Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II (46 page)

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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II
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Nos ocuparemos ahora de la parte formatoria del Centro Intelectual, la parte motora. Aquí está la memoria de las palabras, las frases, todo cuanto nos orienta en la vida ordinaria, los pequeños planes, etc. Todas estas son memorias diferentes que están en subdivisiones donde viven los diferentes "Yoes" que se ocupan de esos asuntos y están adiestrados para hacerlo.

Luego les hablaré de la memoria que radica en las partes superiores de los centros ordinarios y de cómo difiere con respecto a la memoria de las partes más pequeñas. En primer lugar es imposible recordarse a si mismo en los "Yoes" pequeños y es una mera pérdida de tiempo. De hecho, es peor que una pérdida de tiempo porque arrastra a todo el Trabajo y lo lleva a un nivel inferior. El trabajo no puede ser recibido por los pequeños "Yoes" que no lo comprenden y que están volcados hacia la vida y son necesarios para ella. Por eso, si está ocupado en sus diarios quehaceres y de repente intenta recordarse a si mismo porque sus pequeños "Yoes" papagayos le ordenan hacerlo —uno de esos pequeños y machacones "Yoes" que le dan un sentido del deber enteramente falso— conténtese con reír de tamaña insensatez. El acto de Recuerdo de Sí debe tener cierta calidad emocional. Gracias a esa calidad emocional uno puede colocarse en seguida en las partes superiores de los centros, en los "Yoes" mayores. Estos pueden recordar el Trabajo, pueden comprenderlo. Nadie puede trabajar continuamente sino a ratos. Pero es posible mantenerse ligeramente despierto en todo momento y al menos observarse a si mismo. La observación de sí debería acompañar la vida ordinaria y puede hacerlo así. Pero el Recuerdo de Sí está en un nivel muy diferente. La observación de sí puede llevar al Recuerdo de Sí cuando se advierte que uno se está olvidando de su propósito. Ahora bien, en el Recuerdo de Sí toda la memoria del Trabajo tiene cabida, no necesariamente en forma consciente sino por medio de un nivel superior de asociación. Los "Yoes" que están en las partes superiores de los centros tienen una memoria mucho más comprensiva que los pequeños 'Yoes' que permanecen, por así decirlo, cerca del suelo y tienen una visión muy limitada. Los "Yoes" mayores pueden recibir dos o tres cosas juntas y relacionarlas entre si porque tienen una visión más amplia. Por eso la memoria de esos "Yoes" es muy diferente. Son capaces, por así decirlo, de captar un tema en su integridad, mientras que los pequeños "Yoes" sólo pueden captar una reducida parte, y por esta razón discuten continuamente dentro de uno mismo y se aferran a contradicciones minúsculas. Es muy desdichado ser juzgado por otras personas, por pequeños "Yoes" —y esto es al fin y al cabo la situación general humana—. Se entra en los "Yoes" mayores ya sea por medio de un estado emocional, ya sea por medio de la atención. Una atención dirigida, relacionada con las ideas de Trabajo o hasta un libro que contenga influencias B puede ponernos en un estado emocional. Esto posibilita el recuerdo de sí porque nos coloca en una cadena de asociaciones conscientes, adquiridas voluntaria o casualmente. Aquí la memoria de cada cosa es muy diferente porque cada cosa está en un orden correcto. Es maravilloso cuando esto le sucede a uno, esto es, cuando se toca el verdadero Recuerdo de Sí. Claro está, si uno se preocupa por el Recuerdo de Sí o si uno se contenta con hacerlo como si fuera un deber, no se podrá alcanzar este estado porque se ha partido de un lugar equivocado. Es todo el sentimiento del Trabajo lo que hace posible recordarse a uno mismo. Y es asimismo toda la memoria del Trabajo la que lo hace posible. Pero esta memoria no es la misma que la memoria ordinaria que empleamos para la vida. Es como entrar en otra habitación. Si en aquella habitación no hay nada no puede haber Recuerdo de Sí en un verdadero sentido. Si se recuerda su origen y se lo siente emocionalmente tal vez se toque el nivel del Recuerdo de Sí y entonces se podrá recordar muchas otras cosas que había olvidado. Esta es una memoria especial en la cual las cosas están unidas por estados emocionales similares. Y aquí muchas veces se suele encontrar cosas a las que se creía inútiles. Pero no encontrará ninguna de las cosas que creyó haber hecho bien y por las que merecía reconocimiento. Recuerde que cada centro y cada división de un centro siente, y que todos esos sentimientos son de calidades diferentes y despiertan memorias. Por eso se insiste tanto en la valoración del Trabajo, porque la valoración es sentimiento y es a través del sentimiento hacia el Trabajo como se puede llegar a entrar en contacto con los 'Yoes' capaces de trabajar y recordarse a sí. El sentimiento por el Trabajo se desarrolla mediante la percepción que se tiene de los sentimientos equivocados acerca del mismo. A nadie le está dado sentir correctamente, pero las gentes pueden llegar a ser más conscientes de lo que sienten equivocadamente. Por medio de la separación interior, por la no identificación, por el rechazo de los sentimientos equivocados, se posibilita la entrada de los sentimientos correctos. Cuando hemos experimentado algunos instantes de sentimiento correcto los recordamos después en la vida ordinaria de una manera invertida, a saber, sintiendo que no hemos logrado el sentimiento correcto. Esta acción de la memoria es la más interesante de todas. Si no nos fuera dada ocasionalmente la percepción interior y la capacidad de experimentar las cosas por encima de nuestro nivel ordinario, no podríamos crecer. Tal como están las cosas, tenemos en realidad vestigios de experiencias que están más allá de nuestro nivel ordinario. Esta es una de las cosas más notables en la existencia humana y señala que en nosotros hay más de lo que somos. Basta reflexionar sobre la Octava Lateral del Sol para hallar la explicación.

Ahora descubrirán por qué, en el Trabajo, se considera que la memoria es la más importante de todas las cosas y por qué es tan importante la purificación de la memoria. Mantener vivo el recuerdo de las cosas inútiles no es emplear correctamente la memoria. Esta debe ser selectiva. En una oportunidad el Sr. O., hablando sobre lo que pediría si le fueran concedidos tres deseos, dijo: "Una de las cosas sería la capacidad de olvidar lo que quiero olvidar y de recordar lo que quiero recordar". Ahora bien, olvidamos las cosas reduciendo su importancia y recordamos las cosas incrementando su importancia. A algunas cosas las hacemos pasar hambre en nosotros mismos y a otras las alimentamos, y el Trabajo nos enseña a cuáles debemos hacer pasar hambre y a cuáles debemos alimentar. Pero una de las maneras más importantes de cambiar la memoria es la de saldar las deudas viendo las cosas desagradables que atribuimos a los demás y que también existen en nosotros y este es uno de los principales usos de la observación de sí. Esto detiene el crecimiento de las memorias desagradables y también nos cambia. Esa clase de trabajo sobre si es posible en cualquier momento en que uno se encuentre, y empieza tan pronto como es capaz de advertir en qué momento entran impresiones desagradables ya sea del exterior, ya sea de la propia memoria.

PARTE II.

En la primera parte de este Comentario se habló sobre las cosas que están dispuestas en un orden correcto en la memoria y se dijo que todo está allí —todo cuanto se dijo y se hizo y se pensó y sintió—. Todo está allí y en su orden correcto y en su justa escala; las cosas importantes están ordenadas en un piso alto de la casa de la memoria y las cosas carentes de importancia está ordenadas en el piso bajo. Pero se dijo asimismo que tenemos nuestro propio orden equivocado de memoria. Esto significa que tenemos una memoria equivocada aunque haya una verdadera memoria ya almacenada en nosotros en su orden correcto. Para comprenderlo, es preciso darse cuenta de que estamos situados entre el mundo externo que penetra por medio de nuestros sentidos y el mundo interno que está gobernado por los Centros Superiores. Si bien no estamos en contacto con los Centros Superiores y hay pocas posibilidades de estarlo al presente, los Centros Superiores trabajan incesantemente en nosotros y disponen nuestra vida en un orden correcto, mientras que la Personalidad dispone todo en un orden equivocado. Tenemos, por consiguiente, dos memorias: nuestra memoria ordinaria y, más profundamente, nuestra plena memoria. Cuando nos observamos a nosotros mismos y empezamos a dudar de nuestra manera de recordar nuestra vida, cuando empezamos a movernos hacia una dirección más interna, damos inevitablemente con una forma por entero diferente de recordar nuestra vida. Comenzamos a darnos cuenta de que nuestra manera de recordar nuestra vida es enteramente equivocada. Pensamos en nosotros mismos de cierta manera. Pero tras este pensamiento, personal hay otro pensamiento porque la acción de los Centros Superiores que se pasan todo el tiempo re-ordenando los incidentes de nuestra vida, se ejerce en otro orden y en otra escala. De modo que hay dos memorias, una a la que tenemos acceso en el sentido ordinario y otra a la que no tenemos acceso al presente. Llamemos a esas dos memorias externa e interna. En la memoria externa todo está ordenado tal como se cree que debería estarlo según la Personalidad mecánica, según nuestros topes, prejuicios, actitudes, opiniones, intereses propios, identificaciones y preocupaciones. Pero tenemos también una memoria interna en la cual todo está ordenado muy diferentemente. Toda la memoria de vida de nuestra Personalidad está registrada en esta memoria interna de modo muy diferente y en su orden correcto. Cuando la Conciencia Real empieza a despertar se comienza a sentir esa memoria interior en la cual todo está correctamente ordenado para nosotros, de modo que se ve todo a una luz diferente. Esto comienza cuando el "Yo" Imaginario muere, es decir, cuando la Falsa Personalidad se debilita y ya no se tiene más el mismo sentimiento de sí. En la memoria interior todo está registrado, pero en la escala y en el orden correcto: en la memoria externa todo está registrado en una escala equivocada y en un orden equivocado, con arreglo a la Falsa Personalidad, teniendo en cuenta los pequeños agravios, etc. Todos deben recordar la parábola del Trabajo que nos compara a un cochero, un caballo y un carruaje. Recuerden que el cochero está dormido en una taberna: esto significa desde luego que está pleno de imaginación acerca de sí mismo y lleno de ideas sobre su valor personal. Y fuera de la taberna están el carruaje y el caballo en muy malas condiciones. Primeramente es preciso que el cochero despierte y abandone la taberna y deje de gastar su dinero allí. Ahora bien, visto desde cierto ángulo, el cochero que está ebrio en la taberna es un hombre que tiene una memoria de sí por entero equivocada. Cuando despierta, deja de jactarse. Ya no siente más que es un personaje y se da cuenta de que lo espera una tarea. Todos ustedes han advertido probablemente cómo acostumbran a jactarse, a justificarse, a mantener el ordinario sentimiento de sí, de su mérito, de su excelencia individual, de su superioridad, de agradecer a Dios todos esos favores, y cómo con todos estos sentimientos autointoxicantes les es imposible ponerse en contacto con el Trabajo ni comprender de qué trata. Han oído repetir a menudo que es preciso que la Personalidad sea pasiva sin preocuparse de esa cosa artificial adquirida, que tiene su propia memoria equivocada. Cuando un hombre está dominado por su Personalidad y siente fuertemente sus propias virtudes es comparable al cochero que está sentado en la taberna y se embriaga con lo que imagina sobre si. Y esta embriaguez le dará cierta clase de memoria que será fatalmente una memoria desordenada. Sin embargo, al mismo tiempo está la memoria más interna de todo lo que ha sido registrado y dispuesto en un orden correcto. Todos sabemos cómo inventamos, cómo trabaja la imaginación en la esfera de la memoria, y quizás algunos ya saben cómo una profunda observación de sí nos hace conocer gradualmente esta falsa memoria y nos hace comprender que es una memoria enteramente adquirida, inventada y sin relación alguna con los hechos que se refieren a nosotros mismos. No se es la persona que se imagina ser, ni tampoco nuestra vida pasada es lo que imaginamos que fue. Sólo la observación de sí llevada a cabo con verdadero afecto nos lo puede mostrar. Es posible adaptarse al Trabajo y si una persona es muy inteligente produce la impresión de estar trabajando, pero es tan sólo una mera adaptación. En una ocasión el Sr. O. dijo que era inútil adaptarse al Trabajo como uno se adapta a una situación en la vida. Si creen que pueden adaptarse al Trabajo, hallarán tarde o temprano que ya ir están más en él y, de hecho, que nunca estuvieron en el Trabajo. Ahora bien, ese cambio de memoria necesario en el Trabajo sólo puede aparecer, como se dijo, por medio de la observación de sí hecha sinceramente y según las instrucciones que nos da el Trabajo. Si se lo hace así entonces comienza una nueva clase de memoria de la vida pasada. Se es testigo de un efecto muy extraño, es decir, que la vida pasada empieza a cambiar. La razón de este cambio es que cada partícula de memoria empieza a ordenarse de un modo correcto. Uno sabe con certeza que hay otra interpretación de su pasado y que siempre estuvo allí, sólo que no tenia conciencia de ella. Y esto significa que hay otra memoria que siempre estuvo obrando en nosotros sin que lo supiéramos, y que nunca nos habló de un modo violento. Se da cuenta con cierta, diría 'zozobra', que no era así, que nunca sucedió de este modo, que no era cierto. Y esa palabra que empleo no es de ningún modo una cosa dolorosa. Todo incremento de conciencia es una especie de zozobra, pero al mismo tiempo un sentirse liberado de la prisión. Nuestra memoria ordinaria, fundada en la manera en que siempre hemos creído que ciertas cosas eran justas y ciertas cosas eran injustas, constituye una de las más terribles prisiones. ¿Acaso no estamos aprisionados en nuestra memoria personal? ¿Qué significa la transformación? Toda la transformación psicológica significa que es preciso tomar las cosas de una manera nueva y a no ser que ello ocurra no podremos escapar de nuestra propia prisión que tanto depende de la memoria del pasado y de la manera de tomar las cosas en este preciso momento, muy mecánicamente, creyendo que es la única manera de tomar todo. Les recuerdo otra vez que este Trabajo trata de pensar de una manera nueva. ¿Han intentado pensar de una manera nueva? Toda persona es el resultado de su memoria. A menos que el Trabajo obre sobre nosotros como un fermento, seguiremos llevando nuestra vida en el Trabajo de la manera como fue establecida por nuestra memoria. Y así el pasado creará el futuro y el futuro será igual al pasado. ¿Por qué ha de ocurrir así? Es inevitable porque nuestra manera de recibir la vida y sus incidentes y aconteceres siempre producirá los mismos resultados mecánicos. Y así el dibujo de su vida se tejerá exactamente de la misma manera que en el pasado. Si no se observa a sí mismo, si no obra más conscientemente en los momentos en que las cosas son difíciles, seguirá trazando en sí el mismo modelo. Puede flirtear con el Trabajo como lo hace mucha gente, le puede parecer interesante, pero recuerde que la Octava del Trabajo se inicia con la valoración en la forma de
Do,
y la aplicación de las ideas a si mismo en la forma de
Re.
Por cierto este es un paso importante. Recuerde que usted mismo es el sujeto del Trabajo. El Trabajo no es algo exterior, ha de penetrar en usted, o, es preciso que usted lo ponga dentro de sí y empiece a vivir según él y contemple todo cuanto hace y piensa y siente desde el poder del Trabajo. Cuando esto comienza, toda su memoria, de sí mismo, de la otra gente, de sus tribulaciones pasadas —y recuerde que cada persona cree ser la única que padece— que empezará a cambiar. Esta es la transformación psicológica. Habrán oído decir que el Trabajo es a veces llamado Buena Nueva, ¿Cuáles son las Buenas Nuevas de este Trabajo? ¿Por qué este Trabajo es Buena Nueva? Reflexionen sobre lo que esto significa. Piensen, por ejemplo, en la frase: "Tenemos derecho a no ser negativos". ¿Son estas las Buenas Nuevas? ¿Son para usted Buenas Nuevas el darse cuenta de que no es la persona que suponía ser y que no necesita atarse a ese "Yo" Imaginario, a esa Falsa Personalidad? ¿Son Buenas Nuevas pensar que la vida tiene un significado que explicará todo y que tiene en usted congénitamente las posibilidades de llegar al "Yo" Real, una cosa tan infinitamente plena de significación cuando empieza a ponerse en contacto con él que ninguno de los eventos de la vida externa puede ya arrastrarlo? ¿Son éstas Buenas Nuevas o no? ¿O prefiere permanecer apegado a la vida, a todas sus tragedias, inquietudes y sentimientos de insatisfacción? ¿No le da un punto de apoyo el comprender que este Trabajo puede traerle un nuevo sentimiento del porqué de su existencia? Ahora bien, a no ser que cambie su memoria no podrá cambiar sus hábitos de sentimiento y pensamiento. Los sentimientos y pensamientos que tiene al presente son mecánicos y se fundan en su memoria mecánica. Como la mayoría de la gente da todo por supuesto. Desdichadamente cree tener razón. Así la memoria de sus hábitos de pensamiento, de opinión, de sentimiento, le hace andar por la vida y sus cambiantes eventos siempre de la misma manera. No ve ni la idea del Recuerdo de Sí ni la idea del incesante y mecánico culpar a otros. Ya no ve sus actitudes negativas, ni sus emociones negativas, ni sus formas definidas de identificación. Tampoco advierte que tiene muchos "Yoes" diferentes ni que es una máquina psicológica definida que siempre reacciona de la misma manera. Qué cosa extraordinaria es entender la máquina de uno mismo, en la cual se sienta uno pasivamente y que lo lleva por sí misma a través de la vida. Son muy Buenas Nuevas oír que hay fuerzas con las cuales nos podemos poner en contacto y que son capaces de transformar a esa máquina a la que tomamos como nosotros mismos.

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