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Authors: John le Carré

Tags: #Intriga

El jardinero fiel (36 page)

BOOK: El jardinero fiel
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Justin, con el mentón apoyado en la mano, mantenía la mirada fija en la pared. Recuerdos de Ghita, la segunda mujer más hermosa de Nairobi. Autoproclamada discípula de Tessa cuyo único sueño es inculcar a un mundo perverso los más elementales principios morales. «Ghita es como yo sin el lado malo», se complacía en decir Tessa.

Ghita la última inocente y Tessa en avanzado estado de gestación, las dos juntas cabeza con cabeza ante un té verde, resolviendo los problemas del mundo en el jardín de Nairobi mientras Justin, el escéptico absurdamente feliz y futuro padre con un sombrero de paja, recorta, desherba y poda de arriate en arriate, atando y regando y haciendo su papel de inglés de mediana edad y condenado idiota.

—Cuidado con los pies, Justin —le gritaban con inquietud, previniéndole contra las hormigas viajeras, que salían en columna de debajo de la tierra después de llover y eran capaces de matar a un perro o un niño pequeño por la pura fuerza de su sentido estratégico y su cantidad. En la etapa final del embarazo, Tessa temía que las hormigas viajeras confundieran sus riegos con un aguacero impropio de la estación.

Ghita vivía permanentemente escandalizada por todo y todos, desde los católicos que se oponían al control de la natalidad en el tercer mundo y quemaban preservativos efusivamente en el estadio de Nyayo, hasta las compañías tabaqueras de Estados Unidos que añadían alguna sustancia al tabaco para crear adicción en los niños, pasando por los señores de la guerra somalíes que lanzaban bombas dispersoras sobre aldeas indefensas y la industria armamentista que fabricaba las bombas dispersoras.

—¿Quiénes son esas personas, Tessa? —susurraba con total seriedad—. Dime, ¿qué clase de mentalidad es ésa? ¿Hablamos acaso del pecado original? Si quieres saber mi opinión, es mucho peor que eso. A mi modo de ver, el pecado original conlleva cierta idea de inocencia. Pero ¿dónde ha quedado hoy día la inocencia, Tessa?

Y si Arnold se dejaba caer por allí, como ocurría con frecuencia los fines de semana, la conversación tomaba un rumbo mucho más específico. Juntaban sus tres cabezas, se tensaban sus semblantes, y si Justin, en una travesura, regaba peligrosamente cerca, pasaban a hablar de obvias trivialidades hasta que se iba a un arriate más alejado.

Informe de los agentes de policía sobre su reunión con representantes de la firma TresAbejas, Nairobi:

Habíamos pedido una entrevista con sir Kenneth Curtiss, y se nos había dado a entender que nos recibiría. Al llegar a la sede de TresAbejas nos comunicaron que sir Kenneth había sido convocado a una audiencia con el presidente Moi, tras la cual había tenido que viajar a Basilea para sostener unas conversaciones sobre la política de la compañía con Karel Vita Hudson (KVH). Nos sugirieron entonces que planteásemos nuestras preguntas a la directora comercial de la sección farmacéutica, una tal señora Y. Rampuri. Resultó que la señora Rampuri atendía en esos momentos un asunto familiar y no estaba disponible. Nos aconsejaron entonces que solicitáramos una entrevista con sir Kenneth o la señora Rampuri en una fecha posterior. Cuando les explicamos nuestras limitaciones de tiempo, nos propusieron una entrevista con algún «alto ejecutivo», y finalmente, tras una hora de espera, nos recibieron la señora V. Eber y el señor D. J. Crick, ambos del servicio de atención al cliente. También asistió a la reunión un tal señor P. R. Oakey, que se presentó como «un abogado para las operaciones de la compañía en Londres que casualmente visitaba Nairobi por otras cuestiones».

La señora Vivian Eber es una mujer africana, alta y atractiva, de poco menos de treinta años, licenciada en ciencias empresariales por una universidad estadounidense.

El señor Crick, natural de Belfast, tiene aproximadamente la misma edad, un físico imponente y un ligero acento norirlandés.

Posteriores indagaciones han revelado que el señor Oakey, el abogado de Londres, es el mismísimo Percy Ranelagh Oakey, distinguido abogado del bufete Oakey, Oakey Farmeloe. El señor Oakey se ha ocupado recientemente, y con notable éxito, de la defensa de varias grandes empresas farmacéuticas —entre ellas KVH— ante demandas colectivas por daños y perjuicios. En su momento no se nos informó de eso.

Véase Apéndice para más detalles sobre D. J. Crick.

RESUMEN DE LA REUNIÓN

1. Disculpas en nombre de sir Kenneth K. Curtiss y la señora Y. Rampuri.

2. Expresiones de condolencia de parte de BBB (Crick) por la muerte de Tessa Quayle y muestras de preocupación por la suerte del doctor Arnold Bluhm.

BBB (Crick): Este condenado país se pone cada día más horripilante. El asunto de la señora Quayle…, eso es espantoso. Era una mujer refinada que se había ganado a pulso una gran reputación en la ciudad. ¿En qué podemos ayudarles, agentes? Estamos a su entera disposición. El jefe les manda saludos y quiere que colaboremos en todo lo posible. Siente un gran respeto por la policía británica.

Agente: Tenemos entendido que Arnold Bluhm y Tessa Quayle presentaron diversas quejas a esta empresa con relación a un nuevo fármaco para el tratamiento de la tuberculosis, llamado Dypraxa, que ustedes comercializan.

BBB (Crick): ¿Ah, sí? Tendríamos que consultarlo. El hecho es que la señora Eber se ocupa más bien de las relaciones públicas y a mí me han trasladado aquí temporalmente en espera de una reestructuración de la compañía. Según la teoría del jefe, tener a alguien cruzado de brazos es tirar el dinero.

Agente: Las quejas dieron lugar a una reunión entre Tessa Quayle, Bluhm y algunos directivos de esta empresa, y nos gustaría ver el acta de esa reunión y cualquier documento relacionado con ella.

BBB (Crick): De acuerdo, Rob. No hay problema. Estamos aquí para ayudar. Pero cuando hablas de quejas a esta compañía, ¿sabes exactamente a qué sección iban dirigidas? Lo digo sólo porque hay un montón de abejas en este negocio, te lo aseguro.

Agente: La señora Quayle se dirigió por carta, correo electrónico y teléfono a sir Kenneth personalmente, a su oficina particular, a la señora Rampuri y a casi todos los miembros de su consejo de administración en Nairobi. Envió por fax algunas de sus cartas y luego copias por correo. Otras las entregó en propia mano.

BBB (Crick): Vaya, estupendo. Eso nos da al menos una pista para empezar a buscar. Y tenéis copias de esa correspondencia, cabe suponer.

Agente: Por el momento, no.

BBB (Crick): Pero sabéis quién asistió a esa reunión en representación de la compañía, cabe suponer.

Agente: Dábamos por supuesto que ustedes lo sabrían.

BBB (Crick): Caramba, ¿y qué tenéis entonces?

Agente: Declaraciones verbales y por escrito de testigos que aseguran que dichas quejas fueron presentadas. La señora Quayle llegó hasta el punto de visitar a sir Kenneth en su finca la última vez que él estuvo en Nairobi.

BBB (Crick): ¿Ah, sí? Primera noticia que tengo. ¿Tenía cita con el jefe, la señora Quayle?

Agente: No.

BBB (Crick): ¿Quién la invitó, pues?

Agente: Nadie. Sencillamente apareció por allí.

BBB (Crick): ¡Vaya! Una chica valiente. ¿Hasta dónde llegó?

Agente: No muy lejos, según parece, porque poco después intentó abordar a sir Kenneth aquí en sus oficinas, pero no lo consiguió.

BBB (Crick): ¡Qué barbaridad! Pero hay que entender que el jefe es una persona muy ocupada. Mucha gente quiere favores de él y son pocos los afortunados.

Agente: En este caso no se trataba de favores.

BBB (Crick): ¿De qué se trataba?

Agente: De obtener respuestas. Por lo que sabemos, la señora Quayle también presentó a sir Kenneth varios historiales clínicos donde se describían los efectos secundarios del fármaco en pacientes identificados.

BBB (Crick): Dios mío, ¿eso hizo? Bueno, bueno. No sabía que tuviera efectos secundarios. ¿Se dedica a las ciencias, esa mujer, a la medicina? O se dedicaba, mejor dicho.

Agente: Era una ciudadana consciente, abogada y defensora de los derechos civiles. Y desarrollaba una intensa labor humanitaria.

BBB (Crick): Cuando dices «presentó» ¿a qué te refieres?

Agente: Los entregó en mano en este edificio, dirigidos personalmente a sir Kenneth.

BBB (Crick); ¿Le dieron un acuse de recibo?

Agente:
(Muestra el recibo).

BBB (Crick): Ah, bien. Recibido un paquete. La cuestión es qué había en el paquete, ¿no? En cualquier caso, tenéis copias, imagino. De esos historiales clínicos. Seguro que sí.

Agente: Nos llegarán un día de éstos, prevemos.

BBB (Crick): ¿Sí? Bien, estaríamos muy interesados en echarles un vistazo, ¿verdad, Viv? Lo digo porque la Dypraxa es en estos momentos nuestro principal producto. Nuestro buque insignia, como lo llama el jefe. Andan por ahí muchas madres y padres y niños felices, gozando de excelente salud gracias a la Dypraxa. Así que si Tessa tenía alguna queja a ese respecto, necesitamos saber de qué se trata y tomar las medidas pertinentes. Si el jefe estuviera presente, sería el primero en decirlo. Lo que pasa es que es una de esas personas que viven a bordo de un Gulfstream. Aun así, me sorprende que le diera esquinazo a Tessa. No es propio de él. Aunque supongo que cuando uno está tan ocupado como el jefe…

BBB (Eber): En TresAbejas, Rob, seguimos unas determinadas pautas para atender las quejas de los clientes, como es lógico. Somos sólo los distribuidores. Importamos, distribuimos. Siempre y cuando el gobierno de Kenia dé luz verde y los centros médicos confíen en el producto, nosotros actuamos únicamente como intermediarios, ¿entiendes? Ahí es donde termina nuestra responsabilidad. Nos asesoramos sobre las condiciones de almacenaje, naturalmente, y nos aseguramos de que las existencias se conservan a la temperatura adecuada, con el grado de humedad debido, etcétera. Pero básicamente la responsabilidad recae en el fabricante y el gobierno de Kenia.

Agente: ¿Y los ensayos clínicos? ¿No es cierto que aquí se llevan a cabo ensayos?

BBB (Crick): Pues no. Sobre ese punto, Rob, no te has informado bien, me temo. O no al menos si por ensayos clínicos entendemos un experimento de doble ciego perfectamente estructurado y en toda regla, digamos.

Agente: ¿Y cómo debemos entender los ensayos que se hacen aquí?

BBB (Crick): En cuanto un fármaco empieza a distribuirse en un país dado, por ejemplo Kenia, no sería una buena política realizar ensayos clínicos como tales. Un fármaco, una vez iniciada la distribución en un país, y contando con el total respaldo de las autoridades sanitarias locales, es lo que yo llamo un asunto zanjado.

Agente: Entonces ¿qué clase de ensayos, pruebas o experimentos realizan, si es que realizan alguno?

BBB (Crick): Oye, no me vengas con juegos de palabras, ¿quieres? Si estamos hablando del proceso de documentar la trayectoria de un fármaco, de un buen fármaco como es el caso, si aspiramos a su distribución en otro país muy importante, fuera del mercado africano, Estados Unidos por ejemplo…, ahí sí, te doy la razón, en cierto modo podemos llamar ensayos a lo que hacemos aquí. Pero sólo en ese sentido. En el sentido de preparación para futuros proyectos, concretamente para el día en que TresAbejas y KVH inicien su incursión conjunta en ese interesante mercado que mencionaba. ¿Me sigues?

Agente: No del todo. Estoy esperando a oír el término «conejillo de Indias».

BBB (Crick): Lo único que quiero decir es que, siempre de la manera más provechosa para todas las partes, cada paciente es en cierta medida una prueba clínica en interés del bien común. Aquí no hay conejillos de Indias. Eso quítatelo de la cabeza.

Agente: Y por bien común debemos entender el mercado estadounidense, ¿es eso?

BBB (Crick): No me jodas. Sólo digo que cada dato, cada vez que recogemos información sobre tal circunstancia o tal paciente…, todos esos resultados se almacenan y analizan detenidamente a todas horas en Seattle, en Vancouver y en Basilea para usarlos como referencia más adelante. Para obtener la validación del producto cuando pretendamos registrarlo en otro país. Para ir sobre seguro. Además, contamos con el apoyo permanente de las autoridades sanitarias de Kenia.

Agente: ¿Qué clase de apoyo? ¿La retirada de cadáveres?

P. R. Oakey: Quiero pensar que no has dicho eso, Rob, estoy seguro, y que nosotros no lo hemos oído. Doug ha sido muy claro y generoso en sus explicaciones. Quizá demasiado generoso. ¿Sí, Lesley?

Agente: ¿Y qué hacen entretanto con las quejas? ¿Las tiran a la papelera?

BBB (Crick): En la mayoría de los casos, Les, nos limitamos a enviárselas al fabricante, la firma Karel Vita Hudson. Luego bien contestamos al reclamante con la asesoría de KVH, bien KVH opta por contestar directamente. A cada cual, lo suyo. Pero en esencia, Rob, la cosa no tiene mayor misterio. ¿Algo más? ¿Convendría quizá concertar otra entrevista para cuando dispongáis de vuestra documentación?

Agente: Sólo un minuto más, ¿de acuerdo? Según nuestra información, Tessa Quayle y el doctor Arnold Bluhm vinieron aquí en persona por invitación de ustedes, por invitación de TresAbejas, para hablar de los efectos, positivos y negativos, de su producto, la Dypraxa. Asimismo, entregaron a ciertos directivos de la empresa copias de los historiales clínicos que previamente habían remitido a sir Kenneth Curtiss. ¿Está diciéndome que no queda constancia alguna de esa reunión, ni siquiera la lista de asistentes en representación de TresAbejas?

BBB (Crick): ¿Puedes precisar la fecha, Rob?

Agente: Tenemos un diario personal donde se confirma que, a sugerencia de TresAbejas, se convocó una reunión el 18 de noviembre a las once de la mañana. La cita se formalizó a través del despacho de la señora Rampuri, que ahora no está disponible, según nos han dicho.

BBB (Crick): Primera noticia, debo admitir. ¿Sabías tú algo, Viv?

BBB (Eber): No, tampoco.

BBB (Crick): ¿Y si consultamos la agenda de Yvonne?

Agente: Buena idea. Les ayudaremos.

BBB (Crick): Alto ahí, alto ahí. Antes he de pedirle permiso, como es lógico. Yvonne tiene mucho genio. No me atrevería a mirar su agenda sin su consentimiento, como tampoco miraría la tuya, Lesley.

Agente: Telefonéela. Pagaremos la llamada.

BBB (Crick): Imposible, Rob.

Agente: ¿Por qué?

BBB (Crick): Verás, Rob, Yvonne y su novio han ido a una boda por todo lo grande en Mombasa. Cuando te han dicho que «atendía un asunto familiar» se referían a ese asunto, ¿comprendes? Aquello estará ahora al rojo vivo, créeme. Así que no podremos ponernos en contacto con ella hasta el lunes, como muy pronto. No sé si has ido a alguna boda en Mombasa, pero te aseguro…

Agente: Olvidémonos de la agenda. ¿Y los documentos que le dejaron?

BBB (Crick): ¿Te refieres a los supuestos historiales clínicos?

Agente: Entre otras cosas.

BBB (Crick): Bueno, si realmente se trata de historiales clínicos en el sentido estricto del término…, estudio técnico de los síntomas, indicaciones, dosis, efectos secundarios, como te he dicho, Rob, los remitimos siempre al fabricante. Sea bien a Basilea, bien a Seattle, bien a Vancouver. Joder, Rob, sería una negligencia criminal si no acudiéramos inmediatamente a los expertos para su valoración, ¿no, Viv? Eso va más allá de la política de empresa. Diría que es la mismísima Biblia aquí en TresAbejas, ¿no?

BBB (Eber): Totalmente de acuerdo. A ese respecto no hay la menor duda, Doug. El jefe insiste en que así sea. En cuanto surge un problema, pedimos ayuda a KVH.

Agente: ¿Qué pretenden hacernos creer? Esto es ridículo. Por Dios, ¿qué pasa aquí con el papel?

BBB (Crick): Sólo digo que hemos oído tu petición y organizaremos una búsqueda para ver qué aparece. Esto no es un ministerio, Rob. Ni Scotland Yard. Esto es África. Joder, no vamos todo el día marcando el paso, ¿queda claro? Tenemos cosas mejores en que emplear el tiempo…

P. R. Oakey: Me parece que deben aclararse dos puntos aquí. Quizá tres. Si se me permite plantearlos por separado, el primero es: ¿Qué seguridad existe de que la reunión entre la señora Quayle, el doctor Bluhm y unos representantes de TresAbejas a la que os referís se celebró realmente?

Agente: Como ya hemos dicho, disponemos de pruebas documentales de puño y letra de Bluhm, extraídas de su diario personal, que demuestran que se concertó una reunión el 18 de noviembre a través del despacho de la señora Rampuri.

P. R. Oakey: Una cosa es que se concertara, Lesley, y otra muy distinta que se consumara. Esperemos que la señora Rampuri tenga buena memoria. Programa un gran número de reuniones, de eso podéis estar seguros. El segundo punto hace referencia al tono. Por lo que sabéis, ¿podrían haberse presentado esas supuestas quejas en un tono acusatorio? ¿Podría, por ejemplo, haber flotado en el ambiente cierto tufo de litigio? No debe hablarse mal de los muertos pero, por lo que he oído, la señora Quayle no era una mujer que se anduviera con chiquitas, ¿me equivoco? Además, como habéis comentado, era abogada. Y el doctor Bluhm, en el ámbito farmacéutico, viene a ser como un perro guardián profesional, por lo que sé. No hablamos de personas normales y corrientes.

Agente: ¿Y qué si emplearon un tono acusatorio? Si ha muerto alguien a causa del fármaco, la gente tiene todo el derecho a usar un tono acusatorio.

P. R. Oakey: Bueno, Rob, pero obviamente si la señora Rampuri percibió en el ambiente una posible demanda, o algo peor, o si la percibió el jefe, suponiendo que en efecto recibiera ese material escrito, cosa sin duda discutible, su primer impulso habría sido enviarlo al departamento jurídico de la compañía. Que sería otro sitio donde buscar, ¿no, Doug?

Agente: Pensaba que usted era su departamento jurídico.

P. R. Oakey:
(Con humor).
Yo soy un último recurso, Rob. No una primera opción. Cobro unos honorarios demasiado altos.

BBB (Crick): Ya nos pondremos en contacto con vosotros, Rob. Encantado de conoceros. La próxima vez organizaremos una comida. Pero os aconsejo que no os hagáis grandes ilusiones. Como os comentaba, aquí no nos pasamos el día archivando papeles. Tenemos muchas cosas entre manos, y como suele decir el jefe, TresAbejas siempre está a la que salta. Así ha llegado esta empresa al punto donde ahora se encuentra.

Agente: Nos gustaría que nos concediera unos minutos más de su tiempo, señor Crick, si no es mucha molestia. Nos interesa hablar con un caballero llamado Lorbeer, probablemente doctor Lorbeer, de origen alemán, suizo o tal vez holandés. Por desgracia, desconocemos su nombre de pila, pero nos consta que ha participado muy de cerca en la implantación de la Dypraxa aquí en África.

BBB (Crick): ¿Al servicio de quién, Lesley?

Agente: ¿Tiene eso mucha importancia?

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