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Authors: Alberto Vázquez-Figueroa

Tags: #Comedia, Aventuras

Alí en el país de las maravillas (27 page)

BOOK: Alí en el país de las maravillas
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Durante unos instantes permaneció en silencio, permitiendo que se distinguiera al otro lado de la bahía el espacio que tiempo atrás ocuparan las destruidas Torres Gemelas, pero al fin se volvió directamente a la cámara para señalar en un inglés impecable:

—Lamento profundamente el daño que le hice a esta ciudad y quiero pedir públicamente perdón a cuantos causé tanto dolor y sufrimiento. Me arrepiento, pero lo hecho, hecho está y nadie puede volver sobre los pasos de la historia. —Lanzó un hondo suspiro antes de añadir—: Sin embargo, ahora tan sólo busco la paz, y he elegido hablar desde este emblemático lugar por dos razones: la primera, porque esta estatua constituye el símbolo de un pueblo que siempre ha amado la libertad para sí mismo, pero últimamente no respeta la libertad de otros pueblos que también tienen derecho a ella. La segunda, porque de este modo demuestro al gobierno de Estados Unidos, que en la actualidad amenaza al mundo con unos ejércitos que se consideran todopoderosos, que sería incapaz de proteger a sus conciudadanos si yo pretendiera hacerles más daño. ¿De qué les vale tanto poder, si no pueden nada contra mí? Si me lo propusiera dispondría de bombas, de gases e incluso de armas bacteriológicas, pero no pienso volver a utilizar tales sistemas...

Aguardó unos instantes, introdujo la mano en el bolsillo y mostró un pequeño teléfono portátil para añadir:

—La única arma que quiero usar de ahora en adelante es ésta; el arma del diálogo y la persuasión, porque he descubierto que Estados Unidos es un gigante que tiene los pies de barro ya que durante años se ha esforzado por controlar las comunicaciones del planeta, sin darse cuenta de que esa tupida tela de araña que ha ido tejiendo día tras día podía acabar volviéndose en su contra. Por todo camino que va en un sentido se puede regresar en sentido opuesto provocando el caos, y por lo tanto les pido a todos aquéllos, sean cuales sean sus ideas o creencias religiosas pero en cuyos corazones anide un sentimiento de paz y libertad, que se limiten a marcar un número cualquiera de Nueva York o Washington, lo dejen sonar dos veces, y cuelguen antes de que les contesten. De ese modo no les costará nada colapsar el corazón económico y político de una nación cuyos dirigentes se han propuesto adueñarse del mundo sin detenerse a pensar que el mundo podría adueñarse de ellos.

El beduino Alí Bahar alzó el brazo mostrando con total claridad el aparato que tenía en la mano, para añadir en tono de absoluta firmeza:

—Podemos ser miles de millones, de Australia a Canadá, de Francia a Brasil, de China a Sudáfrica, quienes a todas las horas del día y de la noche, sin derramar una gota de sangre, sin la menor violencia y sin más armas que el continuo sonar de un timbre que acabará por convertirse en un clamor de protesta, los que le recordemos al presidente Bush y sus seguidores que el mundo quiere vivir en paz y ser el único dueño de su destino.

Esa misma tarde millones de manos se alargaron y millones de timbres comenzaron a repicar en Nueva York y Washington para proclamar, sin necesidad de sangre ni violencia, que en los tiempos en que les había tocado vivir los seres humanos estaban al fin en disposición de ser los únicos dueños de su destino.

ALBERTO VÁZQUEZ-FIGUEROA

Madrid-Lanzarote, marzo de 2003

Alberto Vázquez-Figueroa
. Natural de Santa Cruz de Tenerife, nací en 11 de Octubre de 1936. Antes de cumplir un año, mi familia y yo fuimos deportados por motivos políticos a África, donde permanecí entre Marruecos y el Sahara hasta cumplir los dieciséis años. A los veinte, me convertí en profesor de submarinismo a bordo del buque-escuela Cruz del Sur.

Cursé estudios de periodismo y en 1962 comencé a trabajar como enviado especial de Destino, La Vanguardia y, posteriormente, de Televisión Española. Durante quince años visité casi un centenar de países y fui testigo de numerosos acontecimientos clave de nuestro tiempo, entre ellos, las guerras y revoluciones de Guinea, Chad, Congo, República Dominicana, Bolivia, Guatemala, etc. Las secuelas de un grave accidente de inmersión me obligaron a abandonar mis actividades como enviado especial.

Tras dedicarme una temporada a la dirección cinematográfica, me centré por entero en la creación literaria. He publicado más de cuarenta libros, entre los que cabe mencionar: Tuareg, Ébano, Manaos, Océano, Yáiza, Maradentro, El perro, Viracocha, La iguana, Nuevos Dioses, Bora Bora, la serie Cienfuegos, La ordalía del veneno, El agua prometida, la obra de teatro La Taberna de los Cuatro Vientos y la última Por Mil Millones De Dólares que está disponible gratuitamente desde ésta web. Nueve de mis novelas han sido adaptadas al cine.

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