación de trabajador de la universidad que colgaba de una pinza de su camisa—, ¿puedo interrumpirla un momento?

—Estoy con una alumna —dijo adoptando de nuevo su tono profesional—. Estaré con usted en un momento si puede esperar en el pasillo. ¿Podría cerrar la puerta, por favor?

Nick hizo una mueca y parecía incómodo allí de pie con sus vaqueros y camisa informal.

—Eh, es con Rachel con quien quiero hablar. Siento mucho interrumpir así. Trabajo en el edificio contiguo. —Se giró para mirar por el pasillo y de nuevo hacia la sala—. Quería saber si se encuentra bien y ¿podría decirme cuánto tiempo va a tardar?

—¿Quién es usted? —preguntó la doctora Anders con el rostro carente de expresión.

—Es Nick —dije avergonzada—. Mi novio.

Encorvado por la vergüenza, Nick se movía nerviosamente.

—Ni siquiera sé por qué he venido a molestarla —dijo—. Esperaré fuera.

Una fugaz expresión que me pareció de horror cruzó el rostro de la doctora Anders. Nos miró a mí y a Nick alternativamente y luego se puso en pie. Taconeando, tiró de Nick y cerró la puerta tras él.

—Quédese aquí —dijo dejándolo desconcertado delante de su mesa. Los pentagramas de Nick reposaban delante de nosotros como pruebas del delito. La doctora Anders se quedó de pie delante de la ventana, mirando hacia el aparcamiento y dándonos la espalda.

—¿De dónde sacó un hechizo para vincular a un familiar en latín? —preguntó.

Nick me puso la mano en el hombro solidariamente y desee no haberlo involucrado en esto jamás.


Mmm
, de uno de mis libros antiguos de hechizos —admití pensando que quería tener a Nick allí para corroborarlo—. Fue el único hechizo que pude encontrar en tan poco tiempo. Pero me sé los pentagramas, solo que no tenía tiempo de hacerlos.

—Hay un ensalmo de vinculación en el apéndice de su libro de clase —dijo con tono cansado—. Se supone que tenía que usar ese. —No estaba preocupada por los pentagramas y una sensación de frialdad me invadió cuando se dio la vuelta. Las arrugas de su cara parecían más duras con la luz fluorescente—. Dígame exactamente qué es lo que hizo.

Nick me hizo un gesto de ánimo con la cabeza.

—Eh, primero hice el medio de transferencia —dije—, después cerré el círculo.

—Modificado para invocar y proteger —me interrumpió Nick—. Y yo estaba dentro con ella.

—Espere un momento —dijo la doctora Anders—, ¿cómo era de grande el círculo?

Me eché el pelo hacia atrás y me alegré de que ya no se dirigiese a mí con gruñidos.

—¿Unos dos metros?

—¿De circunferencia?

—De diámetro.

Inspiró con fuerza y se sentó, haciéndome un gesto para que continuase.


Mmm
, entonces me puse de pie sobre el espejo adivinatorio y expulsé mi aura.

—¿Cómo se sintió? —susurró con los codos apoyados en la mesa y mirando fijamente a través de la ventana.

—Como el cul… curiosamente mal. Metí el espejo en el medio de transferencia sin tocar su superficie. Mi aura se precipitó en el medio y luego metí dentro a
Bob
.

—¿Dentro del medio de transferencia?

Asentí aunque no me estuviese mirando.

—Supuse que era la única forma de ungir a un pez. Luego dije el ensalmo.

—En realidad —me interrumpió Nick—, yo dije el ensalmo primero en latín y luego se lo traduje, dándole una interpretación alternativa para la última parte.

—Eso es —admití—. Lo dije y entonces apareció el demonio. —Miré a Nick, pero a él no parecía incomodarle tanto como a mí—. Entonces volqué el caldero con Bob dentro. Estaba cubierto con mi aura y me daba miedo que pudiese romper el círculo si lo tocaba.

—Podría haberlo hecho —dijo la doctora Anders mirando de nuevo hacia el aparcamiento.

—¿Por eso falta parte de mi aura? —pregunté—. ¿La he tirado a la basura con el papel de cocina?

La doctora Anders me miró.

—No. Creo que ha convertido a Nick en su familiar.

Abrí la boca de par en par. Me giré en la silla y miré a Nick. Su mano se había resbalado de mi hombro y dio un paso atrás con los ojos abiertos como platos.

—¿Qué? —exclamé.

—¿Se puede hacer eso? —preguntó Nick.

—No, no se puede —dijo la doctora Anders—. Los seres vivos con libre albedrío no pueden vincularse a otro mediante un ensalmo, pero mezclasteis magia terrenal con magia de líneas luminosas. Nunca había oído que se vinculase a un familiar de esa forma. ¿De dónde sacó ese libro?

—Del desván —susurré. Levanté la vista hacia Nick—. Oh, Nick —dije avergonzada—, de verdad lo siento. Debiste tocar mi aura al intentar atrapar a
Bob
.

Nick parecía confuso.

—¿Soy tu familiar? —musitó con expresión inquisitiva.

La doctora Anders profirió una carcajada amarga.

—No es algo de lo que deba estar orgullosa, señorita Morgan. Adoptar a un humano como espíritu familiar es atroz. Es esclavitud. Demoníaco.

—Un momento —dije tartamudeando quedándome helada—. Ha sido un accidente.

La mirada de la doctora adoptó una expresión dura.

—¿Recuerda lo que dije acerca de que las habilidades del brujo estaban unidas a las de su familiar? Los demonios usan a gente como familiares. Mientras más poderosa sea la persona, más poder puede ejercer el demonio a través de ella. Por eso siempre están intentando instruir a la gente en las artes negras. Les enseñan, toman el control de sus almas y luego los convierten en sus familiares. Ha usado magia demoníaca al mezclar la brujería terrenal y de líneas luminosas.

Me llevé la mano al estómago.

—Lo siento, Nick —susurré. Estaba pálido e inmóvil de pie junto a mí—. Ha sido un accidente.

La doctora Anders profirió un ruidito desagradable.

—Accidente o no, es lo más estúpido que he oído jamás. Ha puesto a Nick en grave peligro.

—¿Cómo? —dije buscando torpemente su mano. La noté fría y me apretó los dedos.

—Porque lleva parte de su aura. Las brujas de líneas luminosas les dan a sus familiares una porción de sus almas para que actúen de ancla cuando se conectan con una línea luminosa. Si algo sale mal, es el familiar el que resulta arrastrado hacia siempre jamás, no la bruja. Pero lo más importante es que el familiar evita que la bruja se vuelva loca por canalizar demasiada fuerza de las líneas luminosas. Las brujas de líneas luminosas no guardan la energía que almacenan de las líneas dentro de ellas, las guardan en sus familiares. Simón, mi loro, la almacena por mí y la uso conforme la necesito. Cuando estamos juntos, soy más fuerte. Cuando está enfermo, mis habilidades disminuyen. Si él está más cerca de una línea que yo, puedo llegar hasta ella a través de él. Si algo sale mal, el que muere es él, no yo.

Tragué saliva. Estaba helada bajo la mirada de la doctora Anders, que parecía decir que lo había hecho a propósito.

—Por eso se usan animales como familiares —dijo con frialdad—, y no a personas.

—Nick —murmuré—, lo siento. —¿Cuántas veces lo había dicho ya?, ¿tres?

El rostro de la doctora Anders se arrugó.

—¿Que lo siente? Hasta que no lo desvinculemos, señorita Morgan, no podrá almacenar energía de las líneas luminosas. Es demasiado peligroso.

—No sé cómo desvincular la fuerza de las líneas luminosas —admití. ¿Había convertido a Nick en mi familiar?

—Espere un momento —dijo la mujer llevándose su delgada mano a la frente—. ¿No sabe almacenar la fuerza de las líneas luminosas? ¿Nada? ¿Y ha hecho un círculo de dos metros lo suficientemente fuerte como para mantener fuera a un demonio usando la energía directamente de la línea? ¿No usó ninguna energía almacenada previamente?

Negué con la cabeza.

—¿No sabe mantener ni siquiera una pizca de siempre jamás?

De nuevo negué con la cabeza. La profesora suspiró.

—Su padre tenía razón.

—¿Usted conoció a mi padre? —le pregunté. ¿Y por qué no? Todo el mundo parecía conocerlo.

—Le di clases en la diplomatura —dijo—. Aunque entonces no lo sabía. No lo volví a ver hasta trece años después, cuando nos reunimos para hablar de usted. —Se apoyó en el respaldo y levantó las cejas—. Me pidió que la suspendiese si alguna vez aparecía por mi clase.

—¿P-por qué? —tartamudeé.

—Aparentemente, sabía que podía extraer una gran cantidad de fuerza de una línea y quería que la convenciese para que se dedicase a la brujería terrenal en lugar de a la magia de líneas luminosas. Dijo que sería más seguro. Ese año tenía demasiados estudiantes en mi clase y ceder ante los deseos de un padre para proteger a su hija no fue un problema. Asumí que quería decir que sería más seguro para usted. Ahora creo que quería decir para el resto.

—¿Más seguro? —susurré sintiendo nauseas.

—Convertir a un humano en su espíritu familiar no es normal, señorita Morgan —dijo la doctora Anders.

—¿Usted podría hacerlo? —preguntó Nick y lo miré agradecida de que lo hubiese preguntado él y no yo.

La profesora pareció ofenderse.

—Probablemente, si tuviese el hechizo de vinculación. Pero no lo haría. Es demoníaco. El único motivo por el que no llamo a la Seguridad del Inframundo es porque fue un accidente que pronto rectificaremos.

—Gracias —dije con un suspiro y medio aturdida. ¿Había convertido a Nick en mi familiar? ¿Había usado magia demoníaca para vincularlo a mí? Me mareé y tuve que colocar la cabeza entre las rodillas, asumiendo que era ligeramente más digno que desmayarme y caer redonda al suelo. Noté la mano de Nick sobre mi espalda y tuve que contener una risita histérica. ¿Qué había hecho?

Oí la voz de Nick en la oscuridad de mis ojos cerrados y me esforcé por no vomitar.

—¿Puede romper el hechizo? Creía que los familiares estaban vinculados de por vida.

—Normalmente sí… la del familiar. —Sonó cansada—. Pero se puede romper el vínculo si las habilidades del brujo llegan a un punto en el que el familiar lo está lastrando. Entonces se puede sustituir al antiguo familiar por uno mejor; pero ¿qué puede ser mejor que una persona?

Saqué la cabeza de entre mis rodillas para ver la cara de la doctora Anders haciendo muecas.

—Necesito ver ese libro —dijo—. Es probable que contenga algo acerca de cómo desvincular a una persona. Los demonios son conocidos por aprovecharse si aparece algo mejor. Y para empezar, me gustaría saber cómo fue a parar un libro de magia demoníaca a su desván.

—Vivo en una iglesia —susurré—, ya estaba allí cuando me mudé. —Mire por la ventana y las náuseas empezaron a disminuir. Nick tenía mi aura. Eso era mejor que el que la tuviese el demonio. Y lograríamos deshacerlo, de alguna forma. Le había dicho a Glenn que me reuniría con él en la AFI esta noche, pero Nick era más importante.

—Iré a buscar el libro —dije mirando hacia la puerta cerrada—. ¿Podemos hacerlo aquí o tiene que ser en un lugar más privado? Podemos ir a mi cocina. Tengo una línea luminosa en el patio de atrás.

La fealdad de la doctora Anders había desaparecido. Ahora simplemente tenía aspecto de cansada.

—No puedo hacer nada hoy —dijo mirando a Nick a modo de disculpa—. Pero os daré mi dirección. —Cogió un bolígrafo y garabateó detrás de mi evaluación—. Podéis dejarle el libro al conserje y lo miraré este fin de semana.

—¿Por qué no esta noche? —le pregunté al coger el papel.

BOOK: El bueno, el feo y la bruja
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